La isla caribeña inició su última jornada del 2024 con un apagón generalizado que dejó a más de 1,3 millones de clientes sin electricidad justo cuando las familias se preparaban para despedir el año. Una falla en una red eléctrica subterránea fue identificada como la causa del colapso, según Luma Energy, la empresa encargada de la transmisión y distribución eléctrica. Las autoridades advirtieron que la restauración del servicio podría tardar hasta dos días.
El corte de energía ocurrió al amanecer del 31 de diciembre, lo cual dejó a la isla en una calma inquietante, interrumpida únicamente por los generadores de quienes pudieron encenderlos. “¡Tenía que ser el 31 de diciembre! No hay felicidad, ninguna”, exclamó Manuel, un residente de la capital que celebraba su cumpleaños en medio del apagón.
Luma Energy informó que casi el 90% de los 1,47 millones de clientes en la isla quedaron afectados. Para la tarde, solo 194 mil clientes, entre ellos hospitales y servicios esenciales, habían recuperado el suministro eléctrico. Sin embargo, la página web de la empresa, que debería proporcionar actualizaciones sobre la situación, dejó de funcionar, lo cual intensificó la frustración de los usuarios.
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En un comunicado, la compañía señaló que la falla se originó en una línea eléctrica subterránea y que se trabajaba para restablecer el servicio “de la manera más rápida y segura posible”. Hugo Sorrentini, portavoz de la empresa, afirmó que el incidente estaba siendo investigado.
El apagón exacerbó el descontento con Luma y Genera PR, la compañía responsable de la generación de energía en la isla. Cada vez más voces se suman al pedido de terminar los contratos de ambas empresas. La gobernadora electa, Jenniffer González Colón, quien asumirá el cargo el próximo 2 de enero, propuso la creación de un “zar de la energía” para evaluar posibles incumplimientos contractuales y buscar nuevos operadores.
Por su parte, el gobernador saliente, Pedro Pierluisi, exigió respuestas inmediatas. “Estamos exigiendo respuestas y soluciones, tanto a Luma como a Genera, quienes tienen que agilizar el reencendido de las unidades generatrices fuera del área de la falla y mantener al pueblo debidamente informado sobre las medidas que están tomando para restablecer el servicio en toda la isla”, escribió en X (antes Twitter).
Mientras tanto, los residentes adaptaban sus planes a la situación. “Me voy para el balcón. Ahí voy a dormir”, comentó resignado Raúl Pacheco, un hombre diabético de 63 años, mientras se sentaba en su andador debido a una lesión en el pie. Otros, como Julio Córdova, se resignaban a la incomodidad. “¿No pudo haber sido ayer o mañana?”, dijo mientras rastrillaba hojas, frustrado por el impacto en sus planes.
Sin embargo, algunos tomaron la situación con filosofía. “Esto es parte de mi diario vivir”, afirmó Enid Núñez, de 49 años, quien gracias a una estufa de gas pudo desayunar antes de ir a trabajar.
Aunque los apagones masivos no son comunes, Puerto Rico enfrenta una crisis energética derivada de una infraestructura eléctrica en ruinas, agravada por el paso del huracán María en 2017. A pesar de que el sistema ya mostraba señales de deterioro antes de la tormenta, la falta de mantenimiento e inversión prolongada lo dejaron en un estado crítico.
El gobierno puertorriqueño solicitó a las autoridades estadounidenses seguir utilizando generadores portátiles proporcionados por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) durante al menos dos años más, mientras la Autoridad de Energía Eléctrica lucha por reestructurar más de 9000 millones de dólares en deuda.