La organización Hamas suspendió la entrega de rehenes y acusó a Israel de incumplir el acuerdo de tregua. El gobierno de Netanyahu negó las acusaciones y ordenó máxima alerta militar. Trump presiona con un plan de relocalización, mientras Qatar busca reactivar las negociaciones.
El conflicto en Medio Oriente parece entrar en una nueva etapa. Hamas suspendió la liberación de rehenes y acusó a Israel de bloquear la entrada de ayuda humanitaria y restringir el retorno de los desplazados en Gaza. Por su parte, Israel rechazó la acusación y denunció que Hamas violó la tregua.
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El acuerdo, que estableció la entrega progresiva de rehenes y asistencia humanitaria, ahora está en duda. El analista palestino Mkhaimer Abusada afirmó que «Israel no ha cumplido sus compromisos con el protocolo humanitario, especialmente al impedir la entrada del equipo pesado necesario para mover los escombros y recuperar los cuerpos atrapados».
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ordenó al ejército prepararse para cualquier posible escenario en Gaza. El ala ultranacionalista del gobierno exige retomar la ofensiva. El líder del partido Poder Judío, Ben Gvir, reclamó el fin de la tregua y pidió cortar la ayuda humanitaria.
El acuerdo incluía la liberación de 17 rehenes, entre ellos los argentinos Shiri Silberman y sus hijos Ariel y Kfir. Tras la suspensión, el Foro de Familias de Rehenes pidió asistencia internacional para garantizar su entrega y evitar una nueva escalada del conflicto.
Donald Trump incrementó la presión con su plan para relocalizar a 2,4 millones de palestinos y tomar el control de Gaza. «El gobierno de Trump ofrece a Israel una oportunidad única para avanzar en el proceso de paz con un fuerte apoyo estadounidense», sostuvo el analista Paulo Botta.
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Qatar, mediador esencial con Hamas, intenta evitar el colapso de la tregua. Las negociaciones en Doha buscan restablecer el acuerdo, pero los sectores más radicales de ambas partes se resisten. «Veremos quiénes se imponen, si los halcones o las palomas», analizó Botta.
El sector ultraortodoxo del gabinete de Netanyahu rechazó cualquier negociación con Hamas. En enero, el partido Poder Judío abandonó la coalición en protesta por el alto el fuego y ahora exige anexar Gaza. La escalada en el discurso político dificulta la posibilidad de un acuerdo estable.
Desde la perspectiva palestina, Estados Unidos busca alcanzar un pacto con Irán, lo que exige reducir las tensiones en Gaza. Sin embargo, la radicalización dentro de Hamas complica la tregua y la implementación de la segunda fase del acuerdo. Las negociaciones están estancadas y el conflicto podría escalar nuevamente.
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