La mujer padeció dos años de maltrato antes de que la violencia escalara a niveles extremos. La agresión, que pudo haber sido letal, dejó graves secuelas físicas y emocionales. Ahora, su familia exige justicia y protección para ella y sus hijos.
Una joven madre será intervenida quirúrgicamente el próximo 4 de marzo para restaurar la pared de su maxilar superior tras haber sido brutalmente golpeada. Su familia se encuentra devastada por la situación y preocupada por el bienestar de sus hijos, una niña de 11 años y un varón de 12, quienes están sufriendo las consecuencias de la violencia ejercida contra su madre.
Fabio, pareja de Alicia y padrastro de la víctima, relató que la relación con el agresor ha sido conflictiva desde hace al menos dos años. “Fueron dos años de lucha contra la locura de este hombre, quien, con una actitud psicópata, maltrató moralmente a mi nieto”, afirmó.
Las agresiones verbales incluyen insultos como “mogólico”, “bobo” y “a vos no te quiere nadie”. La violencia fue denunciada en el Juzgado de Violencia Familiar, lo que derivó en que los abuelos obtuvieran la guarda provisoria de los niños. Actualmente, la niña está con su padre y el varón vive con sus abuelos.
La situación alcanzó un punto crítico cuando la víctima sufrió un ataque que pudo haberle costado la vida. “El cirujano nos dijo que estuvo a un centímetro de la muerte”, reveló Fabio. La agresión le causó fracturas en la pared anterior y posterior del maxilar superior, lo que requiere una cirugía especializada.
Un historial de violencia
La golpiza no es un hecho aislado. La familia de la víctima relató que, en un viaje a Brasil con la familia del agresor, éste la golpeó con un termo de acero inoxidable y la dejó con hematomas en los brazos. Al día siguiente, la víctima fue enviada de regreso en colectivo, desamparada y con heridas visibles. “Cuando llegó, todavía tenía hilos de sangre en la garganta”, narraron sus familiares.
La madre de la víctima aseguró que, a pesar de las evidencias, la familia del agresor no tomó ninguna acción al respecto. “Lo protegieron, le dieron un suero y esperaron que pudiera viajar de vuelta”, denunció.
Además, agregó que su hija estuvo sometida psicológicamente durante dos años, alejándola de sus seres queridos y sumergiéndola en una situación de aislamiento y dependencia emocional.
Según los familiares, la joven madre nunca había realizado una denuncia formal hasta ahora. “Tal vez por miedo, por amor, por dependencia… No lo sabemos”, expresaron. Sin embargo, tras la brutal agresión, la familia decidió actuar y presentó las denuncias correspondientes en el Juzgado de Violencia Familiar y en el Juzgado de Instrucción N°3. Los exámenes médicos, las tomografías y los informes forenses serán clave para determinar la gravedad del caso y la carátula judicial.
“Esto debe terminar”, afirmó Fabio. “Durante dos años acompañamos sin poder defender. Ahora, ante la gravedad del caso, decidimos dar un paso al frente”. La familia espera que la justicia actúe con celeridad y que la víctima pueda reconstruir su vida lejos de la violencia.