Los productores de yerba mate entregaron este año la cosecha más grande de la que se tenga registro, pero el negocio no creció en la misma medida. Al contrario, se achicó por una caída en la demanda del mercado interno. Las exportaciones aumentaron, pero no lo suficiente para compensar la disminución del consumo doméstico. Aplicada en ese contexto de abundancia de materia prima, la desregulación que aplicó el Gobierno nacional tuvo un impacto negativo en la rentabilidad de productor: los precios de la hoja verde se desplomaron. Sin embargo, desde la industria consideran que el nuevo escenario económico es más propicio para planificar a largo plazo.
La yerba mate sintió rápidamente el efecto Milei, incluso antes de que empezara 2024. Con el mega DNU publicado pocos días después de la asunción del Presidente, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) perdió sus facultades para establecer precios mínimos para la hoja verde y la canchada y para adoptar medidas tendientes a regular la oferta.
Los mismos productores que mayoritariamente votaron por un presidente que siempre se presentó como un fundamentalista del libre mercado, salieron a exigirle la intervención del Estado cuando el mercado jugó en contra de sus intereses. El Gobierno nacional no demostró el más mínimo interés en intervenir y ni siquiera se molestó en designar a un presidente para el INYM, mientras que la Provincia sí gestiona en busca de respuestas a los reclamos del sector, pero el contexto no es favorable.
Es que más allá de lo que se pueda aportar desde el Estado, el sector yerbatero, como todas las demás actividades de la economía, es un negocio entre privados y la desregulación impulsada desde el Gobierno de Milei apunta justamente a correr al Estado del medio.
La molinería se vio afectada en la primera parte del año por una caída en las ventas del producto elaborado, en parte porque la cadena comercial acumuló stock a fines de 2023, previendo el fogonazo inflacionario que inició en diciembre y se extendió hasta la segunda mitad del año. Pero al contrario de la producción, la industria sí pudo recomponer márgenes de rentabilidad gracias a la debacle de los precios de la materia prima.
En entrevista con Misiones Online, Víctor Saguier, presidente de la cámara empresarial que reúne a los molineros de zona productora destacó que el cambio de rumbo de una economía dirigida hacia una más libre y con más apertura al mundo, favorece la planificación a largo plazo.
Saguier, presidente de la cámara que nuclea a los molineros de zona productora, consideró que los empresarios del sector enfrentan el desafío de salir de su zona de confort para competir en el mundo.
“Tenemos que afilar el lápiz, tenemos que ser muy competitivos, tenemos que saber que Paraguay y Brasil están golpeando nuestros mercados externos con un producto similar a mejor precio. Entonces, nosotros en ese sentido tenemos que hacer los deberes”, dijo.
A pesar de la caída en el consumo interno, Saguier ve grandes oportunidades para diversificar los productos derivados de la yerba mate, tanto para el mercado interno como para la exportación. Mencionó alternativas como los blends de infusiones, los cosméticos y las bebidas a base de yerba mate, productos que ya están siendo desarrollados por marcas en otros países. También destacó la posibilidad de incorporar la yerba mate en cápsulas, una tendencia que ha tenido poca repercusión en Argentina, pero que muestra un gran potencial fuera del país.
“La yerba mate tiene muchísimas aplicaciones, más allá del mate tradicional. El desafío está en ponerle imaginación a la oferta de productos”, comentó Saguier, haciendo un llamado a los empresarios a innovar y explorar nuevas formas de capitalizar este recurso tan característico de la región.
Víctor Saguier: “Este nuevo escenario económico permite a los empresarios planificar a largo plazo”
Para Héctor Dilger, presidente de la Cooperativa Yerbatera de Dos de Mayo, la salida al laberinto yerbatero pasa por abrir nuevos mercados y cuidar la calidad del producto
El cooperativista entiende que la solución de fondo al problema recurrente del sector yerbatero, pasa por incrementar la demanda, tanto a nivel interno como externo. En el mercado local, Dilger propuso trabajar en la calidad del producto: “Se podría reducir la cantidad de palo en los paquetes y establecer límites en las mezclas, ya que cada vez se incluyen menos yerba y más productos más baratos”.
A nivel internacional, señaló la importancia de adaptar la yerba mate a las costumbres de consumo de otros países: “La mayor parte del mundo consume té. Tal vez podríamos copiar algunas prácticas, como el consumo de té frío, saborizado o caliente en taza. Es fundamental destacar los beneficios para la salud de la yerba mate y educar a los consumidores”.
Yerba en números
En 2024 los productores entregaron más de 968 millones de kilos de hoja verde hasta el fin de la cosecha de invierno y con la zafriña de verano se superarán la barrera de los mil millones de kilos. Se trata de la cosecha más grande de la que se tenga registro. En comparación con 2023 hubo un aumento de 32% que se traduce en unos 234 millones de kilos de hoja verde más que el año anterior.
La demanda en el mercado interno recorrió el camino inverso, lo que llevó a 2024 a ser el año con menor consumo de yerba en Argentina desde 2012. Según datos del INYM, los despachos al mercado interno cayeron 9% con relación al año pasado. En los primeros diez meses de 2024 se vendieron 21 millones de kilos menos de yerba elaborada, lo que implica una caída de 63 millones de kilos en la demanda de hoja verde.
A la materia prima proveniente de los yerbales de Misiones y Corrientes se sumaron casi 7 millones de kilos de yerba canchada y yerba molida que ingresaron importadas desde Brasil y Paraguay.
La buena noticia para el sector es que las exportaciones aumentaron 10%, aunque ese aumento de poco más de 3 millones de kilos de yerba elaborada no llegó a compensar la caída de más de 21 millones en el mercado interno.
Lo que indican todos estos datos es que por un lado se produjo mucha más hoja verde que lo que se venía produciendo, además entró yerba canchada importada de Brasil y Paraguay (aunque no una cantidad significativa) mientras que las ventas al mercado interno, principal cliente para la industria yerbatera, cayeron por la crisis económica.