Un padre de familia

Mario Espíndola, fallecido en un accidente automovilístico, tenía 27 años, estaba separado y era padre de una hija de cinco años llamada Victoria Fernanda. El resto de su familia la conformaban sus padres María y Arturo, cuatro hermanos y seis sobrinos. Era profesor de ciencias jurídicas y ejercía en la escuela de comercio de San Pedro. Vivía en San Vicente, de donde era oriundo, junto a su familia, muy conocida en la ciudad y propietarios de un hotel residencial. Tenía numerosos amigos y compañeros, algunos de los cuales lo acompañaron hasta que sus restos fueron retirados del IOT de Posadas, a las seis de la tarde de ayer, mientras otros lo esperaron en su casa de San Vicente.