Patricia Bullrich le respondió a la Iglesia por los alimentos: “Capital Humano no se guarda nada, evita que otros roben”

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, respondió a los dichos del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, quien reclamó al Ministerio de Capital Humano -en su mensaje por la solemnidad de la Santísima Trinidad- entregar “rápidamente” las 5.000 toneladas de alimentos que mantiene acopiado en depósitos. 

“El Ministerio de Capital Humano no se guarda nada. Todo lo contrario. Lo que hace es impedir que se roben la comida. Monseñor tiene que saber lo que está pasando. Es bueno poder decírselo de frente, charlar con él. Es una persona muy abierta, muy amable. Yo tuve el gusto de charlar con Ojea. Es cuestión de mostrarle la realidad, mostrarle la realidad de lo que está pasando”, sostuvo Bullrich.

La Justicia, en tanto, intimó hoy al Ministerio de Capital Humano que presente el “stock” actual de alimentos de varios depósitos que detalló y le pidió que “elabore un plan de distribución de dichos alimentos en atención a su tipo, cantidad, fecha de vencimiento y grupo de destino, previendo su ejecución de modo inmediato; lo que deberá informarse de manera precisa en el plazo de 72 horas [al juzgado]”.

Y completó: “Hay un curro que todos conocemos desde hace 20 años. Estamos rompiendo con el poder de organizaciones sociales que manejaban el dinero como si fuera propio, el poder de sindicatos que han destruido gran parte del empleo en la Argentina, el poder de empresarios que hacían las cosas a su manera, todo esto con un poder político que durante muchos años generó un modelo de pobreza. El kirchnerismo, en nombre de los pobres, empobreció a la Argentina”.

En un comunicado dado a conocer por CEA este fin de semana, Ojea había denunciado: “Nos hemos enterado de que existen dos depósitos de alimentos en el Ministerio de Desarrollo Social [por el Ministerio de Capital Humano] que tienen 5000 toneladas de alimentos guardados. No entro en las razones por las que están guardados, pero en un tiempo de emergencia alimentaria, esto debe llamarnos a la reflexión. Rápidamente, tienen que ser entregados”.

“Mi abuela materna me decía que, cuando tirara un poquito de pan, besara el pan y pensara que ese pan que yo pude comer y no voy a comer hay otro que lo necesita. Nos preocupa que se vaya perdiendo esta sensibilidad ante un derecho esencial y primario, como es el del alimento. Dios quiera que rápidamente se abran esos depósitos para que los hermanos con tantísimas necesidades puedan disfrutar de su alimento diario”, concluye el escrito.

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