El fuego avanza por Loma Alta, Tres Cerros, La Cruz, Mantilla y Estación Solar. Bomberos y brigadistas trabajan para sofocar las llamas, mientras autoridades y productores advierten sobre las consecuencias económicas y ambientales. La población permanece en alerta ante el riesgo de que las condiciones climáticas agraven la situación.
La expansión del fuego amenaza áreas productivas y pone en alerta a la población. Equipos de emergencia despliegan todos los recursos disponibles para controlar el avance de las llamas y minimizar los daños.
Distintas instituciones suman esfuerzos para reducir el impacto, mientras el fuego avanza en Loma Alta, Tres Cerros, La Cruz, Mantilla y Estación Solar. Bomberos voluntarios y brigadistas, con el respaldo de aviones hidrantes, intentan detener la propagación de las llamas.
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Bruno Lovinson, coordinador del Comando Operativo de Emergencias, confirmó que los focos en Gobernador Martínez y Perugorría fueron exti+nguidos. Destacó la rápida intervención de los equipos, aunque la situación sigue siendo crítica en otras localidades.
Asimismo, uno de los focos más preocupantes se encuentra en la Ruta Nacional 14, cerca de Paso de los Libres. Densas columnas de humo son visibles desde distintos puntos de la región. La proximidad del fuego obligó a interrumpir el tránsito, lo que generó inconvenientes en la circulación.
En este marco, el sector agropecuario sufre graves consecuencias. La pérdida de pasturas y cultivos afecta a los productores, quienes enfrentan dificultades para sostener su actividad. Federico Palma, de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes, aseguró que mantienen contacto con el Centro de Operaciones de Emergencia y que se utilizan todos los recursos disponibles.
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En 2022, Corrientes padeció incendios de gran magnitud, con más de un millón de hectáreas arrasadas. La sequía prolongada y las temperaturas extremas, intensificadas por el fenómeno de La Niña, favorecen la expansión del fuego. Las quemas controladas, en algunos casos, agravan la crisis.
En la ganadería, la pérdida de forraje obliga a los productores a buscar alternativas costosas para alimentar al ganado. Muchos animales sufren lesiones o no sobreviven debido a las altas temperaturas. En la agricultura, la calidad del suelo se deteriora, lo que dificulta su recuperación a corto plazo.
Las infraestructuras rurales también presentan daños, lo que dificulta la recuperación del sector. La destrucción de alambrados, instalaciones eléctricas y depósitos perjudica la operatividad de los productores y suma nuevas pérdidas económicas.
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