Fin de semana XL | Cara en dólares y con recesión económica, el combo que desemboca en una crisis en el turismo de Argentina

El turismo en Argentina atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. El pasado fin de semana largo mostró una baja ocupación hotelera en todo el país, y las expectativas en el cierre de este fin de semana largo son igualmente bajas.

Si bien en Misiones se mantienen buenos números, ya que, en el caso de Puerto Iguazú, la ocupación hotelera alcanza el 80%, según informes del Iguazú Turismo Ente Municipal (Iturem), sin embargo el poco movimiento turístico afecta especialmente al norte argentino, donde la actividad turística enfrenta una crisis similar a la vivida durante la pandemia de Covid-19.

Entre los destinos más populares para este feriado se encuentran aquellos relacionados con la nieve, como Bariloche y Villa la Angostura. Durante el fin de semana pasado, Bariloche registró una ocupación hotelera promedio del 70%, mientras que Villa la Angostura alcanzó un 85%. Para este feriado se proyecta que estos niveles de ocupación se mantendrán.
Ushuaia, otro destino destacado para los amantes del invierno, tuvo una ocupación del 65% el fin de semana pasado. Según la AHT, la proyección para el cierre del fin de semana es más optimista, alcanzando un 75%.

Otro es el panorama en norte argentino donde comparan la situación con una «mini pandemia» debido a la baja ocupación hotelera y los graves problemas que afectan al sector gastronómico.

En la provincia de Salta, la ocupación hotelera durante junio, incluyendo el fin de semana largo pasado, rondó el 40%. Aunque se espera que este fin de semana largo, la ocupación aumente considerablemente, el número final del mes estará muy lejos del 75% de ocupación promedio del año pasado.

Catamarca enfrenta una situación similar; la caída interanual del turismo entre octubre y mayo llega al 50%, y el fin de semana largo pasado la ocupación fue de tan solo el 25%.  Santiago del Estero presenta un panorama aún más desolador, con una caída del 60% en la actividad turística y hotelera respecto al año pasado.

El turismo interno, que representa el 90% de la actividad hotelera en la región Noroeste, disminuyó notablemente desde finales del año pasado debido a la situación económica. Esta caída en el turismo interno desencadenó una gran crisis en la industria, afectando no solo a la hotelería sino también a la gastronomía y a muchos otros comercios que dependen del turismo.

La baja en el turismo golpea duramente a los locales gastronómicos del Noroeste, que perdieron cerca del 50% de sus ingresos durante el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2023. Además, la suba en las tarifas de servicios públicos ha agravado la situación. Algunos establecimientos tuvieron un aumento del 300% en la luz y 400% en el gas.

Por otro lado, el turismo receptivo, aunque representa una porción mínima de la actividad económica en la región Noroeste, también disminuyó. La cantidad de extranjeros que visitan el país se contrajo un 30% en el último año debido al encarecimiento de los precios en dólares. En los últimos cinco meses, la llegada de chilenos y brasileños a Argentina para hacer compras y recorrer el país se redujo entre un 38% y un 42%.

La economía argentina, que experimentó una fuerte fluctuación desde la llegada del nuevo Gobierno, impactó en el poder adquisitivo tanto de los consumidores locales como de los turistas extranjeros. El año pasado, el Gobierno nacional otorgó a los extranjeros el beneficio de un tipo de cambio diferencial, permitiéndoles acceder a productos argentinos a precios mucho más bajos que en sus mercados locales. Esto atrajo a decenas de miles de turistas internacionales, principalmente de países vecinos, que viajaron en masa para hacer compras en Argentina.

Las ciudades fronterizas fueron testigos de este movimiento, y el turismo receptivo alcanzó niveles similares a los prepandémicos a partir de marzo de 2023, manteniéndose en niveles altos en 10 de los últimos 11 meses. Según un informe de Ieral (Fundación Mediterránea), la cantidad de viajeros aumentó un 4% en comparación con los niveles prepandémicos.

Pero de acuerdo al estudio elaborado por Marcelo Capello y Marcos Cohen Arazi se muestra que en los primeros dos meses de 2024, el turismo emisivo alcanzó los 2,16 millones de turistas, un 86% del observado en enero-febrero de 2019, con 2,51 millones de turistas. El turismo receptivo fue de 1,66 millones de turistas en el mismo periodo, alcanzando un 103% de los niveles prepandemia (1,61 millones de turistas).

Frente a esta situación, el panorama para las próximas vacaciones de invierno es poco alentador. Empresarios y trabajadores de la industria turística están solicitando que el Gobierno nacional tome medidas para fomentar el turismo. La intención es evitar el cierre de más establecimientos y comercios, que ya están severamente afectados por la caída del turismo.

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