Arrestos sin orden judicial y presos sin causas: el modelo que aplicó El Salvador para reducir su tasa de asesinatos y que algunos piden para Rosario

El Gobierno salvadoreño inauguró una mega prisión dedicada exclusivamente al confinamiento de miembros de bandas criminales. El objetivo es que los reos no puedan comunicarse con el exterior y diluir esas organizaciones. La tasa de homicidios en ese país bajó considerablemente. 

El caso genera contraste con la ciudad argentina de Rosario, afectada por un problema similar y que aún no encuentra solución por una extensa red de complicidades entre estas organizaciones y organismos públicos.

Según informaron desde Reuters, las autoridades de El Salvador inauguraron una de las prisiones más grandes de Latinoamérica, duplicando la capacidad carcelaria del país, luego que el combate a las pandillas ha incrementado vertiginosamente la población de reos.

La prisión, que tiene una capacidad para 40,000 personas, fue inaugurada la noche del martes para ayudar a aliviar una parte de la sobrepoblación en la cárceles.

La cárcel se ubica alejado de las grandes ciudades.

Desde que el presidente Nayib Bukele solicitó en marzo al Congreso aprobar un estado de emergencia, policías y soldados han arrestado a más de 62,000 supuestos miembros de pandillas y sus colaboradores.

Bajo la medida, algunos derechos constitucionales han sido suspendidos, como permitir que las autoridades realicen arrestos sin una orden judicial y dar acceso al Gobierno para intervenir las comunicaciones de los ciudadanos.

Tiene pabellones de trabajo para generar ingresos y que cada reo solvente su reclusión.

Con casi el 2% de su población adulta tras las rejas, El Salvador tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, según datos de Statista.

El aumento de la población carcelaria como resultado de la guerra contra las pandillas, que es respaldada por la mayoría de la población, ha puesto a prueba el ya complicado sistema penitenciario del país.

La cárcel más grande de El Salvador, La Esperanza, alberga actualmente a 33,000 personas, a pesar de tener una capacidad de 10,000.

El director general de Centros Penales, Osiris Luna, dijo que el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo tiene una extensión de 166 hectáreas, mientras que 600 soldados y 250 policías participarían en las labores de seguridad.

«Aquellas personas terroristas que estuvieron en toda esa organización para hacer sufrir tanto a nuestro querido pueblo salvadoreño van a estar albergadas y van a estar en el régimen más severo», dijo Luna en la televisión estatal.

Para 2021, el sistema penitenciario de El Salvador contaba con 20 centros de detención con una capacidad para 30,000 personas que albergaban a casi 36,000 reos.

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