La amistad es uno de los tesoros más valiosos que podemos tener a lo largo de la vida. A medida que pasan los años, nuestras dinámicas sociales cambian: los hijos crecen y se van, las rutinas se transforman y, en algunos casos, perdemos contacto con amistades de toda la vida. Pero, lejos de ser un problema, esta etapa puede ser una oportunidad para reevaluar, fortalecer y, por qué no, crear nuevas conexiones.
En la madurez, las amistades suelen tomar un matiz diferente. Ya no se trata de cantidad, sino de calidad. Buscamos relaciones que nos aporten alegría, que nos desafíen a crecer y que estén basadas en el respeto mutuo. Estas amistades, profundas y auténticas, son un refugio emocional, una fuente de apoyo y una chispa de vitalidad.
¿Por qué es importante cuidar las amistades a esta edad?
Numerosos estudios muestran que las relaciones sólidas están asociadas con una mayor longevidad y bienestar emocional. Tener amigos con quienes compartir las alegrías y los desafíos de la vida no solo nos hace sentir menos solos, sino que también nos ayuda a mantenernos activos, optimistas y conectados con el mundo.
Cultivar amistades no requiere intención, tiempo y, sobre todo, disposición para abrirnos a los demás.
Cómo fortalecer las conexiones:
- Revaloriza las relaciones existentes. Dedica tiempo a reencontrarte con viejos amigos, a recordar lo que los unió y a crear nuevos momentos juntos.
- Sé proactivo. Busca espacios para conocer personas afines: talleres, clubes o actividades comunitarias pueden ser lugares ideales para conectar.
- Cultiva la autenticidad. Se vos misma/o y elige rodearte de personas que te acepten tal como sos.
- Aprende a dejar ir. No todas las amistades están hechas para durar toda la vida. Está bien despedirse de aquellas que ya no te nutren o no están alineadas con tu etapa actual.
Te dejo algunas preguntas para reflexionar sobre la amistad:
- ¿Qué relaciones han sido un pilar en tu vida y cómo puedes nutrirlas aún más?
- ¿Qué características valoras más en una amistad?
- ¿Cómo puedes abrirte a nuevas conexiones sin miedo ni prejuicios?
La vida está llena de oportunidades para enriquecer las relaciones. Es el momento perfecto para disfrutar de conversaciones profundas, risas espontáneas y el apoyo incondicional de personas que hacen tu vida más luminosa.
Porque, al final del día, la amistad no tiene edad, pero sí tiene intención: la de compartir momentos que nos recuerden que, juntos, la vida siempre es mejor.
Y a vos, ¿cómo te va con esto? Si crees que por el momento no estás pudiendo sola/o, estoy para acompañarte! Pedí posibilidad, pedí coaching.
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional
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