Robert Francis Prevost, nacido en Chicago, se convirtió este jueves en el 267º Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Con esta histórica elección, Prevost, quien fue elegido tras un cónclave realizado en la Capilla Sixtina del Vaticano, asumió el liderazgo espiritual de los 1.4 mil millones de católicos del mundo.
En su primera misa como pontífice, León XIV, el primer papa norteamericano, subrayó la necesidad de no considerar a Jesús como un simple «líder carismático o superhombre». El papa instó a los cardenales a colaborar en la difusión de la fe católica, destacando la importancia de seguir el modelo de humanidad santa que representó Jesús.
En su discurso, León XIV mencionó a su predecesor, el papa Francisco, recordando su enseñanza sobre la importancia de dar testimonio de una fe gozosa en Jesús salvador. El pontífice expresó su preocupación por la falta de fe y las heridas sociales que esta provoca.
En su primera alocución pública en inglés desde la basílica de San Pedro, León XIV afirmó: “Dios, al llamarme a través del voto de ustedes, me confía este tesoro para que, con su ayuda, sea un fiel administrador”. Además, subrayó que incluso entre los bautizados, Jesús es a veces reducido a un simple líder, lo que, según él, lleva a un «ateísmo de hecho».
En sus comentarios, León XIV destacó el rol de los líderes católicos en guiar a la comunidad hacia una fe más profunda y auténtica. Subrayó la necesidad de que los fieles no caigan en la trampa de ver a Cristo solo como un símbolo humano, sino como el salvador que realmente es. Con este mensaje, el papa León XIV busca fortalecer la misión evangelizadora de la iglesia en un mundo cada vez más secularizado.