Educadora de Iguazú fue seleccionada entre semifinalistas del concurso nacional «docentes que Inspiran»

La directora de la escuela especial Esperanza de Puerto Iguazú, ha sido seleccionada como una de los 24 educadores semifinalistas del concurso "Docentes que inspiran", del que participaron unos dos mil de todo el país.

En una entrevista con Viviana Yommi, directora del Instituto de Esperanza 0913 de Puerto Iguazú, se revela el trabajo y la dedicación que ha llevado a esta destacada educadora a ser seleccionada como semifinalista en el concurso Docentes que Inspiran del año en curso.

«Viviana Yommi es una hija, una hermana, una madre, una amiga y fundamentalmente una docente. Y bueno, trabaja en una escuela especial en nuestro instituto, Esperanza de Educación Especial y Rehabilitación.»

Viviana Yommi, una madre, hermana y amiga, pero sobre todo, una apasionada docente, lidera un equipo comprometido en el Instituto Esperanza de Educación Especial y Rehabilitación. Juntos, han logrado que esta escuela sea un pilar fundamental en la comunidad local, con padres agradecidos y niños llenos de sueños de superación en ámbitos escolares, laborales y familiares.

«Nosotros les llevamos de la mano, les trajimos a la escuela, de la escuela los pusimos en una empresa, y ahora ellos solos son los que tratan de superarse.»

Este reconocimiento como docente destacada del año tomó a Viviana por sorpresa. Fue una madre de la escuela quien la inscribió en el concurso, sin que ella lo supiera. Entre 2000 docentes, Viviana emergió como una de las 24 finalistas y luego, entre los 6 seleccionados. Este logro ha sido abrumador, tanto para ella como para el equipo de la escuela.

«Los docentes de la escuela también no pueden creer. Yo cuando me hicieron un Zoom y me dieron la noticia, no, lloré de la emoción y de la, no sé, me vino todo una, comencé a pensar, desde que comencé en esta escuela, hace 30 años, empecé a pensar todos mis alumnos, mi primer alumno.»

El camino de Viviana en la educación especial comenzó hace tres décadas con su primer alumno, un niño con distrofia muscular. Este desafío marcó el inicio del Instituto Esperanza, fundado por un grupo de padres que buscaban apoyo para sus hijos con discapacidades. Desde entonces, la escuela ha llevado a cabo diversos proyectos, desde salud hasta inclusión laboral, logrando un impacto positivo en la vida de sus estudiantes.

«Esta escuela comenzó con una mamá que tiene un hijo con síndrome de Down, y una noche, yo era recién recibida de maestra de escuela común, y ella necesitaba una maestra para atender a un niño que tenía distrofia muscular, y estaba en su casa, acá no había escuelas especiales.»

Uno de los logros más notables es la inserción laboral de estudiantes en un hotel de Puerto Iguazú. Gracias a este programa, los jóvenes no solo han adquirido habilidades laborales, sino que también están empezando a visualizar un futuro lleno de posibilidades. Para muchos de ellos, este trabajo no solo significa una fuente de ingresos, sino el inicio de sus sueños de independencia y formar sus propias familias.

«Yo cuando me hicieron un Zoom y me dieron la noticia, no, lloré de la emoción y de la, no sé, me vino todo una, comencé a pensar, desde que comencé en esta escuela, hace 30 años, empecé a pensar todos mis alumnos, mi primer alumno.»

El éxito de estos programas ha atraído el interés de otras empresas locales, abriendo nuevas oportunidades de inserción laboral para más estudiantes. Este cambio en la mentalidad de la sociedad y, sobre todo, en la percepción de los estudiantes sobre sus propias capacidades, es el testimonio más poderoso de la transformación que ha logrado Viviana y su equipo.

«Nosotros hacemos varios proyectos. Fíjate que tenemos un proyecto de salud, alimentación saludable, que presentamos con la Universidad de Misiones, y la Universidad de Misiones presentó Antenación, donde todas las universidades argentinas también presentan sus proyectos y nosotros fuimos los ganadores.»

 

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