Darían de baja al gendarme que denunció una defraudación

Actualmente Héctor Giménez cumple un arresto de 50 días que le impuso el director de la Gendarmería por haber difundido datos de una investigación que podría terminar con varios gendarmes alejados de sus puestos o detenidos. El sargento primero de Gendarmería Nacional Héctor Cayetano Giménez, quien denunció una defraudación en la IV Agrupación «Misiones», estaría muy cerca de ser dado de baja de la fuerza. Es que para la institución, el suboficial cometió una falta muy grave al reglamento y la sanción que le corresponde es la baja. Actualmente Giménez cumple un arresto de 50 días que le impuso el director de la Gendarmería por haber difundido datos de una investigación que podría terminar con varios gendarmes más en la calle o tras las rejas. El suboficial está alojado en el edificio Centinela. Una fuente de la fuerza dijo que una vez que el gendarme cumpla la sanción disciplinaria, su caso pasará a ser analizado por una junta que tendrá la misión de determinar si se apartó del reglamento interno de la fuerza o cometió algún tipo de insubordinación al difundir datos de la investigación que lleva adelante el juez federal Ramón Claudio Chávez. Un viejo oficial de la fuerza dijo que lo más probable es que Giménez sea dado de baja, ya que su acción se encuadraría dentro de una «falta grave» al reglamento. «Acá el que no está de acuerdo con el reglamento tiene la opción de irse, pero si se decide quedar, debe acatarlo sin chistar», agregó el oficial. DEFRAUDACIÓN Giménez denunció públicamente que durante la gestión de los comandantes mayores Guillermo Bazán y Miguel Muiños, se esfumaron por lo menos 46 mil pesos destinados al pago del alquiler de la casa de los jefes y la compra de combustibles. El suboficial relató que anualmente la IV Agrupación dispone de un cupo de 50 mil litros de combustible, pero no todo es utilizado, ya que las empresas concesionarias de los peajes, los municipios y el Ministerio de Ecología colaboran con nafta y gasoil. Según Giménez, el dinero es depositado en la cuenta de una estación de servicio que le provee de vales a la fuerza, que se encarga de comercializarlos para conseguir dinero en efectivo. El mismo sistema se utilizaría con otros insumos, de acuerdo con la denuncia del suboficial. El gendarme decidió hacer la denuncia pública del hecho cuando en la Agrupación le dijeron que «el hilo se corta por lo más fino», dándole a entender que sería responsabilizado de la defraudación.

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