El productor, industrial y exportador tealero indicó que el clima es favorable para la producción, pero la suba pronunciada de los costos, especialmente en energía y combustibles, dificulta la rentabilidad. “No podemos trasladar esos mayores costos porque trabajamos con mercados internacionales y la competencia es grande”. Estimó que la cosecha podría finalizar antes de lo previsto.
Jonathan Klimiuk, propietario de Klimiuk Infusiones, analizó el complejo panorama que atraviesa el sector tealero en Misiones. La zafra 2023-2024 se caracteriza por una alta producción combinada con dificultades en la comercialización. Los costos del sector, especialmente la energía eléctrica y los combustibles, se incrementaron muy por encima del dólar y eso dificulta contratos de exportación, porque las empresas compradoras no están dispuestas a aumentar los precios que pagan a sus proveedores misioneros. La producción creciente en países como Kenia y Sri Lanka, con costos mucho más bajos, genera una competencia agresiva.
“En el sector tealero venimos de una zafra, la que terminó a inicios de este año, que fue muy complicada por exceso de producción y por dificultades al poder ubicar la mercadería. Entonces se finalizó un poco antes de lo normal, se quedó con stock en los depósitos y eso trae la complicación que arrancamos la nueva zafra ahora”, señaló el empresario.
Klimiuk indicó que las dificultades para trasladar los aumentos que sufrieron en sus costos es uno los problemas centrales. “En el té impacta muy fuerte el costo energético, el incremento que hubo en dólares de la energía y el combustible fue alto. No podemos trasladar esos mayores costos a un mercado como el del té, teniendo tanta competencia a nivel internacional con grandes productores como Kenia, Sri Lanka o India”.
El productor, industrial y exportador advirtió esa imposibilidad de trasladar mayores costos esta trayendo “una crisis bastante profunda porque está complicado las ventas en el exterior, entonces estamos en un cuello de botella muy complicado, terminando este año bastante complejo. Pero somos siempre optimistas en el sector confiamos en que vamos a poder ubicar la mercadería, se está concretando ahora algunas ventas puntuales, siempre el período de venta es noviembre y diciembre, es cuando se cierran los contratos para todo el año”.
Consultado sobre el interés en el té misionero, Klimiuk afirmó: “Tenemos mucha producción mundial de té, y nosotros buscamos incrementar el precio debido al aumento de costos. Esto complica las negociaciones porque los compradores buscan precios más bajos, y nosotros no podemos aceptar esas condiciones”.
La incidencia del tipo de cambio
Uno de los factores más determinantes en esta situación es el tipo de cambio. “Venimos insistiendo en que tenemos un tipo de cambio muy retrasado. Los costos fueron muy agresivos, y necesitamos urgente un cambio más competitivo para ubicar la mercadería”, destacó. Esta situación afecta no solo al sector tealero, sino también a otras economías regionales como la yerba mate, el tabaco y la mandioca.
Klimiuk también mencionó la creciente competencia de otros países en mercados tradicionales para el té argentino, como Estados Unidos: «Participamos en la Convención Internacional de Té en Canadá y vimos cómo países como Kenia han incrementado su producción y están ingresando al mercado americano con productos similares a nuestros estándares. Esto genera una competencia muy fuerte debido a sus menores costos de producción y mayores volúmenes».
Rentabilidad en duda
“Al productor no le cierran los números, al prestador de servicios tampoco, y los secaderos medianos y exportadores están muy complicados”, enfatizó Klimiuk. Reclamó la necesidad de una política de Estado que priorice a las economías regionales: “La producción está siendo descuidada, y eso trae consecuencias graves para los productores, los obreros y la economía de los municipios del interior”.
Klimiuk advirtió que la cosecha actual podría finalizar antes de lo previsto debido a las dificultades para ubicar la mercadería: “Hoy estamos produciendo, pero si no logramos concretar ventas, la cosecha terminará antes de lo normal. Esto es consecuencia directa de los costos que no podemos trasladar al cliente en el exterior”.
A pesar de los desafíos, el sector tealero misionero sigue apostando por la calidad y el esfuerzo conjunto para superar los obstáculos y mantenerse en los mercados internacionales.