Séptimo hijo varón y ahijado del Presidente, pero no lo bautizaron porque Macri «vive en concubinato»

La negativa corrió por cuenta de la Iglesia Católica, en San Rafael, Mendoza, de donde es oriundo el pequeño Tiziano, de 4 meses. Vetaron al Presidente porque es divorciado y no se casó por iglesia con Juliana Awada. El sacramento fue otorgado en un iglesia evangelista. Macri fue el padrino a través de un representante.

Lobizón y ahijado del Presidente. Ahí el destino del séptimo hijo varón. Lo primero es un mito. Lo segundo está legislado. La tradición había comenzado en 1907 cuando un matrimonio ruso convoca al presidente José Figueroa Alcorta para que apadrine al pequeño José Brost. En 1974 la costumbre se institucionalizó cuando se sancionó la ley 20.843 que consagra el «Padrinazgo Presidencial» para el séptimo hijo del mismo sexo (varón o mujer) y otorga al ahijado/a un aporte económico anual, una beca, que se efectúa a través del Banco de la Nación.

Ver también: Doce nuevos ahijados sumó la presidenta Cristina en Misiones

El primero ahijado presidencial de Mauricio Macri se llama Tiziano y nació hace 4 meses en San Rafael, Mendoza. El jefe de Estado cumplió con la tradición a través de un enviado. Pero no sin que mediara un inconveniente.

La iglesia católica le impide a Macri ser padrino porque es divorciado y no se casó nuevamente en esa institución con Juliana Awada, por eso el pequeño Tiziano tuvo que ser bautizado por el culto evangelista.

tiziano

“Yo quería bautizar a Tiziano en la Iglesia Católica, fui a hablar a la Catedral, a la iglesia Nuestra Señora de Luján y en la del Chañaral y en todas me dijeron que no podían bautizarme a Tiziano porque su padrino el presidente Macri es divorciado y vive en concubinato, y eso no estaba bien para los ojos de Dios”, contó Natalia Alcalle, mamá del ahijado presidencial, al portal local mediamza.com.

Ante la negativa, Tiziano fue bautizado días atrás en la iglesia Vida y Paz que dirige el Pastor Víctor Doroschuk. “En el Tabernáculo me aceptaron sin ningún inconveniente y la ceremonia fue hermosa”, dijo la madre sobre el trascendental evento.

En la decisión, los responsables del obispado de San Rafael no consideraron que hasta Francisco recibió en El Vaticano a Macri y Awada, modificando así las rígidas reglas de la Santa Sede, donde  –hasta el pontificado de Bergoglio- cada vez que un jefe de Estado llegaba en visita oficial a ver al Papa con una consorte casada sólo por civil, ésta era saludada por el pontífice en un salón aparte sin su marido presente.

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