En una conferencia de prensa este jueves, desde el Salón Oval, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró su intención de anexar Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, y sugirió que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podría desempeñar un papel en el proceso.
El presidente de EE.UU. reafirmó su intención de incorporar el territorio danés, mientras la OTAN evitó pronunciarse al respecto. El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, evitó respaldar la propuesta, aunque destacó la importancia estratégica del Ártico.
El mandatario estadounidense Donald Trump afirmó con contundencia que “la anexión de Groenlandia sucederá” y justificó su postura en términos de seguridad internacional: “Necesitamos control sobre el territorio porque nuestros principales adversarios están operando en la zona, y debemos proteger nuestros intereses”, declaró.
Durante el encuentro, Mark Rutte destacó la importancia estratégica del Ártico, aunque evitó comprometer a la OTAN en el debate sobre la soberanía de Groenlandia. “Es fundamental que los países árticos trabajen en conjunto bajo el liderazgo de Estados Unidos para garantizar la seguridad de la región”, afirmó el secretario general, sin pronunciarse directamente sobre la anexión.
Resistencia desde Groenlandia y Dinamarca
El planteo de Trump generó una inmediata reacción en Groenlandia. Mute Egede, primer ministro saliente, expresó su rechazo en redes sociales: “El presidente estadounidense vuelve a insistir con la anexión. ¡Ya es suficiente!”, y anunció que convocará a los líderes de los principales partidos para evitar cualquier avance en esa dirección.
La idea de incorporar Groenlandia a EE.UU. no es nueva en la agenda de Trump. En 2019, su gobierno había manifestado el interés de comprar la isla, lo que provocó una dura respuesta del gobierno danés.
En esta ocasión, el presidente estadounidense redobló la apuesta al relativizar los derechos históricos de Dinamarca sobre el territorio: “No sé si realmente les pertenece, no creo que sea así”, declaró.
Groenlandia, con apenas 57.000 habitantes, posee un territorio tres veces mayor que Texas y es rica en recursos minerales clave para la industria tecnológica y la defensa.
Aunque en 1979 obtuvo autonomía, Dinamarca aún controla sus relaciones exteriores, la defensa y la política monetaria, además de aportar cerca de mil millones de dólares anuales a su economía.
Un escenario político en transformación
El debate sobre la soberanía de Groenlandia se intensifica en un momento clave, tras las recientes elecciones en la isla. El opositor Partido Demokraatit, de tendencia proempresarial y con una postura independentista moderada, logró un crecimiento significativo en el Parlamento, lo que podría marcar un cambio en la relación con Dinamarca y, eventualmente, en el futuro geopolítico de la región.
Mientras tanto, Trump continúa con su ofensiva para expandir la influencia estadounidense en el Ártico, manteniendo la presión sobre Groenlandia y Dinamarca, y dejando abierta la posibilidad de que la OTAN juegue un papel en su estrategia.
Fuente: con información de la Agencia France 24 y Perfil