Delia Giovanola consideró ridícula la respuesta de Macri sobre la cantidad de desaparecidos: “bueno no fueron 30 mil… fueron 29 mil. ¿En qué cambia la cosa?

Una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo que hoy presenta su libro en la Legislatura provincial calificó de ridículas las declaraciones del presidente Mauricio Macri durante una entrevista concedida a una periodista norteamericana donde se le preguntó por los desaparecidos.  «No tengo idea si fueron 9 mil o 30 mil los desaparecidos» dijo Macri a lo que la abuela contestó “No fueron 30 mil bueno, fueron 29 mil ¿en que cambia la situación? Eso no tiene  asidero alguno”.

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Delia Giovanola, línea fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo en Radio Libertad.

 

Delia Giovanola quien en esta mañana presentará su libro “La lucha que la parió” en el Salón de las Dos Constituciones de la Cámara de Diputados de Misiones habló con Radio Libertad y expresó su parecer respecto a los dichos del Presidente y las decisiones que tomó en los últimos meses el Gobierno Nacional. “No encuentro las palabras para describir lo que siento sobre lo que dijo Macri pero considero que es hasta ridículo porque no tiene explicación. Bueno si quiere se la damos no fueron 30 mil desaparecidos…fueron 29 mil ¿en qué cambia la situación? En nada, porque no tiene asidero alguno. Son 350 nietos que todavía nos falta encontrar pero lo bueno de todo esto es que si bien abuelas ya quedamos 5 de la línea fundadora porque la mayoría supera los 80 años, yo tengo 90, es que no estamos solas. Hoy los nietos recuperados muchos de los cuales forman parte de la comisión continúan apoyándonos en nuestra tarea y son los encargados del futuro”.

En esa misma línea y consultada por la decisión del actual gobierno nacional de no apelar más los pedidos de prisión domiciliaria de los represores que están cumpliendo condena por diversos delitos fue tajante: “Si hubiera una forma de expresar la indignación y el dolor que causa lo haría. No sería justo ni humano desearles la muerte ni provocarles pero si hay que dejar en claro que la condena o el motivo para la condena lo tuvieron sobradamente. En el caso del  al ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz  se trata de quien actuó en la venta de bebés nacidos en cautiverio y fue uno de los represores más duros. No hay palabras que justifiquen eso, el desagrado y la desilusión. Resulta que como es mayor puede ir a vivir a su casa,  cuando dejó un país herido y por generaciones. En mi caso era mi único hijo y las consecuencias de ello se han multiplicado desde hace más de 40 años.  Cuantas madres todavía hoy buscan sus hijos y abuelas a sus nietos”.

 

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Los argumentos de la detención de su hijo y su esposa 

El hijo de Delia y su esposa albergaban en su casa a un matrimonio , una familiar cuyo esposo luego de hacer el servicio militar solía organizar reuniones en su casa. A él lo conocían por como “Bigo”, por su bigote. Salió a buscar un nuevo sitio para alquilar con su bicicleta y jamás regresó. Por esa razón el hijo de Delia lo buscó e incluso preguntó por él en el área de Inteligencia del Ejército de La Plata donde le dijeron que se quedara tranquilo que con él no era la cosa. En cambio a Bigo lo buscaban por ser un cabecilla.

“Mi hijo y su esposa albergaban a una familia que solía hacer reuniones. Son detalles que me voy enterando. Al chico lo conocí y le decían Bigo por su bigote. Tres días antes de que los lleven, Bigo había salido a buscar departamento con una bicicleta y no volvió nunca más. Mi hijo fue al servicio de inteligencia del Ejército a preguntar qué había pasado con el muchacho  y le dieron que se quedara tranquilo que con el no era la cosa. No tengo idea de más razones si se que noches anteriores al 16 de octubre fecha que lo llevaron a mi hijo, que estaba preparando la tesis para medicina con mi sobrino Emilio Horacio Obando, lo llevan a él. A mi sobrino. Por eso esto trasciende en el tiempo. No es una sola persona, no es mi hijo solamente, son todas las familias involucradas que crecen con el tiempo. Los hijos de mi nieta que perdieron su madre, a mis bisnietas por parte de Martín que tiene que recuperar su identidad”.

 

Una historia de dolor y lucha permanente

En La Plata una madrugada de 1976 un comando del Ejército Argentino se llevó a su hijo y a su nuera -ambos profesionales de 27 años- dejando a su pequeña nieta de 3 años durmiendo en la cuna. Era su único hijo y su nuera Estela estaba embarazada de 8 meses Martín. La noticia tardó un poco en llegar y ese episodio sólo sería el inicio de un largo peregrinar que hoy continúa.

“Ellos estaban en La Plata y yo en Banfield, pasaron horas hasta que me avisaron que los había llevado el Ejército. En mi casa en ese entonces no era común escuchar de esas noticias pero en La Plata era común encontrar cadáveres, los mataban los encontraban en los zanjones, fusilaban a la gente en la calle. Yo no sabía nada cuando empecé a marchar ahí empezó la odisea. Cuando llegué  me recibió en la plaza Asucena Villaflor y éramos muy poquitas, ya la segunda vez o el tercer jueves, nos obligaban a marchar porque no podíamos estar paradas había estado de sitio. Con las semanas se multiplicaba la cantidad de madres que llegaban hasta ahí. Así comenzó mi búsqueda sin saber donde ni que hacer, presentar habeas corpus, visitar ejércitos, cárceles, averiguar hospitales donde podrían estar”, explicó.

Tiempo después supo que su hijo y su nuera estuvieron detenidos en el Centro Clandestino La Cacha y que finalmente lo último que se supo era que estuvieron en el pozo de Banfield. Allí nació Martín. “Cuando mi nuera tuvo el primer dolor de parto los gritos de las demás compañeras atrajeron a los carceleros que la llevaron a otro lugar donde tuvo familia esposada y con la capucha puesta. Es decir que ni vio a su hijo. Pero su supo que era un varón rubio de ojos celestes. Cuando vuelve Estela mi nuera al lugar de detención vuelve con el cordón umbilical que va a pasando de celda en celda hasta llegar a mi hijo con el mensaje de que el hiciera de cuenta que volvía a nacer Virginia porque era igualita a su hermanita. Después le dijeron que ese no era un lugar adecuado para un recién nacido y que lo iban a entregar a la familia”.

 

La vida quiso que en su lucha tuviera a su nieta al lado pero lamentablemente tras buscar y buscar a su hermano, hace algunos años se quitó la vida. De su hijo y su nuera no supo el destino final ya que ya en 1983 un informante comunicó a la CONADEP que estaban enterrados en la Estancia La Armonía, sede del regimiento de Infantería de La Plata pero cuando fueron había un campo inmenso y no había posibilidades de darlo vuelta. “Yo creí en ese dato pero no se pudo corroborar, pero por las características y los números de documentos, coincidía”, agregó.

La parte feliz de esta historia se dio hace apenas 9 meses. El 5 de noviembre del año pasado en Abuelas se presentó Martín, su nieto. Fue criado con amor por sus padres adoptivos, dos civiles que deseaban ser padres y que fallecieron el año pasado. “Virginia empezó a involucrarse con la búsqueda a los 16 o 17 años pertenecía a la agrupación Hijos, Hermanos y solía escribirle cartas a su hermano. Hicimos juntas un documental que se llama Hermanos de Sangre que fue doblado al inglés porque ella decía que en algún lugar Martín estaba, lo buscamos intensamente. Martín apareció el 5 de noviembre del año pasado. Sus padres adoptivos afortunadamente no tenían relación con las fuerzas armadas ni policiales eran unos civiles deseosos y ansiosos de tener hijos gente que le susurraron al oído que se vendían chicos. Esa es la historia, esperó a que fallezcan sus padres y madres de crianza  y de ahí mismo se fue a Abuelas. “Le dieron tanto amor que se refleja en la persona que es. No hay rencores, si dolor porque con el tiempo cuando lo compraron no se conocía la existencia de las Abuelas ni de los desaparecidos y ellos lo eligieron rubio de ojos celestes porque el papá era polaco y la mamá también de crianza de ojos celestes. Le dieron amor como si lo hubieran parido”.

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