Cambió el tabaco por la cría de corderos y hoy es el principal proveedor de la feria franca de Oberá

Es de los pocos, si no el único proveedor de corderos en la Feria Franca de Oberá. Los chacinados y sobre todo los ahumados son el fuerte de este productor que se transformó de tabacalero a elaborador de alimentos.

En la Colonia Yapeyú, en el municipio Guaraní, Ricardo Kull hace 27 años, junto a su familia se han establecido dedicándose a la cría de cerdos, chacinados ahumados y corderos.
Recuerda los primeros días en el lugar: “Cuando entramos a vivir acá, la chacra estaba bastante abandonada. Éramos plantadores de tabaco y se hacía té. Después, con el tiempo, hubo planes de diversificación y dejamos el tabaco para ingresar en la Feria Franca”. Hoy, su producción es diversa y va más allá de los cárnicos: “También hacemos verduras, pocas, pero frutas en variedades de duraznos y cítricos”.

La Feria Franca de Oberá ha sido un pilar en la vida de Ricardo. “Hace 13 años que también ingresamos en feria franca y así estamos llevando los emprendimientos siempre para adelante”, comenta. Con orgullo, señala que la feria está cerca de cumplir 30 años y que él ha sido parte de ella durante casi la mitad de ese tiempo. El espacio de economía social, no solo le ha permitido diversificar su producción, sino también mejorarla constantemente, especialmente en lo que respecta a las ovejas: “Soy el único productor de cordero y lo que entra sale, no alcanza”.

La innovación y la tradición se mezclan en su proceso de ahumado de carnes. Kull describe su método con detalle: “Yo hago siempre, los miércoles y los viernes los pongo a ahumar. Mi ahumador es una piecita de madera. Sé que hoy en día muchos lo hacen de material en ladrillo, pero para mí no es bueno porque les da mucho calor. El sistema de madera tiene que tener rendijas para que funcione el tiraje del humo”.

El compromiso del productor con la calidad es un lema, se ve en el orden y limpieza en la chacra: “La gente le gusta la forma que tiene la terminación, todo les encanta, así que ahí seguimos”. Kull y su familia cumplen el ciclo completo de la producción, desde las madres de alta genética, la cría, engorde, faenado, elaboración y comercialización.

Además del cordero, los chacinados ahumados tienen alta demanda asegura el productor: “el ahumado ya sería cerdo, la mezcla de vacuno con cerdo y ahora son varios años que empecé a hacer ahumado de cerdo. Carne de cerdo ahumada, y ese también tiene buena salida”.

La ovinocultura tuvo su evolución, debido a la genética mejorada que ha incorporado: “Mi papá ya tenía corderos antes, creo que el abuelo también. Siempre era la ovejita correntina. Ahora hemos adoptado razas como la Santa Inés y la Dorper, que tienen un desarrollo más rápido y son más adecuadas para nuestro clima”. Estas razas se caracterizan por no tener lana, o muy poca, además del rápido desarrollo dándoles aptitud como buenas para la producción de carne.

A pesar de involucrar a toda la familia, Kull dice no dar abasto para expandir más la producción, el trabajo en la chacra es arduo y constante. “Nosotros tenemos todo lo que son las chacras, los rosados, y no vencemos con todo. Entonces, uno trata de hacer lo que  se puede”,  subrayando el esfuerzo familiar que sostiene su emprendimiento.

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