El juicio oral contra los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, comenzará el 31 de marzo en Posadas. La investigación, que involucra pruebas digitales contundentes, fue parte de una operación internacional. Los fiscales anticipan un juicio de alta complejidad, con más de 60 testigos, mientras que la defensa intentará desacreditar las pruebas presentadas.
El juicio oral contra los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI), se iniciará el próximo 31 de marzo en el Palacio de Justicia de Posadas.
Este caso ha captado la atención nacional e internacional, luego de que se destapara en febrero de 2024 a raíz de una serie de allanamientos realizados en distintas ciudades de Argentina.
Las investigaciones fueron encabezadas por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales de CABA y la División de Delitos Cibernéticos de la Policía Federal, en el marco de una investigación internacional denominada “Guardianes Digitales de la Niñez,” que involucró la cooperación de varios países de América Latina.
Uno de los allanamientos más relevantes tuvo lugar en la ciudad de Apóstoles, en el domicilio de Sebastián Kiczka, donde se incautaron dispositivos electrónicos con material explícito de abuso infantil.
La fiscal Silvia Barronis, quien solicitó la elevación a juicio en diciembre de 2024, destacó que las pruebas son “contundentes”. En los dispositivos de Germán Kiczka, se hallaron 913 archivos multimedia con contenido de explotación sexual infantil, entre los que se incluían imágenes de menores de 13 años en situaciones de abuso.
El juicio, que se prolongará hasta el 16 de abril, será conducido por el Tribunal Penal de Posadas, compuesto por el juez Gustavo Arnaldo Bernie y los vocales Viviana Cukla y César Antonio Yaya.
Los fiscales encargados del caso, Martín Rau y Vladimir Glinka, enfrentarán el desafío de presentar una acusación sólida, basada en cientos de pruebas digitales obtenidas durante la investigación.
Por su parte, la defensa de los hermanos Kiczka estará a cargo de los abogados Eduardo Paredes y Gonzalo de Paula, quienes buscarán desacreditar las pruebas presentadas por la fiscalía.
En diálogo con Misiones Online, los fiscales anticiparon su estrategia para el juicio. Martín Rau destacó la importancia de la colaboración con Glinka y explicó cómo la evidencia digital ha transformado el paradigma tradicional de trabajo. “A mí, en lo personal, la colaboración de Vladimir me viene fantástico porque me ayuda a abordar un montón de cuestiones que exceden en volumen a lo que normalmente nosotros estamos acostumbrados a manejar en un expediente papel. Todo lo que hace a la evidencia digital cambia dramáticamente el paradigma de trabajo que estamos acostumbrados a manejar.”, señaló Rau, refiriéndose a la complejidad de los casos que involucran el ciberespacio y los derechos de los menores.
Glinka, por su parte, destacó que el enfoque del juicio será el de basarse estrictamente en los hechos y las pruebas. “En este momento, previo al juicio, aprendemos a lidiar con la expectativa del caso y esa, la traducimos quizá en un enfoque más específico, en mayor concentración. Dejamos la expectativa quizá de lado para abocarnos a la realidad. Nosotros, más allá de lo que suceda en la coyuntura o en el contexto de la causa, solo tenemos que ir a acusar con pruebas sobre hechos determinados. Entonces, no hay mucho lugar para expectativas, tenemos que ceñirnos específicamente a la verdad”, afirmó.
El juicio está previsto para desarrollarse en tres semanas, con alrededor de 67 testigos que serán citados durante las audiencias. Rau anticipó que el tribunal cerrará la producción probatoria durante el debate, y que la lectura del requerimiento de elevación a juicio y los alegatos finales serán públicos. “Hemos sido notificados el día de hoy de que el debate va a ser cerrado en su producción probatoria, pero que va a ser pública la lectura del requerimiento de elevación a juicio y los alegatos de clausura, digamos la sentencia a la que arriba el Tribunal”.
La magnitud del caso y las implicancias de los delitos que se están juzgando son especialmente significativas. Glinka expresó que el abuso infantil tiene un peso moral y social mayor debido a la vulnerabilidad de las víctimas, y reconoció que es una causa difícil tanto a nivel profesional como personal. “Imagínate que todo tipo de abuso sexual es particularmente gravoso, es difícil de ver, es difícil de comprender y en esto tiene el agregado quizá que son todos infantiles los abusos sexuales, entonces por supuesto que tiene un peso quizá un poco mayor. Es un material fuerte, cuesta, pero es mi trabajo, y lo voy a llevar adelante con la responsabilidad que implica este cargo”, señaló.
En cuanto a la posible condena, Rau explicó que, debido a la cantidad de hechos que se imputan, será difícil prever una pena concreta antes del juicio. Sin embargo, destacó que el caso podría conllevar una pena severa, dada la gravedad de los hechos. “Es difícil ponerle un número a la pena de Germán y Sebastián Kiczka hoy antes del juicio oral. Todo el Código Penal está estructurado alrededor de penas mínimas y máximas para cada una de las acciones delictivas que están prohibidas”.
Los fiscales también elogiaron la rapidez y eficacia con que se llevó a cabo la investigación, destacando que, a pesar de ser un proceso complejo, la acción judicial fue veloz y de alta calidad. “Misiones no tiene nada que envidiarle a otras jurisdicciones del país, en lo que es investigación de este tipo de delitos que, francamente, son totalmente diversos de los delitos tradicionales. Cuando hablamos de evidencia digital, hablamos de evidencia que es volátil, que se puede borrar de manera remota, que es necesario actuar rápido”, subrayó Rau, resaltando que el trabajo realizado por las fuerzas de seguridad fue clave para llegar a este punto.
Por su parte, Glinka enfatizó que este caso sienta un precedente en la lucha contra los delitos digitales, y destacó que la justicia respondió rápidamente a la presión social.“La sociedad requiere y reclama la justicia y la justicia respondió. Eso creo que es lo más importante, porque en definitiva somos generadores de paz social, de equilibrio social. Entonces hay que atender ese llamado y responder, estar a la altura de las circunstancias. Este caso ha sido bien construido y rápido, lo que servirá como ejemplo para futuros casos”, concluyó.