Lely Brito, licenciada en Comunicación Social y directora de Comunicación de la Municipalidad de Posadas abordó los desafíos de accesibilidad y la necesidad de visibilizar la realidad de las personas con discapacidad. Destacó los avances en infraestructura y educación, pero advirtió sobre barreras edilicias y prejuicios que aún persisten en la sociedad.
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Brito afirmó que “nuestro rol actualmente es ir mostrando o naturalizando, si se quiere, que somos personas igual que las demás, que por ahí tenemos una dificultad que se nos ve, que es física o intelectual, que se nota más, pero todos tienen algún tipo de problema o de barrera, si se quiere. Entonces, esa lucha nos unifica, no la dividiría por género, a las personas con discapacidad en general. Tener que estar mostrando que a pesar de tener una situación podemos trabajar, ser mamás, papás, hacer algún deporte, salir a bailar, tener relaciones, tener amores, tener trabajos, me parece que ahí está nuestro camino en este momento de tener que recorrer esa lucha que se está dando día a día”.
Además, señaló que uno de los mayores desafíos sigue siendo la accesibilidad en espacios públicos y privados: “Yo creo que hay dos trabas importantes, una es la edilicia, que por ahí las ciudades, los lugares no están preparados, lo están haciendo sí, hay una transformación, hay un cambio. Cuando yo iba a la escuela y era chica no había nada adaptado, no había nada, mis papás tuvieron que hacer la rampa para que yo pueda subir a la escuela. Hoy uno va a las instituciones educativas y están mucho más preparadas. Ya nos piensan dentro de la sociedad activa, antes no, antes estábamos más recluidos”.
Resaltó que persisten los prejuicios sobre la capacidad de las personas con discapacidad. “En mi caso no fue así, porque tuve una familia y un entorno que siempre me incluyó y nunca me dejó afuera de absolutamente nada, pero sí hay un cambio, aunque siguen existiendo muchas barreras. Y el otro es el preconcepto de la gente, de que tiene una discapacidad, no puede seguramente hacer esto. Yo cuando cuento que soy mamá sola, la gente que no me conoce, es como que se asombran. Para mí es tan normal, no puedo caminar pero el resto de las cosas las hago normal, creo que ahí está en demostrar o naturalizar la situación”, sostuvo.
El rol de los medios
La licenciada cuestionó el enfoque que a veces presentan “quienes están frente a un medio de comunicación, a veces tienen estos prejuicios que decía recién. Entonces, al comunicar algo que tenga que ver con personas con discapacidad, a veces es como que los ponen en situación de víctima o en situación de desventaja, de diferencia con el resto de las personas. Pero al mismo tiempo, esta democratización que hay de los medios, que yo puedo tener redes, que cualquier persona con discapacidad puede tener redes, demostrar. Yo subo videos haciendo cosas, para demostrar que somos igual al resto, que tenemos una dificultad, no lo niego a eso, pero eso no me hace menos”, manifestó.
Consultada sobre qué falta por mejorar, indicó que el proceso de inclusión avanza lentamente “pero esto de que nosotros tengamos trabajos, que seamos visibles… Antes la gente que tenía alguna discapacidad se quedaba encerrada en su casa, entonces yo no podía ver a otra persona, a ver cómo se desempeñaba, cómo se desarrollaba en su día a día. Ahora lo podemos ver”.
Así, reconoció que actualmente el colectivo gana terreno en lo laboral, lo educativo y en la vida social. No obstante, señaló que todavía hay restaurantes sin baños adaptados, locales con escalones, lugares sin cartas en braille.
“Pero también me responsabilizo como persona con discapacidad. Creo que tenemos un compromiso de salir a mostrar o reclamar en un lugar si no tenés baño para el discapacitado, porque la gente, si no, no lo ve. Por ejemplo, una persona ciega, no sé qué necesita, pero si me lo pide, por ahí lo hago. Creo que tenemos que nosotros salir a ocupar esos lugares o reclamar acciones en distintos ámbitos”, planteó en diálogo con Sala Cinco.
También subrayó la importancia de la actitud social y la empatía. “Nos tienen que pensar al momento de diseñar espacios. Me ha pasado de hablar con arquitectos y que me digan: ‘Jamás se me ocurrió que si giraba el inodoro había más espacio para moverte en un baño’. Hay desconocimiento y por eso es importante que se nos consulte”.
Para la entrevistada, la clave está en generar conciencia y participación, debido que “hay mucha gente que les da vergüenza o temor no saber cómo ayudar. Se pregunta. Y yo te voy a explicar cómo ayudar. A los jóvenes les da un poco de vergüenza no saber cómo hacer las cosas. Por ahí la gente adulta es más empática y ayuda un poco más. Creo que no es por maldad ni nada por el estilo, no es por desprecio, sino porque los jóvenes están, me parece, en esto de que les da vergüenza algunas cosas o hablar con gente. Me parece que es por ahí, no es porque sean prejuiciosos o nada por el estilo, les da más vergüenza”, consideró.
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