Este 14 de febrero se conmemoró el Día Mundial de la Cardiopatía Congénita , una fecha clave para concientizar sobre esta afección, que es la malformación estructural más frecuente en los recién nacidos. Según el cardiólogo infantil Lisandro Benmaor, aproximadamente el 1% de los nacimientos presentan algún tipo de cardiopatía, lo que representa alrededor de 7.000 casos anuales en Argentina.
Benmaor explicó que las cardiopatías congénitas abarcan más de 50 tipos distintos y pueden requerir cirugías complejas, muchas veces en los primeros días de vida. «El 50% de los bebés con esta patología necesitan una cirugía cardiovascular, y muchos de ellos incluso en el primer mes», explicó Benmaor. Debido a esto, la detección temprana es crucial para mejorar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes.
Si bien las cardiopatías pueden detectarse al nacer o incluso en la adultez, lo ideal es identificarlas durante el embarazo. «El diagnóstico intrauterino nos permite preparar el tratamiento y garantizar que el bebé nazca en un centro de alta complejidad, reduciendo riesgos y optimizando los resultados quirúrgicos», señaló el especialista.
En este sentido, la provincia de Misiones ha sido pionera en Argentina al implementar la ley de ecocardiografía fetal , que permite detectar anomalías cardíacas en el feto mediante ecografías especializadas.
El diagnóstico temprano no solo mejora el pronóstico médico, sino que también reduce costos y evita situaciones de emergencia. «Si detectamos la cardiopatía antes del nacimiento, el bebé puede ser tratado sin necesidad de traslados urgentes, evitando riesgos y gastos adicionales como el uso de respiradores o la derivación a centros de alta complejidad en avión sanitario», destacó Benmaor.
A pesar de los avances en detección y tratamiento, el especialista subrayó que aún existen casos donde las cardiopatías congénitas se descubren en la adultez. «Aunque es menos común, hemos diagnosticado a pacientes de 30, 35 o incluso 40 años con cardiopatías que nunca habían sido detectadas», explicó.
Y agregó, la detección temprana sigue siendo la mejor herramienta para afrontar esta afección y garantizar un futuro saludable para los niños con cardiopatías congénitas.
Misiones avanza en la cirugía cardiovascular pediátrica y consolida su liderazgo en diagnóstico precoz
En línea con el crecimiento y la mejora en la atención de las cardiopatías congénitas, Benmaor destacó el paso fundamental que dio Misiones en la realización de cirugías cardiovasculares pediátricas. Según el cardiólogo infantil, en el Hospital Fernando Barreiro se están realizando a cabo intervenciones quirúrgicas en niños con cardiopatías de baja y mediana complejidad, gracias al trabajo conjunto con el doctor Rafael Niveiro y su equipo.
“Todavía los casos de alta complejidad se derivan a otros centros, lo cual es correcto porque se requiere una curva de aprendizaje para alcanzar la experiencia necesaria y garantizar buenos resultados”, explicó Benmaor. En este proceso, no solo se perfeccionan las técnicas quirúrgicas, sino que también se capacita al personal de distintas áreas, como enfermería, terapia intensiva, pediatría, neonatología y ginecología, lo que permite mejorar la atención integral de los pacientes.
Un cambio histórico en la detección y tratamiento
Benmaor remarcó que el avance en el diagnóstico precoz y la creación de la Red Nacional de Cardiopatías Congénitas han marcado un antes y un después en la sobrevida de los niños con estas afecciones. Hace 20 años, alrededor de 1.000 niños morían cada año en la lista de espera quirúrgica, no por la gravedad de su cardiopatía, sino por la falta de turnos para la cirugía.
«Muchos niños fallecían sin un diagnóstico certero. Se registraban muertes súbitas, neumonías o cuadros de sepsis, que en realidad eran cardiopatías no detectadas a tiempo», explicó Benmaor. Con la implementación de esta red y la mejora en la detección, miles de chicos han sido salvados gracias a una derivación oportuna a centros de alta complejidad con vasta experiencia en este tipo de cirugías.
Hoy, según dijo, la lista de espera ha disminuido, y los tiempos de tratamiento han mejorado notablemente, logrando resultados alentadores y aumentando la esperanza de vida de los niños con cardiopatías congénitas.
Un modelo de referencia nacional
Misiones ha sido pionera en Argentina en la detección temprana de cardiopatías congénitas. La provincia cuenta con un equipo de perinatología de excelencia en el Hospital Fernando Barreiro y el Materno Neonatal, que permite realizar diagnósticos intrauterinos con una precisión y cantidad de casos sin precedentes.
“Cuando presentábamos nuestros casos en congresos en Buenos Aires, destacábamos porque teníamos récord nacional en diagnósticos. No es que en Misiones haya más casos de cardiopatías, sino que la experiencia en detección es descomunal”, señaló Benmaor.
El especialista recordó que, en su etapa como referente del Plan Nacional de Cardiopatías Congénitas , Misiones registraba más de 400 diagnósticos intrauterinos al año, mientras que grandes centros como el Hospital Garrahan manejaban cifras considerablemente menores.
Ecocardiografía fetal: una herramienta clave para la detección temprana de cardiopatías congénitas
En el camino hacia la detección precoz y el tratamiento oportuno de las cardiopatías congénitas, los especialistas enfatizan la importancia de la ecocardiografía fetal , un estudio que permite evaluar el corazón del bebé dentro del vientre materno. El cardiólogo infantil Lisandro Benmaor retoma una enseñanza del reconocido especialista brasileño Paulo Sernitsky: “Para hacer una ecocardiografía fetal hay tres factores de riesgo: embarazo, embarazo y embarazo” .
Esto significa que el examen no debe realizarse solo en embarazadas con factores de riesgo evidentes, sino en el 100% de los casos. La razón es clara: el 90% de los bebés que nacen con cardiopatía congénita provienen de padres sanos . Si la evaluación se realizará únicamente en mujeres con antecedentes o enfermedades preexistentes, se dejaría de diagnosticar la mayoría de los casos.
Si bien las cardiopatías pueden surgir sin antecedentes familiares, existen ciertas condiciones que aumentan la probabilidad de que el bebé nazca con una malformación cardíaca. Entre ellas se destacan:
Enfermedades autoinmunes maternas , como el lupus o la esclerodermia.
Diabetes gestacional o preexistente .
Uso de ciertos medicamentos , como benzodiazepinas u otros fármacos con potencial efecto teratogénico.
Tóxicos ambientales o consumo de sustancias nocivas durante el embarazo .
Antecedentes familiares , especialmente si la madre tiene una cardiopatía congénita, lo que aumenta el riesgo de transmisión al bebé del 1% al 2-4%, dependiendo del tipo de afección.
Estos factores refuerzan la necesidad de realizar la ecocardiografía fetal como parte de los controles prenatales de rutina, permitiendo identificar posibles anomalías antes del nacimiento.
Síntomas de alerta en los recién nacidos
Una vez que nace el bebé, hay signos que pueden indicar la presencia de una cardiopatía congénita y requieren atención inmediata. Entre ellos:
Coloración azulada o violácea en labios y uñas ( cianosis ), lo que sugiere una cardiopatía cianosante, generalmente grave.
Dificultad para respirar , con un esfuerzo exagerado del pecho ( precordio activo ), que puede indicar una alteración en la función cardíaca.
Soplo cardíaco detectado por el pediatra o neonatólogo , que aunque no siempre es patológico, puede ser un signo de malformación cardíaca.
Ante cualquiera de estos síntomas, los estudios cardiológicos como el electrocardiograma y la ecocardiografía son herramientas fundamentales. “Son estudios rápidos, indoloros y con una altísima probabilidad diagnóstica. Un screening cardiológico en un niño de uno, dos o tres años puede ser determinante para su salud futura”, destacó Benmaor.
Por otro lado, el cardiólogo infantil explicó que, aunque el papel de la genética en las cardiopatías congénitas es cada vez más relevante, todavía se considera una condición de origen multifactorial . “Hay muchas investigaciones en curso para determinar con precisión qué desencadena estas malformaciones, pero lo que sabemos es que el 1% de los recién nacidos tendrá una cardiopatía congénita, lo que lo convierte en un problema epidemiológico significativo que requiere detección temprana”, destacó.
Cardiopatías adquiridas: otro desafío
Benmaor explicó que no todas las afecciones cardíacas en niños son congénitas. También existen las cardiopatías adquiridas , en las que un bebé nace con un corazón sano, pero desarrolla problemas debido a infecciones, enfermedades o factores externos.
Uno de los casos más emblemáticos en Misiones es el de Emita , una niña que con menos de un año de vida fue sometida a un trasplante de corazón , convirtiéndose en un caso récord a nivel nacional. “Ema no tenía una cardiopatía congénita, sino adquirida. Un virus le afectó el corazón, provocando una miocarditis que derivó en una insuficiencia cardíaca terminal. Gracias a un donante ya la rápida intervención médica, hoy Ema está a días de cumplir 3 años y con una vida completamente normal”, relató Benmaor.
El impacto de la detección temprana en la calidad de vida
Casos como el de Nachito demuestran cómo un diagnóstico temprano puede cambiar las predicciones de un paciente. “A Nacho lo vimos a las 22 semanas de gestación y detectamos que su válvula pulmonar estaba bloqueando el flujo sanguíneo al pulmón. Si no se intervenía, su ventrículo derecho habría dejado de funcionar, obligándolo a vivir con un solo ventrículo, lo que hubiera requerido tres cirugías cardíacas de alto riesgo”, recordó Benmaor.
Sin embargo, gracias a una cirugía intrauterina realizada a las 24 semanas de gestación, se logró corregir la anomalía antes del nacimiento. “Fue un procedimiento récord a nivel mundial. Se logró destapar la válvula y permitir que Nacho naciera con dos ventrículos en perfectas condiciones. Hoy, su calidad de vida es extraordinaria y su pronóstico es completamente favorable”, sostuvo el cardiólogo.
SE CONMEMORÓ EL DÍA MUNDIAL DE LAS CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS https://t.co/cwwMxPpJlG
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