Los aranceles de Trump preocupan a madereros del norte misionero, pero la posibilidad de un TLC con EEUU genera expectativas

Enrique Bongers, presidente de la Amayadap, indicó que el mercado interno de la madera está planchado por la caída de la construcción y las empresas se sostienen exportando. En ese contexto, la posibilidad de que el gobierno de Donald Trump aplique aranceles de hasta 25% genera profunda preocupación en el empresariado maderero. Destacó empero, que si se avanzara en un tratado de libre comercio con Estados Unidos, el sector sería beneficiado. Consideró que el crédito todavía está muy caro y que una reducción de tasas ayudaría a reactivar la construcción y la inversión.

El titular de la cámara empresarial que nuclea a los madereros del norte de Misiones, Enrique Bongers, advirtió que si la administración Trump aplicara aranceles a la madera argentina, sería un “gran problema” para la industria forestal de la región.

“Si nos colocan un arancel, como se está hablando del 25%, sería un gran problema, especialmente en el contexto actual porque nuestro mercado interno realmente está planchado, la obra pública está planchada y hoy los aserraderos están dependiendo de la exportación. Si bien hay una obra privada, es un poco lo que construyen los privados comparado con lo que es la obra pública nacional o provincial”, señaló.

Remarcó que así como los aranceles generan preocupación, la posibilidad de llegar a un tratado de libre comercio (TLC) entre Argentina y Estados Unidos genera buenas expectativas. “Si se firma un tratado que permita a la Argentina vender sin aranceles a Estados Unidos, eso abriría un abanico de posibilidades muy interesante para la industria maderera, porque todo lo que Argentina vende a Estados Unidos representa el 3% del total de las importaciones de Estados Unidos. La participación de Argentina en la importación de ellos es mínima. Para nosotros sería muy importante se lograra ese arancel cero para obtener más mercados. Porque un poquito que ellos aumenten sus compras, para nosotros significaría mucho”, expresó.

Advirtió que para mejorar la performance exportadora del sector, resultará necesario mejorar la competitividad. “Tenemos desventajas competitivas con respecto a nuestros países limítrofes. En la logística, en la parte impositiva, en lo que es la parte crediticia, la capacidad de poder obtener créditos a tasas más bajas. En ese contexto estamos mirando muy de cerca lo que sucede a nivel internacional, porque realmente esperamos que se dé ese tratado de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos y que beneficie a nuestro sector”, dijo.

“En un contexto donde a nivel nacional la idea es bajar un poco los impuestos y bajar la presión que hay sobre la parte privada o empresarial, yo creo que si vamos por ese camino podríamos vislumbrar un escenario bueno en los próximos meses si realmente tenemos libre comercio con Estados Unidos”, concluyó.

 

La foto de hoy

A la hora de hablar del panorama actual, Bongers afirmó que las empresas enfrentan severas dificultades. Los que la tienen más difícil son los pequeños aserraderos que no tienen volumen para exportar y están sometidos a un mercado interno que no repunta.

“El aserradero chico que no tiene forestación propia, es el que está más complicado. Porque al hacer el giro realmente de comprar la materia prima, producir, vender, cobrar, se le está haciendo muy difícil. Hay aserraderos a los que realmente se les complicó mucho pagar los aguinaldos en diciembre, más todos los impuestos que se vienen en enero, tasas municipales, provinciales, realmente en un contexto muy difícil de pocas ventas en esos meses del año”.

Señaló que los grandes están sobreviviendo gracias a la exportación, pero advirtió que los márgenes son muy bajos porque el tipo de cambio está atrasado y los costos siguen aumentando.

“Tenemos un dólar planchado, tenemos costos internos que siguen subiendo, este último mes la potencia contratada para las industrias subió un 56% en un contexto donde ya no debería haber aumentos tan agresivos ya que no tenemos un contexto inflacionario. También tenemos aumentos en combustibles, que hoy rondan el 1 o 2%, tenemos algunos aumentos en repuestos”, dijo.

 

Construcción y crédito

El presidente de la Amayadap explicó que la caída de la demanda de madera en el mercado interno responde directamente al parate de la obra pública. Advirtió que las empresas están trabajando con altos niveles de capacidad ociosa. Consideró que para que la demanda se reactive, será necesario recuperar al menos parte de la inversión en obra pública y bajar el costo del crédito, lo que dinamizaría la construcción privada.

“En 2024 la obra pública estuvo totalmente parada, que es lo que más consume madera, y una obra privada que comenzó con el blanqueo, de alguna manera, a inyectar algo de dinero en la construcción, pero muy poco”, expresó

“Esperamos que los bancos empiecen a prestar dinero para la construcción de viviendas, hoy están prestando ya un poco, pero para lo que es compra y venta de construcciones ya hechas, casas ya fabricadas. Necesitamos incentivos para créditos hipotecarios para la construcción de viviendas que sería nos ayudaría a paliar esta falta, porque realmente el sector madero de hoy tiene una capacidad ociosa importante, digamos, los aserraderos no están trabajando a plena producción”, señaló.

Esperamos que los bancos empiecen a prestar dinero para la construcción de viviendas

Señaló que pese a que el dólar barato, las inversiones en tecnología todavía no aparecen, en parte por la falta de rentabilidad del sector, pero también por el alto costo del crédito. “Los empresarios todavía no nos jugamos a tomar créditos grandes porque las tasas tienen que bajar bastante más para que la industria pueda tomarlos… Entonces, en ese contexto y en el de poco mercado, hoy creo que desde el fin del año pasado a este año, como que todos están esperando un poco para hacer nuevas inversiones”.

Frente a este panorama, desde la cámara que nuclea a los madereros del norte de Misiones trabajan en la búsqueda de nuevas opciones de negocios. “Estamos pendientes todo el tiempo, trabajando y en contacto con los aserraderos, tratando de abrir negocios desde la cámara. Tenemos contactos con los brokers y traders que por ahí son representantes de empresas compradoras de Estados Unidos y de otras zonas de Centroamérica”, dijo.

Bongers reiteró que la logística es uno de los aspectos en los que la industria de Misiones es muy poco competitiva “estamos a mil kilómetros de Buenos Aires, los costos aduaneros son muy altos y no tenemos la posibilidad del tren, ahora vamos a tener una posibilidad de poder utilizar el puerto de Posadas, podría bajar algo de los costos de esta logística. Hay un gran trabajo por hacer aún”, remarcó.

 

Eliminación de aportes obligatorios

El Gobierno nacional eliminó los aportes obligatorios de las empresas a las cámaras sectoriales que las representan, lo que generó reacciones negativas por parte de varias entidades que dependen de esos aportes para su funcionamiento.

De acuerdo con su presidente, para la Amayadap, los aportes empresariales representan el 50% del ingreso de la cámara, el resto proviene de aportes voluntarios que hacen los socios.

Enfatizó que la Federación Argentina de la Industria de la Madera (Faima) “hace un control muy estricto de los fondos que envía a las cámaras… eso está muy bien controlado. (La quita de aportes obligatorios) afecta bastante porque la cámara no solo tiene sus costos fijos, sino que brinda capacitaciones a las empresas, acciones que hacemos en ferias y eventos. Hay todo un trabajo de fortalecimiento que hace FAIMA, hace a las cámaras y las cámaras a sus asociados con ese dinero”.

Explicó que “las empresas maderas asociadas a cámaras empresariales tenemos una cuota anual que hacemos al RIMRA, que es el Registro de la Industria Maderera de la República Argentina. Es una cuota anual que tiene que ver con el plantel de empleados. Por ejemplo, de 0 a 9 empleados tiene una cuota anual de 12.000 pesos. Son cuotas simbólicas, digamos. La que más empleados tiene, más de 90 empleados, creo que paga 120.000 pesos al año. O sea, realmente si lo llevas al mes, son 10.000, 12.000 pesos por mes”, dijo.

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