La descalificación de documentos en Estados Unidos acerca de la presencia de nazis en Sudamérica reavivó historias de el paso que tuvieron en Argentina. En Misiones, tres hermanos que ya pasaron los 80 años de edad, contaron en exclusiva a Misiones Online detalles desconocidos sobre la vida de Mengele en la Tierra Colorada. Nacidos en San Pedro, casi en la frontera con Brasil, Olavo, Victor y Lila, trabajaron en su juventud en varias colonias radicadas en plena selva misionera. En Lanusse funcionó una fábrica alemana que increíblemente tenía una clínica médica de primer nivel con el doctor Enrique Dumbarg a disposición de todos.
Nacidos en San Pedro, relataron sobre su contacto con un hombre conocido como Enrique Dumbarg. Sin saberlo en ese momento, estos testigos aseguran haber trabajado para el médico que, en realidad, era Josef Mengele, el infame criminal de guerra nazi apodado el “Ángel de la Muerte”.
El misterio sobre la presencia de Mengele en Sudamérica fue objeto de numerosas investigaciones, y la reciente desclasificación de documentos relacionados con los crímenes de guerra nazis ha arrojado más luz sobre las conexiones de este hombre con la región. En este contexto, los testimonios de Libertad Argentina Dos Passos, Olavo Dos Passos y Víctor Dos Passos aportan detalles inéditos sobre la vida de Mengele en Colonia Lanusse, provincia de Misiones, antes de su fuga definitiva a Brasil, donde moriría en 1979.
Josef Mengele, tras escapar al final de la Segunda Guerra Mundial, llegó a Argentina entre 1949 y 1950, instalándose inicialmente en Buenos Aires y sus alrededores bajo el nombre falso de Helmut Gregor. Posteriormente, en 1959, huyó a Paraguay, donde se estableció en la región del Alto Paraná, cerca de la frontera con Misiones, y obtuvo la ciudadanía paraguaya en noviembre de ese año.
Se estima que entre 1959 y 1964 pudo haber residido en Misiones, aunque no existen registros oficiales que confirmen su estadía. Finalmente, a mediados de 1960, Mengele se trasladó a Brasil, donde permaneció hasta su muerte en 1979.
Olavo recuerda que el profesional de la salud “era un buen médico, muy querido en la zona”, atendiendo a obreros y sus familias en la clinica.
Sin embargo, ciertos comportamientos del exjerarca nazi llamaron la atención de Olavo. El médico le pidió en varias ocasiones que negara conocerlo si alguien preguntaba por su paradero. “Si viene alguien y él no estaba, había que decir que no lo conocíamos y que allí vivía Enrique Dumbarg”, detalló Olavo.
Además, menciona que el médico caminaba con dificultad debido a una lesión en el pie, lo que coincidía con las descripciones de Mengele, quien había perdido varios dedos por una explosión de granada.
Las inquietudes sobre la identidad de Dumbarg comenzaron a crecer cuando Olavo vio a dos mujeres, Hansi y Julia, quienes visitaban frecuentemente al aleman. La primera, según Olavo, hablaba poco castellano y había llegado a la zona con un niño pequeño. La segunda, Julia, trabajaba como enfermera en el centro de salud. Para los tres hermanos, estos detalles adquirieron mayor importancia años después, cuando vieron fotos de Mengele y lo reconocieron como el mismo hombre con el que habían interactuado.
La presencia de Mengele en Misiones
El relato de Lila, hermana de Olavo, se une a esta historia con un testimonio igualmente curioso. Primero hay que antender el contexto que ocurria en pleno monte misionero hace más de 70 años atras. Unos pocos patrones, capitoste, y miles de jornaleros empobrecidos que intentaba ayudarse uno a otros. Especialmente si eran hermanos y fue asi que Olavo, convocó a su hermana Lila ya que Dumbarg necesitaba una mucama. Como tambien más tarde convocó a su otro hermano Víctor para que trabaje en el lugar.
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Lila recuerda haber trabajado en la casa del doctor Dumbarg durante cinco años, en la localidad de Gobernador Lanusse. A pesar de que inicialmente pensó que se trataba de un médico competente que salvaba vidas, no fue hasta años después que supo que se trataba de Josef Mengele. Resalta que el doctor “hablaba bien en español” y que en ningún momento dio pistas sobre su origen alemán o sus oscuros antecedentes en Europa.
Una de las experiencias más significativas que Libertad recuerda, fue la intervención quirurjica del médico en la operación de su hermano menor Pepe, quien estaba mal de salud en otro paraje cercano y practicamente habia sido desahuciado en precario hospital local. “El doctor Dumbarg se asustó cuando lo vio, pero lo operó otra vez en su clinica. Tenía suciedad dentro y estaba muy mal”, recordó. Gracias a la intervención de Mengele, Pepe logró sobrevivir.
El relato de Víctor Dos Passos, el tercer hermano involucrado en este testimonio, refuerza aún más las sospechas sobre la identidad de Dumbarg. Víctor, quien también trabajó en Gobernador Lanusse y conoció al médico desde su adolescencia, recuerda que Dumbarg atendía a los trabajadores de la empresa Samuí.
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“La gente en Puerto Esperanza, Wanda y Libertad lo conocía como el doctor Enrique Dumbarg”, señala.
La huida de Mengele
Según los testimonios, la huida de Mengele de la zona se habría producido entre 1962 y 1964, cuando de repente abandonó Misiones y se trasladó a Brasil. Víctor Dos Passos describe cómo, antes de su partida, el médico le pidió a su esposa Julia que preparara la valija y cargara la ropa de su hijo, antes de abandonar su hogar en el Citroën azul, un segundo vehículo que ocupaba el medico.
“Cuando atraparon a otros, saltó que el famoso doctor Dumbarg era Josef Mengele”, asegura Víctor. Tras su fuga, Mengele pasó por el país y, finalmente, se estableció en Brasil, donde vivió hasta su muerte en 1979. En 1992, un análisis de ADN confirmó su identidad y cerró uno de los capítulos más oscuros de la historia del nazismo.
Según historiadores, la presencia de Mengele en Sudamérica fue posible gracias a una red de apoyo que le permitió escapar de la justicia. Su vida en Argentina, Paraguay y Brasil sigue siendo una de las historias más intrigantes y trágicas del siglo XX.