Después de 31 años ininterrumpidos, la sala Tempo tiene que mudarse

El creador de la sala Tempo, el actor dramaturgo Luis Andrada (84 años) está desanimado, porque después de 31 años de funcionar en forma ininterrumpida en el viejo edificio ubicado en 3 de Febrero casi Córdoba tiene que mudarse. El propietario le pidió el local desde hace un año para poder construir allí uno nuevo. Estarán allí hasta el 31 de octubre y después no sabe adónde irán. Estaban dando la obra  “Homero del Alma”, con nueve actores y la última función fue el viernes pasado. Andrada  reclama el derecho de que “se sigan dando en una sala de Posadas todas las creaciones de todos los grupos de la provincia, a fin del año pasado llegamos con 1.578 representaciones, actuaron prácticamente todos”, dijo.

Luis Andrada tiene esperanza de conseguir nueva sala para Tempo.

Luis Andrada tiene esperanza de conseguir nueva sala para Tempo.

Andrada dijo que obra actual la bajaron por un mes y después verán si la van a reponer. Contó que el teatro “costó mucho hacerlo, es una puesta muy difícil, son nueve actores que hay que dirigir con mezcla de danza, baile, canto y actuación, el espectáculo es un desafío para cualquier director”.

 

Luego habló de los actores misioneros, “muchos alumnos pasaron alguna vez por el grupo, creo que hacemos un teatro como lo sentimos, siempre hablo del teatro como sentimiento, tienen que sentir lo que les pasa a los personajes y eso no es fácil”.

Luis Andrada contó que lleva dedicado más de 50 años al teatro, aunque reconoce que nunca vivió de este arte, piensa como misionero, aunque no nació aquí sino en Rosario, en el 58 llegó a Posadas y desde allí comenzó primero en Eldorado y después en Posadas. Recorrió toda la provincia con puestas y charlas y más.

Como profesor está dando clases en un taller para adolescentes que “anda muy bien” y esperan hacer una exposición final del curso y un teatro de perfeccionamiento actoral para actores con experiencia teatral que han subido al escenario y se han presentado ante el público.

También realizarán un trabajo final que es la resultante concreta de todo lo que se trabajó en el año en los talleres.

Andrada dijo “yo la hice a la sala Tempo” en 3 de Febrero casi Córdoba, y se tiene que mudar, hizo muchas gestiones para quedarse o irse a otro lugar. Están desde 1982 ininterrumpidamente con funciones todos los fines de semana, salvo enero en que se toman en descanso. “Tengo 84 de edad pero menos en el corazón”, dice sonriendo.

 

Los integrantes del grupo Tempo tienen que dejar la sede que  era un galpón que se había incendiado, “allí había una carpintería donde se fabricaba ataúdes, se incendió estaba en alquiler y por varias cosas supersticiosas yo alquilé e hice la sala, era un galpón con piso de tierra”.

 

Lamentó que para el teatro y para la gente es una sala que está en peligro de extinción, “somos una raza en peligro de extinción, me da mucha pena y pienso en todo lo que se hizo y se consuela que se mantuvo una etapa del teatro misionero independiente”.

 

No obstante, el veterano actor duda si esta situación pueda ser “un cambio, si hoy no se hace una industria del arte que se autofinancie no se tiene posibilidad de vivencia de ninguna manera, eso les pasa a las salas del interior, el mercado es muy reducido, y ahí tiene que aparecer el Estado”.

 

Y aclaró: “digo que tiene que ver el Estado, que no es el que gobierna en este momento, es el que elegimos para que administre los bienes de la provincia, la constitución provincial y nacional establece el derecho de todos los ciudadanos a la cultura, que implica una óptica muy amplia el derecho a la cultura, es el derecho a practicar todas las disciplinas artísticas pero aparte le da el derecho a todos los ciudadanos de espectar”.

Andrada destacó la lucha de un grupo de gente que hasta acá se lo sostuvo, pero de acá en adelante es imposible sostenerlo económicamente,  agregó.

 

Sin embargo, tiene esperanza, “nosotros vivimos de la esperanza, seguiré haciendo teatro hasta que me dé el cuero, en la sala Tempo o en la plaza”.

Desde el congreso de la Nación lo nombraron notable, pero más que mimos necesito una sala», insistió.

 


 

 

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