Gratitud en papel: un hábito que puede cambiar tu vida

Imagina un hábito sencillo que pueda mejorar tu bienestar emocional, fortalecer tus relaciones y ayudarte a encontrar alegría incluso en los días más desafiantes. Ese hábito existe, y es practicar la gratitud por escrito.

La gratitud, definida por uno de los principales investigadores en este campo, como “un reconocimiento de los aspectos buenos de la vida”, tiene un impacto profundo en nuestra salud mental. Se ha demostrado que expresar gratitud puede reducir los niveles de estrés, aumentar la felicidad y mejorar el sueño. Sin embargo, llevar este sentimiento al papel potencia aún más sus beneficios.

¿Por qué escribirlo? El acto de escribir nos obliga a reflexionar más profundamente, a elegir con cuidado las palabras y a visualizar lo que agradecemos. Este proceso activa áreas del cerebro asociadas con el placer y las emociones positivas. También se destaca en investigaciones que las personas que practican la gratitud por escrito experimentan un aumento en su bienestar general y una disminución en los síntomas depresivos.

Cómo empezar
El hábito de la gratitud escrita requiere tan solo unos minutos, una libreta, cuaderno o agenda destinada a tal fin son suficientes. Al final de cada jornada, al comienzo o en algún momento que definas como especial en el transcurso del día, dedica tiempo a anotar tres cosas por las que te sientas agradecido. Pueden ser grandes logros, pequeños gestos o incluso momentos de calma que a menudo pasamos por alto. 

Ser puntual, detallado, para que el cerebro pueda registrar exactamente ese momento, es un muy buen punto de partida.

Por ejemplo:

  1. “Agradezco el abrazo cálido de mi nieto hoy.”
  2. “Valoro el café compartido con una amiga esta mañana.”
  3. “Estoy agradecido por la puesta de sol que me recordó la belleza de la naturaleza.”

Agradecer, nos  permite hacer foco en lo que sí fui hoy (por ejemplo atenta/o, cordial, generoso/a en lugar de estar machacándose todo el día que fui un descuidado, irresponsable o en un error que cometí) en lo que si tenemos (en lugar de estar triste por lo que creo que me falta), lo que si logramos, en lugar de estar frustrada/o por lo que no obtuve.

 

Formularlo en positivo, es otra de las claves. Por ejemplo, “estoy agradecida por haberme levantado saludable hoy “ definitivamente vibra mucho más alto que decir, gracias porque no tengo dolor de cabeza o porque no me enfermé. ¿Lo ves?

Resultados tangibles
Los beneficios de este hábito van más allá de lo emocional. Estudios revelan que las personas que practican la gratitud tienen relaciones más satisfactorias, ya que expresar agradecimiento fomenta la conexión y la reciprocidad. Además, fortalece el sistema inmunológico, reduce la presión arterial y genera resiliencia frente a adversidades.

Un cambio de perspectiva
Practicar la gratitud escrita no significa ignorar las dificultades, sino entrenar la mente para reconocer lo positivo, incluso en medio del caos. Este hábito nos ayuda a enfocarnos en la abundancia, en lugar de la carencia, y a vivir con mayor plenitud.

¿Te atreves a intentarlo? Empeza hoy mismo. Toma papel y todos los recursos como biromes, lápices de colores, marcadores y lo que más te guste, y descubrí cómo la gratitud puede transformar tu vida desde adentro hacia afuera.

 “La gratitud desbloquea la plenitud de la vida” probá, después me contás.

Y si crees que por el momento te faltan motivos para agradecer. Pedí una posibilidad, pedí coaching.

Ester Inglese

Coach Ontológico Profesional

wsp 3751 660207/ ig ester.inglese

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