Día Mundial de la Libertad de Prensa | Medios de Latinoamérica se unen en una campaña global para defender la democracia

Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, las principales asociaciones de medios de América Latina y España lanzaron una campaña conjunta para alertar sobre el avance de las restricciones a la libertad de prensa y el riesgo que esto implica para los sistemas democráticos.

En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, conmemorado es sábado 3 de mayo, las principales asociaciones de medios de comunicación de América Latina y España lanzaron una campaña conjunta bajo el lema: “Defender la libertad de prensa es defender la democracia”.

 

La iniciativa fue impulsada por organizaciones como ADEPA (Argentina), AEDP (Ecuador), AMI (Colombia), Alianza de Medios MX (México), ANJ (Brasil), el Consejo de la Prensa Peruana (Perú), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Asociación Mundial de Editores de Medios (WAN-IFRA) y NP (España), con el apoyo de la agencia de publicidad española Portavoz.

 

La campaña surge como una respuesta a la preocupante realidad que atraviesan los medios en distintas partes del mundo: actualmente, el 70% de los países imponen algún tipo de restricción al derecho a la libertad de prensa, según advierten sus impulsores.

 

El mensaje central enfatiza que la defensa de la libertad de prensa no solo es un deber profesional, sino también un acto de valentía frente a contextos que amenazan tanto la seguridad de los periodistas como el acceso de la ciudadanía a una información libre y veraz.

 

“Queríamos alertar a la sociedad sobre este peligro creciente y, al mismo tiempo, dar apoyo a los periodistas que, pese a las amenazas, siguen ejerciendo su labor con compromiso y valentía”, expresó Juanma Soriano, director creativo de Portavoz.

 

La campaña, difundida simultáneamente por medios de distintos países, refleja el compromiso del periodismo latinoamericano con la defensa de la democracia, en momentos donde los ataques gubernamentales y las presiones al ejercicio periodístico se intensifican a nivel global.

El porqué de la campaña

Defender la libertad de prensa es un “desafío de alcance global”, por lo que campañas como esta ponen destacan el valor de la labor de los periodistas y el derecho de la ciudadanía a estar informada.

 

Sobre la campaña en sí, informó que la agencia se enfocó en encontrar un mensaje que conecte con otros países hispanoamericanos, pero que reflejara la “realidad compartida” sobre la libertad de prensa en cada uno de ellos.

 

Y sobre el enfoque creativo de la campaña en formato impreso, subrayó que “la imagen del papel roto, sin llegar a leerse ‘libertad de prensa’, es su manera de mostrar cómo se está borrando algo que nunca debería desaparecer”.

 

Soriano informó que la agencia trabaja desde 2020 con AMI para crear campañas como esta. Además, que tiene una experiencia de 30 años ofreciendo servicios integrales de publicidad y comunicación de la mano de un equipo de 28 profesionales.

 

A lo largo de su trayectoria, ha participado e impulsado más de 46.000 proyectos de más de 1.500 empresas e instituciones de diferentes ámbitos.

 

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Panorama actual de la libertad de prensa en países de América Latina

En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Federación Internacional de Periodismo y la organización Latam Journalism Review han presentado el panorama actual de la libertad de prensa en América Latina y el Caribe, señalando que enfrenta crecientes desafíos.

 

Ambos organismos señalan que la región es un escenario donde las restricciones a la labor periodística a menudo se correlacionan con la violencia persistente en numerosos países del continente. Ahí, los ataques a la libertad de prensa toman diversas formas, incluyendo asesinatos, persecución judicial, amenazas, represión e impedimentos.

 

La impunidad es un problema grave. En México, aunque hubo una baja en la cantidad de asesinatos en 2023 en comparación con 2022, los crímenes continúan sucediendo, y la tasa de impunidad sigue siendo de las más altas de la región: el 95% de los ataques mortales contra periodistas no se resuelven.

 

Un estudio de UNESCO, que analiza el período 2006-2021, indica que el 78% de los asesinatos de periodistas en América Latina y el Caribe se encuentran impunes.

Condicionamientos, violencia y persecución de periodistas

En Colombia, hubo un marcado crecimiento de las amenazas en regiones del interior, provenientes mayormente del crimen organizado, generando «desiertos informativos». Las precarias condiciones laborales de los periodistas comunitarios aumentan su riesgo.

 

En Guatemala, tres periodistas fueron asesinados en 2023, y no ha habido avances en las investigaciones. La criminalización del trabajo informativo y la persecución judicial se han convertido en herramientas frecuentes, como se vio en el caso del director José Rubén Zamora y la investigación a ocho periodistas de su medio por sus artículos. El Ministerio Público utiliza el poder judicial para perseguir a los medios y periodistas.

 

En Perú, tras conflictos sociales, el gobierno intentó criminalizar el trabajo periodístico con aumentos de penas, aunque estos proyectos no avanzaron. Sin embargo, continúan registrándose intentos de judicialización de la labor informativa.

 

En Paraguay, la localidad de Pedro Juan Caballero sigue siendo peligrosa para los periodistas, con un nuevo crimen registrado en 2023. Además, se han denunciado intentos de criminalización del trabajo por parte de figuras públicas vinculadas al partido de gobierno.

 

Honduras registró un caso fatal en 2023, el de Francisco Ramírez Amador, quien estaba bajo un mecanismo de protección.

 

En Haití, la violencia estructural y el dominio de las bandas criminales han llevado a secuestros y asesinatos de trabajadores de los medios. Aunque no siempre directamente relacionados con el trabajo informativo, la exposición a esta violencia impacta la capacidad de informar.

 

Ecuador vivió un 2023 complejo con crecientes intimidaciones y el exilio de algunos periodistas. El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio evidenció el crecimiento de grupos armados vinculados al narcotráfico. A inicios de 2024, bandas criminales tomaron las instalaciones de un canal de televisión, amenazando a los trabajadores.

 

La sostenibilidad financiera se ha convertido en una de las principales amenazas a la libertad de prensa en América Latina. El Índice Mundial de Libertad de Prensa 2025 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) señala que 22 de los 28 países de la región registraron caídas en sus indicadores económicos.

 

Esta fragilidad puede llevar a los medios a atender otros intereses, comprometiendo la independencia editorial. Artur Romeu, director de RSF en América Latina, destaca que el indicador económico global consolidado es el más bajo en la historia del índice, evidenciando un desafío complejo para la estabilidad financiera de los medios.

 

La presión financiera ha llevado a algunos medios a atender intereses políticos o comerciales, o a simplemente reproducir comunicados de prensa.

 

Los desafíos estructurales persisten, como la concentración de la propiedad de los medios, servicios públicos de información débiles y malas condiciones laborales. El colapso de los modelos de negocio tradicionales, con los ingresos por publicidad desplazándose hacia plataformas tecnológicas globales, ha empeorado esta crisis.

 

La retórica violenta y estigmatizante contra la prensa es habitual en muchos países de la región. Esta conducta ha llegado incluso a países históricamente bien clasificados en libertad de expresión, como Costa Rica, donde el presidente ha apelado a una lógica amigo-enemigo con los medios.

 

En Argentina, el nuevo gobierno busca el cierre y privatización de medios públicos, ha cerrado la agencia Télam, y trabajadores de prensa han sido víctimas de agresiones intencionales por fuerzas de seguridad en protestas. El presidente Javier Milei es señalado por su enfoque «beligerante, confrontativo y virulento» hacia la prensa.

 

En Colombia, la política del gobierno hacia la prensa es ambigua, combinando apoyo a un entorno pluralista con retórica confrontativa del presidente Gustavo Petro contra los principales medios.

 

Ante este panorama de violencia, persecución y fragilidad económica, la autocensura se convierte en una estrategia común de supervivencia para muchos periodistas.

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