Tras un año complejo para la actividad, Oscar Marelli, titular de la Cámara Argentina de la Construcción sede Misiones, brindó un panorama sobre las expectativas del sector de cara al próximo año. Según su análisis, no se prevé una reactivación significativa, aunque resaltó el papel de la obra privada como sustento principal de la actividad. Este panorama refleja una continuidad en el declive que afecta al sector desde hace más de un año, agravado por las decisiones del Gobierno nacional de paralizar la obra pública.
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En el ámbito nacional, la construcción acumula once meses consecutivos de caídas interanuales. La decisión del gobierno de frenar el 100% de la obra pública, independientemente del grado de avance de cada proyecto, tuvo un efecto devastador. Este parate afectó directamente a más de 100.000 empleos directos y, considerando las 140 actividades relacionadas con la construcción, se estima que cerca de 300.000 personas fueron impactadas. “La inversión en infraestructura no debe considerarse un gasto, sino una necesidad fundamental”, afirmó Marelli, enfatizando que el aporte estatal es insustituible para atender demandas como viviendas, escuelas y caminos.
La falta de inversión también tuvo un fuerte impacto en las empresas contratistas, que vieron reducida drásticamente su actividad. Muchas de estas empresas no lograron retomar el personal despedido durante 2023, lo que contribuyó a un panorama de empleo estancado y con altos niveles de inactividad. En ese sentido, el titular de la CAC Misiones explicó que la situación es especialmente grave en proyectos esenciales como rutas, saneamiento urbano y obras de vivienda.
La situación en Misiones
En Misiones, la obra pública se paralizó progresivamente desde finales de 2023, siguiendo la tendencia nacional. Sin embargo, Marelli destacó los esfuerzos del Gobierno provincial para mantener ciertos niveles de inversión y pago a contratistas. “La provincia priorizó obras fundamentales y trató de sostener las estructuras de las empresas”, indicó, aunque esto no logró evitar una reducción drástica en los niveles de empleo y actividad que cayeron alrededor del 50%.
Actualmente el empleo en la construcción se encuentra en la mitad de los valores habituales. A pesar de un leve repunte en el tercer trimestre de 2024, impulsado por la obra privada, la actividad general sigue siendo muy baja. El referente del sector describió este repunte como “esbozos de mejora” derivados de refacciones menores y proyectos privados en comercios y viviendas.
La construcción privada, aunque importante, no logra compensar el déficit generado por la paralización de la obra pública. Según Marelli, la diferencia en los niveles de actividad de años anteriores respecto al presente está directamente relacionada con la falta de inversión estatal. En este sentido, destacó que es improbable que la obra privada por sí sola pueda revertir esta situación.
Desafíos del sector para el 2025
El 2024 fue un año de aprendizaje y resistencia para las empresas constructoras, que debieron adaptarse a condiciones adversas. Con una obra pública paralizada y recursos provinciales limitados, el sector enfrentó grandes retos. “Esperamos que en 2025 haya un repunte, aunque sea leve, impulsado por una mayor actividad económica y el crecimiento de la obra privada”, señaló.
Los principales desafíos para el próximo año incluyen la recuperación del empleo perdido, la reactivación de obras prioritarias y la adaptación a un escenario económico incierto. Marelli indicó que las empresas comenzaron a buscar alternativas dentro del ámbito privado para sostenerse, aunque estas estrategias no son suficientes para alcanzar los niveles de actividad de años anteriores.
Proyecciones y necesidades
En cuanto a las perspectivas económicas, Marelli indicó que la estabilidad en el tipo de cambio y la inflación podrían aportar algo de previsibilidad, permitiendo planificar con mayor certeza. Sin embargo, señaló que esto no resolverá los problemas de fondo: “Sin recursos para ejecutar obras, la realidad no cambiará de manera significativa”.
El dirigente también subrayó la necesidad de que el Gobierno nacional salde sus deudas con la provincia, muchas de las cuales afectan directamente al sector. “La recuperación de estos fondos es clave para reactivar proyectos esenciales y atender las demandas de infraestructura que no pueden postergarse más”, aseguró.
En este contexto, las obras de infraestructura como caminos, escuelas y viviendas representan una urgencia impostergable. Marelli advirtió que, de no retomarse estas inversiones, el impacto sobre la economía local podría ser aún más severo, especialmente para las comunidades que dependen de estas obras.
No obstante destacó el buen diálogo con las autoridades provinciales, quienes comparten la preocupación por la falta de inversión en infraestructura. En reuniones recientes con el gobernador Hugo Passalacqua, las cámaras del sector insistieron en la importancia de retomar obras prioritarias. “La provincia reconoce la necesidad de estas inversiones, pero carece de los recursos para afrontarlas”, explicó.
El dirigente valoró las reuniones mensuales que las cámaras mantienen con las autoridades provinciales, en las que se analizan propuestas y estrategias para enfrentar la crisis del sector. Estas reuniones permitieron mantener un diálogo fluido y explorar posibles soluciones, aunque los resultados hasta ahora fueron limitados debido a la falta de recursos.
Impacto en la economía provincial
La construcción es un motor clave para la economía de Misiones, con un impacto grande en el empleo y en las actividades relacionadas. La paralización de la obra pública no solo afectó a las empresas constructoras, sino también a proveedores, transportistas y otros sectores vinculados. Este efecto dominó generó una desaceleración económica que se siente en toda la provincia.
Marelli explicó que la inactividad también llevó a un deterioro en la infraestructura existente. “Los caminos necesitan reparaciones, las escuelas deben ampliarse y las viviendas requieren mantenimiento. Estas son necesidades que no pueden esperar”, sostuvo. Además, advirtió que la falta de inversión pública podría tener consecuencias aún más graves si no se toman medidas urgentes.
Las proyecciones para el próximo año son moderadas. El sector espera una leve mejora en la actividad económica general que podría traducirse en un incremento en la obra privada. Sin embargo, la falta de obra pública seguirá limitando la recuperación del empleo y la actividad.
Marelli fue poco alentador al evaluar el panorama: “No tenemos una buena expectativa para el 2025. Muchas empresas están buscando alternativas dentro del ámbito privado para sostenerse, pero esto no alcanzará para retornar a los niveles de actividad de años anteriores”. “La construcción siempre fue un pilar de la economía y estoy convencido de que volveremos a ocupar ese lugar”, concluyó.
La construcción enfrenta un 2025 desafiante, con una recuperación lenta y condicionada por la falta de inversión en obra pública. A pesar de los esfuerzos del Gobierno provincial y el compromiso de las empresas por adaptarse, el camino hacia la reactivación depende de decisiones clave a nivel nacional. Mientras tanto, el sector se mantiene en una búsqueda constante de alternativas para subsistir y esperar un cambio de escenario que permita retomar su papel como motor de la economía provincial.
Visión Misionera 2025: cerca de 1000 personas ya votaron por la Empresa Modelo de Misiones https://t.co/zqzjvFcBhK
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