La nueva normativa del sector frutihortícola en Argentina elimina múltiples intervenciones del Senasa, permitiendo mayor libertad a los productores en cuanto a cosecha y exportación. Según el ministro Federico Sturzenegger, esta desregulación histórica reducirá la burocracia, permitiendo al Senasa enfocarse en la vigilancia sanitaria.
El gobierno argentino anunció una «reforma histórica» en el sector frutihortícola con la publicación de la Resolución 21/2025 por el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta. Esta normativa busca unificar y modernizar el marco regulatorio existente, despojando al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de varias de sus atribuciones. A partir de ahora, Senasa no podrá regular envases, definir fechas de cosecha ni restringir exportaciones por motivos sanitarios. La medida, calificada como un «reseteo» del sector, fue publicada en el Boletín Oficial este lunes 10 de febrero de 2025.
La resolución establece la creación de un Registro de Empaque, Climatización y/o Almacenamiento, que unifica registros de operadores de 1998 y 2006. Según el ministro de Agricultura, Federico Sturzenegger, el cambio implica una «histórica desregulación» de la industria frutícola. «Los productores van a hacer menos papeleo y el organismo podrá poner más energía en la vigilancia sanitaria», declaró Sturzenegger. Además, aseguró que ya no se requerirá la habilitación de instalaciones ni permisos de autorización de cosecha, y que los envases serán elección libre de los productores.
Eliminación de restricciones y trámites
La nueva normativa elimina las restricciones a la exportación por tipología de fruta, permitiendo que se exporte conforme a la demanda del mercado. «Se elimina toda la normativa que tiene que ver con envases», comentó Sturzenegger, añadiendo que antes el Senasa decidía cómo debían ser envasados los productos. El ministro también destacó que todos los trámites en curso caen automáticamente, y las firmas registradas ya no necesitan realizar pasos adicionales. Este cambio busca facilitar las operaciones de los productores, reduciendo significativamente la burocracia.
Sturzenegger explicó que la nueva norma se enfocará en dos aspectos clave: la vigilancia sanitaria y la emisión de certificados fitosanitarios para la exportación. Esto permitirá al Senasa trabajar de manera más eficiente con los productores en caso de eventos sanitarios. El ministro agradeció a Pablo Cortese, presidente del Senasa, y a Eugenia Barbieri, nueva gerenta ejecutiva de la entidad, por su colaboración en la implementación de la reforma. «El Senasa estará disponible para certificar lo que exijan las autoridades sanitarias de los países importadores», agregó.
Responsabilidades y requisitos para operadores
Aunque la normativa presenta una desregulación significativa, establece que los establecimientos deben asegurar la trazabilidad e inocuidad de los productos. Los operadores son responsables de cumplir con todas las obligaciones establecidas, garantizando que los productos empacados mantengan condiciones operativas adecuadas. Además, deben contar con información de trazabilidad que permita identificar el origen y destino de los productos, la cual estará a disposición del Senasa.
Esta reforma promete cambiar el panorama del sector frutihortícola en Argentina, con el objetivo de hacer más eficiente el proceso de producción y exportación. Sin embargo, el verdadero impacto de estas modificaciones se evaluará a medida que sean implementadas y los productores adapten sus operaciones al nuevo marco regulatorio. Se espera que la segunda resolución complementaria, que será publicada próximamente, ofrezca más detalles sobre los alcances de esta histórica reforma.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024
Con información de «Bichos de Campo»