El programa Mayma Azul, impulsado por la ONG Mayma, profesionaliza a productores piscícolas en Misiones mediante capacitaciones intensivas. Con apoyo de la Fundación Visa, busca formalizar la producción, fomentar el comercio justo y promover la sustentabilidad en la región.
El programa Mayma Azul, una iniciativa de la ONG Mayma, se ha establecido como un pilar fundamental en el desarrollo de la acuicultura en la provincia de Misiones, Argentina. Este programa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Visa y colabora con la Fundación de Asuntos Agrarios de Misiones, busca profesionalizar a los productores locales mediante capacitaciones intensivas, fomentando el agregado de valor y la sustentabilidad en la producción acuícola.
Ana Webb, directora del programa Mayma Azul, explicó que el proyecto se originó a partir de una alianza estratégica con Guillermo Faifer, director del área de acuicultura del Ministerio del Agro de Misiones. «El programa fortalece todo el equipo técnico del área de la Fundación de Asuntos Agrarios, con capacitaciones en finanzas, buenas prácticas en acuicultura comercial y una visión de género», declaró Webb. Actualmente, el programa trabaja con 12 técnicos que asisten a más de 180 familias en 15 localidades de la provincia.
Misiones es la provincia argentina con mayor cantidad de productores piscicultores, superando los 4,000 según el último censo. Sin embargo, muchos de estos productores no están formalizados y solo ven la acuicultura como un hobby o una fuente de autoabastecimiento, según lo expresado por Webb. Mayma Azul ha seleccionado a las familias más comprometidas para integrarlas a su programa, donde cada técnico visita mensualmente a un grupo de familias para impartir conocimientos y atender sus necesidades específicas.
El enfoque del programa se centra en capacitar a los productores en áreas claves como finanzas, buenas prácticas acuícolas y comercialización. Webb enfatizó la importancia de comprender los costos fijos y variables de la producción, así como la formalización del empleo y el establecimiento. «Estamos habilitando nuevos canales y productos, generando grupos asociativos de trabajo y conectando a los productores con propuestas de crédito», añadió la directora.
La comercialización es uno de los aspectos más desafiantes para los productores, y Mayma Azul está trabajando en la creación de circuitos cortos de comercialización. Webb expresó su sueño de que los productores puedan abastecer a restaurantes y tener cosechas mensuales en lugar de anuales. «Buscamos fortalecer la oferta para que los productores puedan vender pescado fresco todos los días», afirmó.
El financiamiento del programa proviene principalmente de la Fundación Visa, que apoya las capacitaciones tanto de los técnicos como de las familias. Sin embargo, Webb hizo un llamado a otras empresas y organizaciones con responsabilidad social para que se sumen a esta iniciativa y contribuyan a su continuidad. «Estamos abiertos a seguir buscando donantes que nos acompañen en el proceso», señaló.
Desde su inicio en febrero del año pasado, el programa ha sido bien recibido por las familias productoras. Estas han valorado las capacitaciones ofrecidas, especialmente en finanzas y comercialización, áreas donde habían identificado una gran necesidad. El programa también pone un fuerte énfasis en el rol de la mujer en la actividad, visibilizando su contribución y valor.
A nivel Latinoamericano, la ONG Mayma tiene más de 18 años de experiencia y ha expandido su impacto a países como Chile, Perú y México. Su propósito es acelerar la transición hacia una economía inclusiva, consciente y regenerativa, con un fuerte enfoque en el impacto social, ambiental y económico. Además de Mayma Azul, la organización trabaja en otras áreas como la agricultura agroecológica y el turismo sostenible. «Mayma tiene tres verticales muy marcadas: territorios regenerativos, acelerar impacto y la Academia Mayma», explicó Webb, destacando el enfoque integral de la ONG.
Para concluir, Webb subrayó la importancia de equilibrar el crecimiento económico con el cuidado del ambiente. «Buscamos que el impacto económico sea solo un vehículo, no un fin. Promovemos la colaboración extrema y el respeto por el entorno y la sociedad», concluyó. El programa Mayma Azul sigue avanzando con más de 210 familias y 270 personas capacitadas, dejando una capacidad instalada que promete un impacto duradero en la región.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024