Con un nuevo escenario económico en el país, marcado por una alta inflación y el anuncio de que se parará la obra pública nacional, la construcción, pilar fundamental para la generación de empleo y la vitalidad económica, con más de 300 mil personas dependiendo de este sector, se prepara para afrontar nuevos desafíos.
En medio de un nuevo escenario con el inicio de la gestión del presidente Javier Milei, y del anuncio de la paralización de la obra pública nacional en el marco del ajuste del Estado, el panorama se presenta con muchos interrogantes para un sector clave como lo es el de la construcción, con aproximadamente más de 400 mil personas dependiendo de este sector, y un impacto que se hace sentir a lo largo y ancho del país.
En tanto, la creciente inflación, y el consiguiente aumento del Índice del Costo de la Construcción (ICC), que en sólo un mes se incrementó un 11,3%, plantea desafíos significativos tanto para desarrolladores inmobiliarios como para aquellos que realizan reparaciones en sus hogares.
En el contexto de la paralización de la obra pública nacional tal como se la concibe hasta ahora, se suscitó un debate sobre la posibilidad de implementar modelos ya existentes en otros países, donde actores privados asumen la responsabilidad de la obra pública. Es el caso de Chile, que implementó este sistema pero que destina solo el 7% de la inversión en infraestructura a manos privadas, y se abren dudas en el sector sobre si esta fórmula podría aplicarse eficazmente en Argentina.
En Chile y en el mundo desarrollado, la mayoría de las inversiones en infraestructura (un 93%) provienen de los Estados en sus distintos niveles. En estos casos, las obras no generan interés económico directo para los privados, ya que carecen de repago directo por parte de los usuarios.
Inflación
Uno de los mayores desafíos proyectados para el próximo año es la inflación, que impacta directamente en los costos de construcción -materiales, mano de obra, gastos generales- y causa una presión constante sobre los márgenes de quienes operan en el sector.
En este contexto, crece la preocupación por la incertidumbre en torno a los precios de las viviendas en venta y se destaca la necesidad de observar cómo se acomoda la economía en relación con las tarifas de servicios, transporte y energía, y cómo impactará esto en los valores del sector inmobiliario.
La devaluación del peso argentino también entra en juego, fortaleciendo a aquellos que cuentan con dólares, pero ejerciendo presión sobre quienes necesitan vender propiedades, ante lo cual los especialista prevén una caída en los precios de venta en el corto plazo, como resultado de la última devaluación.
En tanto, desde el sector consideran que la inversión y la demanda de propiedades continuarán, ya que la necesidad de adquirir viviendas o realizar cambios seguirá siendo constante. De hecho, las decisiones de compra se siguieron concretando hasta el cierre del año.
Viviendas en obras
En cuanto a las viviendas a estrenar, a pesar de los aumentos en los costos de construcción debido a la devaluación, los expertos sugieren que éstos no se trasladarán directamente al valor final de las viviendas en obra, que suelen tardar entre dos y cuatro años en completarse.
Los analistas predicen que, aunque los costos de construcción puedan aumentar, también se volverán más competitivos con la apertura a la importación, y con márgenes de utilidad más ajustados. A pesar de la inflación y devaluación, el costo de construcción en dólares sigue siendo favorable, con precios que oscilan entre U$D 650 y U$D 1.200 por metro cuadrado, considerablemente por debajo de los U$D 1.700 alcanzados en el año 2017.
Crecimiento sostenido en Misiones
En Misiones en particular, el sector de la construcción traccionó fuertemente a la economía provincial y a la generación de empleo durante el año 2023, marcando un fuerte y constante crecimiento, incluso en los momentos en los que la actividad se amesetó o decreció a nivel nacional.
Así lo corroboran por ejemplo los datos dados a conocer en diciembre por la Municipalidad de Posadas: en noviembre se entregaron 86,7% más de certificados de obras que en octubre, y un 55,6% más que en el mismo mes del 2022, ya sea para nuevas obras, refacciones, ampliaciones o para poner en regla edificaciones existentes sin permiso.
Esto equivale a 14.314,6 metros cuadrados autorizados para construcción en la ciudad. A la vez, en el acumulado anual -de enero a noviembre 2023-, la superficie total autorizada asciende a 132.615 metros cuadrados.
Así, se autorizó un 32% más de metros cuadrados que en octubre y un 98,3% si se compara con el mismo mes del año pasado.
