Javier Milei jura que el acuerdo con el FMI ya está abrochado, pero se niega a mostrarlo y espera que Diputados le firme un papel en blanco. Las primeras encuestas posteriores al criptogate muestran un deterioro en la imagen del Gobierno nacional, pero sus principales figuras siguen superando a las de la oposición. Productores yerbateros salieron a protestar por los bajos precios de la hoja verde. Reconocen que las condiciones de mercado, la desregulación que impulsó el gobierno de Milei -con respaldo del puertismo y sectores del radicalismo- y el oportunismo de los grandes industriales son las causas de la crisis. Pero llevan sus reclamos ante el Gobierno provincial porque es el único ámbito en el que obtienen respuestas.
En su discurso de apertura de sesiones, Javier Milei se despachó con un anuncio que era esperado con ansias por el mercado y por el mundillo de la política. Afirmó que el acuerdo con el FMI estaba prácticamente cerrado y agregó que cumpliría con la ley que lo obliga a contar con el aval del Legislativo para tomar nuevo endeudamiento, desmintiendo de ese modo las especulaciones que habían lanzado voceros informales del Gobierno respecto a un posible acuerdo sin aval del Congreso.
El anuncio fue a medias, porque el Gobierno se negó a mostrar el contenido del mencionado acuerdo. El ministro de Economía, Luis Caputo, se limitó a señalar algunos aspectos generales: indicó que se incluirá un nuevo préstamo (aunque no dijo el monto) y aseguró que el Fondo no exigió una devaluación.
En términos generales la reacción de los mercados tras el anuncio fue buena, acciones y bonos repuntaron después de la caída de semanas anteriores y hay un consenso bastante extendido respecto a los efectos positivos que generaría en el corto plazo el ingreso de divisas frescas que vendrían a reforzar las alicaídas reservas.
Pero el secretismo en torno al contenido del acuerdo generó una ola de especulaciones, todas ellas en torno a la posibilidad de que haya modificaciones en el intrincado esquema cambiario que incluye regulaciones y mecanismos que se fueron acumulando desde la reposición del cepo.
En el mercado financiero son muchos los que creen que el Gobierno no muestra sus cartas para evitar que los financistas busquen adelantarse a los efectos que pudiera generar alguna de las medidas incluidas en el acuerdo, lo que podría ir en detrimento de los resultados que busca el Ejecutivo.
El blend (mecanismo que habilita a ubicar 20% de los dólares por exportaciones en el CCL) está en el centro de las sospechas. Principalmente porque el FMI siempre estuvo en contra de este mecanismo que implica resignar ingreso de divisas al Central a cambio de contener la brecha.
El problema que enfrenta el Gobierno es que si los financistas creyeran que el blend tiene las horas contadas, buscarían anticiparse a la suba del los dólares financieros que se produciría si se eliminara ese mecanismo y el resultado sería una corrida.
En un intento por llevar tranquilidad el ministro Caputo aseguró en una entrevista televisiva que el riesgo de una corrida es nulo porque, producto de la política monetaria contractiva, no hay suficientes pesos para correr contra el dólar.
Pero no todos están de acuerdo con ese análisis. Uno de los que planteó disidencias fue el economista Roberto Cachanosky: “sí tenés todo en orden, hiciste el ajuste fiscal más grande y sos el mejor gobierno de la historia, ¿por qué seguís manteniendo el cepo y manteniendo el control de cambio?”, preguntó en una entrevista radial.
“Caputo dice que no hay pesos suficientes para que alguien haga una corrida contra el dólar. Si esto es así, liberá el mercado, ¿cuál es el problema? Sacá el cepo, dejá que el tipo de cambio flote libremente y dejá que el peso suba”, propuso luego.
Al Congreso, pero por decreto
En el plano político, la discusión en torno al acuerdo con el FMI se centra en el tratamiento legislativo. En un primer momento, el Gobierno dejó correr a través de sus vocerías informales, el rumor de que el acuerdo se haría de espaldas al Congreso porque el Ejecutivo entendía que no había obligación de pasar por ese filtro porque no habría incremento en el endeudamiento.
¿Cómo es posible que un acuerdo que implica toma de deuda no genere endeudamiento? Bueno, ocurre que el Tesoro le debe dinero al Banco Central y desde el Gobierno anticiparon que los dólares que ingresen del FMI se utilizarían para reducir esa deuda, con lo cual el Tesoro seguiría teniendo la misma deuda, solo que luego del acuerdo, parte de ella estará comprometida con el FMI.
Es decir que, desde esta lectura tecnicista, la deuda total del Estado no aumentaría, solamente se cambiaría un acreedor intrasector público por otro externo. El Estado dejaría de deberse a sí mismo para deberle al FMI. Desde el Gobierno defienden la idea de que eso no implica “aumentar la deuda”, lo que lo habilitaría a avanzar en el acuerdo sin consultar al Congreso.
Pero el artilugio de contabilidad creativa no terminó convenciendo a casi nadie, lo que forzó un cambio en la estrategia. Primero Milei anticipó que presentaría un proyecto de ley para buscar el aval del Legislativo, pero después el discurso cambió y ahora se habla de ir por vía de decreto.
Hay que recordar que gracias a una ley que impulsó Cristina Kirchner, para que un decreto quede firme basta con el aval de una de las cámaras, mientras que para aprobar un proyecto de ley resulta necesaria la sanción en ambas.
Con lo cual, si el Gobierno eligiera la vía del decreto se evitaría pasar por el Senado, ámbito en el que el Frente de Todos conserva poder de fuego suficiente para trabar una sanción.
En Diputados el escenario es más propicio aunque el Gobierno, siempre poco atento a mantener buenas relaciones, deberá fortalecer lazos con bloques dialoguistas. Las relaciones con un amplio sector del PRO que está más cerca de Macri que de Bullrich y con los radicales que no se pusieron la peluca, están lejos de sus mejores días, con lo cual resultará fundamental el diálogo con gobernadores.
A su favor Milei cuenta con el antecedente de que el Congreso nunca le negó un acuerdo con el FMI a ningún presidente. Pero también es cierto que ningún presidente exigió que lo habiliten a firmar un acuerdo del cual no se conoce ni una letra.
La apuesta de Milei y de Caputo es tener el asunto finiquitado antes de mayo, si lo logran, los efectos positivos que llegarían de la mano de los dólares frescos tendrán un impacto decisivo en el clima económico y en las urnas.
Una mejora en el balance del BCRA, según el Gobierno, implicará una caída del índice de riesgo país que reducirá el costo del endeudamiento para el sector privado y también para el sector público, algo que podría permitir volver a los mercados para refinanciar vencimientos.
Imagen en baja
Dos recientes encuestas que se dieron a conocer durante la semana coinciden en marcar un deterioro de la imagen del presidente y de su gobierno. Ambas marcan que pese a ello, las figuras principales del oficialismo siguen bastante por encima de cualquier representante de la oposición.
El escándalo de la memecoin Libra y una sensación de estancamiento de la economía aparecen como las explicaciones más evidentes para la caída de la imagen del gobierno anarcolibertario.
El primero en difundirse fue un estudio de Analogías realizado del 25 al 28 de febrero y registra una caída en las evaluaciones de gestión, en la imagen del presidente y en las expectativas económicas generales y personales.
Respecto del criptogate, las respuestas mayoritarias en este estudio se dirigen a que el hecho es “de corrupción” (61%), que el presidente y su hermana estuvieron involucrados (55%), que se trata de un escándalo internacional que deteriora su posicionamiento (60%) y que su comportamiento fue “malo” (78%).
“Cuando hace seis meses preguntamos sobre la corrupción en el gobierno nacional, sólo el 40% nos decía que había ‘mucho o bastante’ y el 44%, ‘poco o nada’; en febrero esos valores fueron 49% y 39%, respectivamente. En otras palabras, se dio vuelta la valoración de honestidad”, señalaron desde la consultora.
En la esfera económica personal, las expectativas y evaluaciones combinadas mostraron una caída del “optimismo” de 7 puntos, que pasaron en bloque a tener expectativas “pesimistas”. Mientras que las expectativas en cuanto rumbo de la economía en general (no situación personal) pasaron de una brecha optimista de 13 puntos en enero a una de 1,5 puntos en febrero.
Desde la consultora indicaron que empieza a crecer la noción de que el programa económico muestra limitaciones para mejorar las condiciones de vida de las personas.
Como conclusión de estos factores, Analogías relevó en febrero una caída de 3 puntos en la evaluación positiva del gobierno y un incremento de 2,5 puntos en las respuestas que marcan algún grado de desaprobación de esa misma gestión.
Mientras que la imagen del presidente cayó 3 puntos respecto a enero y cerró febrero con un diferencial positivo de 2 puntos, 8 menos que en enero.
El otro informe corresponde a la consultora Opina Argentina y fue realizado en los primeros días de marzo, señala que la imagen positiva de Milei cayó 6 puntos respecto a la medición del mes anterior y la negativa creció 7 puntos.
“En el mes de marzo, se observa un deterioro pronunciado en las credenciales de imagen tanto de Javier Milei como de otras figuras del oficialismo”, detalla en su informe Opina Argentina.
Se refiere a que también cayeron las valoraciones positivas en los casos de Patricia Bullrich (-6,47%), Victoria Villarruel (-1,45%) y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo (-6,44%).
El trabajo revela un escenario de polarización en mitades casi iguales. En relación a la percepción sobre el presente y el futuro, los encuestados consideraron que Argentina está mejor que el año pasado en un 47% y peor en un 46%. Respecto del futuro, el 45% cree que el país estará mejor dentro de un año y el 44%, considera que estará peor.
La consultora preguntó a los encuestados sobre su posición política respecto del gobierno de Milei. Cuatro de cada 10 (41%) respondieron que apoyan, y en la misma proporción (39%), que son opositores. Una porción importante (el 19%) no se percibe ni a favor ni en contra.
Comparado con la consulta que Opina Argentina hizo en meses anteriores, el apoyo al gobierno cayó de manera consecutiva desde diciembre, cuando tenía 45% de apoyo y apenas creció la oposición: en diciembre y enero tenía 37% y en febrero había subido a 38%.
“La crisis política inaugurada a partir del criptoescándalo parece haber dejado secuelas en la opinión pública. En marzo, se observa un marcado deterioro en la imagen de Javier Milei, con una caída de 6 puntos porcentuales en su aprobación. En el marco de un mayor ruido político, también cae levemente la evaluación sobre el presente y el futuro del país, aunque el optimismo sigue siendo mayoritario”, concluye la consultora.
Pese a esta caída en la imagen del presidente, la misma encuesta indica que la intención de voto sigue favoreciendo a los libertarios que encabezan las preferencias con un 38%, seguidos por el peronismo, con 32%; el PRO con un escaso 7%, el radicalismo con un homeopático 4%, empatando con el Frente de Izquierda.
Con 48% de imagen positiva, Milei sigue siendo la figura más popular, seguido por Patricia Bullrich (47%), Victoria Villarruel (45%), Luis Caputo (44%) y recién en el quinto lugar aparece la primera opción opositora, Axel Kicillof, con 42%.
La yerba y su ciclo de crisis
Después de varios años de vacas gordas, la producción de yerba mate se enfrenta desde comienzos del año pasado a una de sus crisis cíclicas por exceso de oferta que se agravó por la desregulación impulsada por un Gobierno nacional que no demuestra ningún interés por la situación de los pequeños productores.
Después de una cosecha gruesa que fue récord en cuanto a productividad, pero pobre en materia de precios, la paciencia de los productores se agota y las protestas se multiplican.
El mismo kilo de hoja verde que a fines de 2023 se pagaba alrededor de 350 pesos, hoy no vale más de 220 pesos puesta en secadero. En el medio hubo una mega devaluación que disparó los costos de la producción y también los costos de vida de los productores y de sus familias.
Decididos a no empezar una nueva cosecha en los mismos términos, grupos de autoconvocados protestan desde hace meses en distintos puntos de la provincia. En las últimas semanas, esas manifestaciones ganaron en intensidad y asiduidad.
Los productores tienen muy en claro cuáles son los motivos de sus pesares y a quienes benefician.
Durante años de sequías y plagas, la hoja de yerba se volvió un recurso escaso y por eso, valioso. Plantar yerba se convirtió en una alternativa de inversión atractiva, no solo para las grandes empresas del rubro, sino también para profesionales y empresarios de otros rubros, gente que no tenía relación con el sector, pero decidió meterse a plantar porque las ganancias eran buenas.
Bastó que el clima acompañara para que en 2024 se consiguiera una cosecha histórica que superó en un 32% a la del año anterior. Se pasó de 735 millones de kilos de hoja verde en 2023 a 968 millones de kilos el año siguiente.
Este incremento en la oferta de materia prima se dio en coincidencia con una política de desregulación que impulsa el Gobierno nacional de Milei que terminó quitándole al INYM su facultad para definir precios. El Ejecutivo nacional tampoco se molestó en laudar y los precios de la materia prima quedaron entonces librados a la negociación directa y sin intermediación entre productores e industriales, como en los 90.
La industria molinera también enfrentó sus propias dificultades generadas por una caída en el consumo interno y aprovechó la abundancia de materia prima para descargar los efectos de la crisis en los hombros de los productores.
La baja en los precios de la materia prima se hizo general. Algunos industriales se valieron de ella para incrementar sus ganancias, otros para planchar los precios a salida de molino en procura de ganar cuotas de mercado.
Todo a costilla de los productores que apenas consiguen lo suficiente para pagar servicios de cosecha y fletes. Ni pensar en fertilizar.
Este es el escenario que llevó a los colonos a las rutas en manifestaciones que por ahora se limitan a interrumpir el traslado de yerba.
El martes se concentraron en el Cruce San José, el punto de ingreso a la provincia a través de la ruta 14. Una parte de ese grupo trasladó la protesta a las oficinas que tiene la ATM en la zona.
Lo curioso es que los productores que plantaron la protesta frente a un organismo provincial atribuían las responsabilidades por los bajos precios de la hoja verde a los molinos y a la desregulación impulsada por el Gobierno nacional.
Más allá que detrás de algunos grupos que integran las protestas como las que se montaron en los puestos de la ATM se esconden intereses políticos de la oposición al gobierno provincial (que dicen respaldar a los productores pero apoyaron la desregulación) otros manifestantes actúan a sabiendas de que la Provincia es el único estamento que ofrece alguna respuesta.
“Al final son los únicos que nos dan bola”, reconocía uno de los productores en referencia al Gobierno provincial.
Saben que ir a protestar a Buenos Aires, como lo hicieron en otras oportunidades, no tendría mucho sentido frente a un Gobierno nacional que no muestra el más mínimo interés en el asunto.
De la molinería tampoco pueden esperar respuestas, porque la situación actual los beneficia.
En respuesta a las manifestaciones en dependencias del organismo recaudador provincial, el secretario de Hacienda, Aldolfo Safrán, recordó que Misiones es “una de las pocas provincias que no grava con Ingresos Brutos al productor primario; mientras que la industria (secaderos y molinos) tributan una alícuota de 1,5% de impuesto. Esto también representa un acompañamiento al productor, y demuestra que no son los impuestos provinciales el motivo de los bajos precios sino esta situación de ‘libre mercado’ provocada por las medidas impulsadas por el Gobierno nacional”.
Agregó que, frente a ese escenario, la Provincia avanza en la implementación de nuevas medidas que ayuden a sostener “un precio que permita cubrir los costos para el productor”.
“Por un lado, buscando colocar la producción en nuevos y populosos mercados que cuentan con una interesante proyección de incrementar el consumo de yerba mate, lo que provocaría un aumento de la demanda de hoja verde y, por ende, también de su precio”, señaló el secretario de Hacienda.
El funcionario indicó que el tema fue abordado por el gobernador Hugo Passalacqua en una reunión virtual con Ignacio Lamothe, presidente del CFI, y otras autoridades de ese organismo, encuentro que sirvió para avanzar en una estrategia que potencie la exportación de yerba mate, fortaleciendo su posición en los mercados existentes y explorando nuevas oportunidades de comercio internacional.
Remarcó que el CFI también asistirá a las pequeñas empresas que quieran incursionar en el mercado de exportación con capacitación técnica orientada especialmente a pequeños molinos y cooperativas.
“Por otra parte, también mantuvimos un encuentro para dar seguimiento y relevar la información necesaria para la próxima implementación de un sistema de trazabilidad de las transacciones de la yerba mate, un mecanismo que permitirá dar transparencia a las operaciones en todos los eslabones que conforman el mercado yerbatero, y que de esta manera le permita saber a los productores quiénes compran a mejor precio y menor plazo de pago y que con ello también se pueda diseñar un sistema de incentivos para aquellas industrias que paguen con mejores plazos y precios”, dijo.
Parecidos, pero distintos
Desde el Gobierno provincial se ocuparon de aclarar que el tratamiento de las economías regionales es el punto de mayor disenso con su par nacional. “Misiones fomenta un Estado presente, un modelo regulador, que defienda a los chiquitos y permita que todos ganen y puedan vivir de lo que producen, tanto el pequeño agricultor como el empresario industrial”, aclararon en oposición a la visión libremercadista que sostienen desde el Gobierno nacional.
El gobierno respalda sus dichos con un historial de casi 22 años a lo largo de los cuales sostuvo un posicionamiento en defensa de los intereses de los pequeños productores en todos los estamentos en los que se planteó alguna situación que pudiera afectar los intereses de los colonos.
En cada negociación de precios del INYM siempre respaldó la postura de la producción y cuando no hubo acuerdo en el seno del instituto, siempre fue a gestionar a Buenos Aires un laudo favorable.
Siguiendo con el juego de similitudes y diferencias con el Gobierno nacional, desde la Provincia destacan que el pilar principal de la política económica de Milei, el orden fiscal, está presente desde el minuto cero como eje central de la economía que impulsa el gobierno de la renovación desde 2003.
“La ley de equilibrio fiscal anunciada (por el Presidente en su discurso de apertura de sesiones) es un claro espejo de la política impulsada por Rovira que se replica por los sucesivos gobernadores desde hace 20 años, pagando la deuda heredada y sin hacerle pagar el ajuste a los misioneros”, remarcaron fuentes del oficialismo provincial.
La diferencia en este punto radica en que Misiones consiguió el superávit sin necesidad del ajuste que sí aplicó el libertario.
Milei también destacó la búsqueda de ordenamiento normativo civil, comercial, penal, encontrando similitudes con el digesto que Misiones exhibe desde el 2003 en adelante para garantizar seguridad jurídica y acceso a la justicia y guiando a los municipios, desde hace un tiempo, a avanzar en sus propios digestos.
Otro punto de encuentro entre ambas administraciones puede hallarse en las políticas de seguridad y la búsqueda de un corpus normativo que prevea sanciones más fuertes contras quienes delinquen. Frente al Congreso, Milei pidió penas mayores para los delincuentes y se refirió a crímenes aberrantes, como los que se investigan en Misiones en la causa por la que está detenido el exdiputado puertista Germán Kiczka, cuyo juicio se prevé iniciar a finales de marzo.
En otro tramo de su alocución, el mandatario nacional anunció que elevará pliegos a la Justicia Federal y Procuración, y fiscales y jueces para que se complete el 40% faltante de magistrados federales. Misiones realiza decenas y decenas de designaciones y apertura de nuevos juzgados cada año.
Las coincidencias que abundan entre el Gobierno nacional y el provincial son una mala noticia para la oposición provincial, que a falta de liderazgos y proyectos propios se refugian en la esperanza de colgarse de la peluca de Milei a la espera de que el efecto arrastre los beneficie en el rio revuelto de la política.
El dilema que enfrentan los radicales y “prosistas” que están dispuestos a abandonar sus colores originales para pintarse la cara de violeta, es que cada vez que elogien el orden fiscal que impuso Milei, también estarán elogiando el de Misiones. Lo mismo vale para otros aspectos de la política del Gobierno nacional que están mostrando buenos resultados y que encuentran antecedentes en políticas que desde hace años viene sosteniendo en la provincia el gobierno renovador.