Luis Fonsi reveló una dura historia de bullying antes de conocer el éxito

En pleno boom, el cantante del momento analiza su presente. Y confiesa una historia de discriminación y racismo.

Podrán subestimarlo, pero derribó el muro de Trump y el muro más difícil de todos: el lóbulo cerebral de casi todo el planeta. Despacito. El tema es el número uno hasta en Letonia, Estonia, Islandia y Hong Kong y el mundo habla de una arquitectura rítmica perfecta para manipular cualquier cabeza.

Jean tajeado, sencillez extrema y un cansancio atribuido a su paso por «ShowMatch». Estamos en la habitación del hotel del hombre que maneja la voluntad de los otros a gusto y piacere. Luis Fonsi fue escuchado más de 421 millones de veces en Spotify y su video tuvo 1.600 millones de vistas en YouTube. Las cifras desesperantes se multiplican de a horas. De un día al otro, nacen “hijitos” de «Despacito» en versiones y parodias insólitas. Desde «Dos pesitos», de un argentino abatido por la inflación, hasta una interpretación suprema al violín, en Siberia.

Esta es la historia de un “beisbolista frustrado” que creció al ritmo de Juan Luis Guerra, Camilo Sesto y José José y un día abandonó el bate por la guitarra. Durante 20 años Luis Alfonso Rodríguez López Cepero vivió a la sombra de su compatriota Ricky Martin. Hasta que una mañana se levantó obsesionado con cuatro sílabas. Grabó la idea en su celular, le mandó un mail a Daddy Yankee y los planetas se alinearon. Y explotaron.

 

Puertorriqueño criado en Miami, 39 años, dos hijos, nueve discos, co-autor del hit junto a la panameña Erika Ender. Desde hace quince años viene al país con su música, pero nunca tuvo que recurrir a tantos guardaespaldas. En minutos volará hacia los Estados Unidos y, tras un día de descanso en su casa, aterrizará en Italia para un show en Verona.

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