El fenómeno de La Niña afecta severamente los cultivos en Misiones, con sequías que podrían extenderse hasta marzo. José Oleiñuk del INTA advierte sobre las consecuencias y destaca la necesidad de mejorar la infraestructura de gestión del agua para mitigar futuros impactos.
Entrevista a José Olinuck en Radio Activa
El fenómeno meteorológico de La Niña ha comenzado a impactar de manera significativa en los cultivos de Misiones, según explicó José Olinuck, agrometeorólogo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Durante una entrevista, Olinuck señaló que, aunque las lluvias se mantuvieron dentro del promedio durante la primavera, la situación cambió drásticamente a mediados de diciembre. «En la primera parte de diciembre llovió 187 milímetros, lo cual era suficiente para los cultivos, pero luego las lluvias se cortaron bruscamente», detalló Olinuck, subrayando la entrada en la fase de La Niña.
En consecuencia, la fase de La Niña podría extenderse hasta marzo, lo que pone en riesgo varios cultivos en la región. Olinuck explicó que, aunque algunos cultivos con raíces profundas, como la yerba mate y el té, no sienten aún el efecto de la sequía, los plantines más jóvenes ya muestran signos de estrés hídrico. «Es muy seguro que habrá mortandades en los plantines del último año», advirtió el experto, destacando que la situación es especialmente crítica para los cultivos anuales como el maíz plantado tardíamente.
Por otro lado, el fenómeno de La Niña no solo afecta a los cultivos de Misiones, sino que también podría tener un impacto a largo plazo en la seguridad alimentaria de la región. Oleiñuk mencionó que los cultivos frutales y otros menos importantes, como el banano, también están en un estado delicado debido a la falta de agua. «El drama es que, si no llueve después de un mes, el crecimiento se demora y las reservas de alimento para los animales se ven comprometidas», agregó.
A pesar de la gravedad de la situación, existe la posibilidad de mitigar los efectos de estas sequías recurrentes mediante la implementación de infraestructura adecuada para la gestión del agua. Oleiñuk enfatizó la necesidad de construir reservorios y represas de agua, así como mejorar el manejo de cuencas y vertientes. «En Misiones llueve mucho, pero sin suficiente infraestructura, un mes sin lluvias ya provoca problemas», afirmó.
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La variabilidad del régimen pluviométrico en Misiones complica aún más la situación para los productores locales. Oleiñuk explicó que, a diferencia de otras regiones con patrones de lluvia más predecibles, en Misiones las lluvias pueden ser escasas o excesivas en cualquier estación del año. «Muchos productores terminan esperando que llueva, pero a veces esa espera es en vano», lamentó el agrometeorólogo del INTA.
Además, estos fenómenos climáticos se han vuelto más frecuentes en los últimos años, lo que podría ser una clara señal del cambio climático. Olinuck recordó que, desde 2019, Misiones ha enfrentado cinco años de problemas de sequía en seis años, una situación que él mismo describió como «muy excepcional». Sin embargo, aún no se ha determinado si esto es un cambio permanente en el clima o una serie de eventos aislados.
El fenómeno de La Niña está afectando gravemente a los cultivos de Misiones, y la situación podría empeorar si no se toman medidas para mejorar la infraestructura de gestión del agua. La implementación de reservorios y el manejo adecuado de las cuencas son pasos cruciales para enfrentar estas sequías recurrentes y asegurar el futuro de la producción agrícola en la región.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024