El riesgo país, indicador clave para medir la percepción del riesgo crediticio de una nación, descendió este lunes a 571 puntos básicos, según informó Reuters.
Este nivel, el más bajo desde agosto de 2018, refleja un creciente interés inversor en los bonos argentinos, impulsado por señales de estabilidad fiscal y un entorno económico más favorable. La administración de Javier Milei ha implementado políticas ortodoxas que han contribuido a la recuperación económica y a un superávit fiscal que fortalece la confianza en el pago de la deuda soberana.
El Tesoro nacional, aprovechando el superávit fiscal, ha cambiado parte de sus depósitos en pesos a divisas, acumulando reservas por USD 5.698 millones. Esta estrategia asegura la capacidad del país para afrontar los pagos de deuda programados para enero y julio. Además, la recaudación impositiva ha crecido significativamente, superando en 80 puntos porcentuales a la inflación, lo que respalda la solvencia fiscal.
Las reservas del Banco Central han aumentado en USD 1.250 millones, alcanzando un total de USD 32.774 millones, gracias a una operación de REPO y compras oficiales. Este fortalecimiento de las reservas es crucial para mantener la estabilidad cambiaria y económica del país, ofreciendo un colchón ante posibles presiones externas.
Las perspectivas para 2025 son optimistas, con una demanda firme de activos argentinos que refleja la confianza de los inversores en el futuro económico del país. Un informe de la consultora Suramericana Visión confirma que Argentina tiene la capacidad para enfrentar los vencimientos de deuda en moneda extranjera, incluso sin acceso al mercado de crédito internacional. Sin embargo, advierte sobre la necesidad de financiamiento externo para mantener la estabilidad cambiaria y económica a largo plazo.
FUENTE: Infobae.