Despertar tras 29 días de coma | El testimonio de un paciente a casi cinco años de superar el Covid-19: «Estuve a punto de no salir»  

La vida de Joselo Schuap, Ministro de Cultura de Misiones, cambió de manera drástica cuando el COVID-19 tocó a su puerta. El artista y político relató cómo la enfermedad lo llevó a un estado límite, alterando para siempre su percepción sobre la vida y la muerte.

“Un día me enfermé y estuve acostado en una cama del hospital. Me salvó la salud pública”, recuerdó, mientras contó cómo enfrentó la incertidumbre y el sufrimiento físico tras contagio de la cepa Manaos, sin estar vacunado debido a que no cumplía con la edad para recibir la dosis en ese momento. El impacto para él fue profundo. “Tuve 29 días en coma. Es una bocha, perdí la mitad del peso de una persona, casi no camino más. Estuve a punto de no salir.”

Durante esos días, Schuap experimentó momentos que desafiaron su lógica. En sus sueños, se vio en situaciones extremas, como una despedida inminente, pero también un reencuentro con la vida. “Vi cosas que no se pueden contar sin usar metáforas. Me vi con mi esposa, hablando con un amigo, en una suerte de despedida, pero todo dentro de un sueño. Una pesadilla que casi se convierte en realidad”, explica.

En medio de su estado crítico, Schuap sufrió una fuerte angustia, convencido de que había perdido a sus hijos en un accidente. “Fueron días de desesperación, no podía hablar porque tenía la traqueotomía, solo podía comunicarme con la mirada”, dijo contando la desesperación que sufrió al no poder consultar sobre su familia.

Pero la historia real era otra, aunque él todavía no lo sabía.

“Siete días después, mis hijos vinieron a saludarme por mi cumpleaños. Ahí entendí que algo no estaba bien. Había confundido la realidad con un sueño dónde ellos se morían” dijo.

El regreso de Joselo Schuap fue más que físico. Según contó, pasó de ser un hombre atrapado en el caos de su enfermedad a comprender la importancia de las pequeñas cosas. “El hecho de poder caminar, comer, ducharme solo, todo eso cobra un valor inmenso. Me hizo entender que este paso por la vida es solo un suspiro”, reflexiona. La experiencia lo transformó, y su visión de la vida «cambió para siempre» remarcó.

Al retomar contacto con las redes sociales, Schuap se encontró con una publicación que informaba su muerte. La sorpresa fue mayor cuando, al abrir el enlace, descubrió los mensajes de cariño de muchas personas, incluso de aquellos que no lo conocían. “Me emocionó mucho leer lo que decían sobre mí. El día que me muera, me gustaría saber que hice las cosas bien, que fui una buena persona”, admite.

Para él, esta vivencia también lo llevó a reflexionar sobre los egos que predominan en diferentes esferas, desde la política hasta el arte y el periodismo. “El ego está presente en todos los ámbitos, incluso en la vida pública. Lo necesitamos para defendernos, pero cuando lo llevamos a la vida cotidiana, se vuelve desproporcionado. Somos todos iguales, pero a veces olvidamos eso”.

Schuap recordó una conversación que tuvo con un gran artista, el Puma Rodríguez, quien le compartió una reflexión que lo marcó: “Cuando subo al escenario, mido tres metros. Cuando bajo, soy un enano. Pero en la vida real, puedo barrer una vereda o hacer un café. Todos somos humanos, y esa es la gran enseñanza”, citó.

Hoy, Joselo Schuap ve la vida con otros ojos. La experiencia con el COVID-19 lo resucitó no solo esencialmente, sino espiritualmente. «Aprendí a valorar la simpleza, a reconocer el valor de estar vivo y rodeado de quienes me quieren.»

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas