Pese a la recuperación del consumo interno informado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), sus propios datos revelan una caída del 50% en la cosecha del primer trimestre de 2025. El productor Jorge Scripzuk atribuyó esta situación a los efectos del DNU 70/2023. Esta medida modificó la normativa del sector, eliminó la capacidad del ente yerbatero para fijar precios mínimos y, según explicó, generó una falta de rentabilidad que llevó a los productores a detener la cosecha.
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Scripzuk desarrolló puntualmente la incidencia de esta normativa del Gobierno nacional en la actual situación de la cosecha. “Es consecuencia del modelo de gobierno donde hoy las industrias tienen toda la potestad, tienen toda la de marcar el camino. Esto siempre va en perjuicio de los productores”.
Para el productor la derogación de artículos esenciales en las leyes que regulaban la actividad significó, en la práctica, la eliminación de la facultad del INYM para establecer precios mínimos.
Esta ausencia de precios de referencia tuvo un impacto directo en el beneficio económico de los productores. “Al no tener rentabilidad y bajar los precios de la hoja verde, los productores decidimos no hacer la cosecha”, sentenció Scripzuk.
La consecuencia inmediata fue una abrupta disminución en el volumen cosechado. “De esta forma no se están cubriendo ni los puestos de producción”, completó.
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La preocupación del sector radica en la falta de respuestas concretas ante esta crisis. “El problema viene desde Nación donde se desregula todo. Al INYM lo dejaron prácticamente con dos facultades de lo que fija la ley. Es preocupante la situación”, lamentó.
Por otro lado, Scripzuk respondió sobre las ya palpables consecuencias de la caída en el sector: “Hay lugares donde se van viendo cartelitos de venta de chacras. Hay una situación desesperante y con esto volvemos a los 2000, 2001, donde pasaba algo similar o idéntico”.
Para el productor, la sensación de abandono por parte de las autoridades nacionales es evidente entre los productores. “Hay mucha preocupación.Los productores hoy están decididos a salir a trancar la ruta. Hay mucha bronca, mucha impotencia en los productores. Se va ir viendo de acá para adelante cuál va a ser el camino a tomar”, expresó.
Según manifestó tuvieron diálogo con autoridades provinciales, pero la situación los excede porque “la responsabilidad es netamente nacional”.
En este marco, hizo referencia a Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, quien durante el anuncio de la derogación de la limitación de nuevas plantaciones de yerba mate, celebró la caída de los precios de la hoja verde.
“Allá festejan porque ha caído el precio de la yerba, pero cayó para el pequeño productor, para el pequeño secadero, quienes ni siquiera tienen un valor de referencia para el precio de la canchada. Estas son las cosas que allá tienen que tomar las medidas que deberían. Al menos nombrar un presidente del Instituto, que es lo que está haciendo falta, que la facultad es de Nación”, reclamó.
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La insistencia en la falta de diálogo con los representantes nacionales es otro punto crítico. “Le insistimos, le mandamos mensajes, nunca hemos tenido poder de respuesta”.
De esta manera, Scripzuk anticipó un futuro complejo para el sector si no hay cambios. “Esto va a colapsar en algún momento, y van a tener que o mejorar el precio, o los productores están decididos a no cosechar hoy en día. Es más, hablaba con productores de distintos lugares y quieren salir a cortar hasta la circulación de la yerba canchada”.
Por lo tanto, sostuvo: “Es muy complicado cuando tenemos costos fijos, gastos habituales y eso se va incrementando permanentemente. El combustible fue una novedad del 4%. Noviembre y diciembre de 2023 teníamos un gasoil de 380 pesos. Hoy tenemos arriba de 1300. La yerba estaba a 210 en aquel momento, hoy está a 170, 180, 250, en algunos casos, con un anticipo de 70 pesos y después el resto a 180 días, 200 días”.
En este contexto “es imposible que un productor pueda soportar”, pronunció el productor.
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