“Los delincuentes disfrazados de policía no solamente tienen que ser echados de la fuerza, también deben estar presos”, afirmó Sandro Martínez, Jefe de la Policía de Misiones

La seguridad se consolidó como un eje central en la gestión 2024 del comisario General de la Policía de Misiones, Sandro Martínez. En diálogo con Policiales de Misiones Online, analizó los logros y pendientes de su administración, destacando la lucha contra el narcomenudeo, la colaboración internacional en la triple frontera y la implementación de tecnologías innovadoras.

Martínez calificó su desempeño con un puntaje modesto, destacando que, si bien hubo avances, aún queda un largo camino por recorrer: “Si continuamos el próximo año, el objetivo será levantar ese puntaje y darle una mejor respuesta a la gente. Esa es mi última misión como policía”, afirmó.

El comisario destacó el fortalecimiento de las relaciones con las fuerzas de seguridad de Brasil y Paraguay, creando departamentos de inteligencia criminal y relaciones internacionales. Este enfoque permitió avances significativos en zonas críticas como Bernardo de Irigoyen. En el combate al narcomenudeo, se desarticularon más de 120 puntos de venta priorizando la calidad operativa sobre la cantidad.

Martínez anunció la creación de nodos de seguridad, una estrategia que combina funciones administrativas, criminalísticas y operativas en un solo espacio. Ejemplos como el barrio Itaembé Guazú, donde se incorporó un médico para atender a efectivos y vecinos, reflejan esta visión. Además, proyectó nuevas unidades en lugares estratégicos como el Mercado Central e implementaciones tecnológicas como el SIGED.

Los casos de corrupción dentro de la fuerza fueron abordados con firmeza. “No toleraré delincuentes disfrazados de policías. Estos casos no solo deben ser expulsados de la institución, sino también enfrentar la justicia”, sostuvo Martínez, dejando claro que no hay espacio para la impunidad en la Policía de Misiones.

Por último, el comisario celebró la reciente creación de la fiscalía de ciberdelitos, que, según él, refuerza la capacidad de la provincia para enfrentar delitos en el ámbito digital. También subrayó la importancia de la denuncia formal como herramienta para combatir estas nuevas modalidades de criminalidad.

La Policía de Misiones y la lucha contra el narcotráfico.

Un mano a mano con el jefe de la Policía de Misiones

Si vos tenés que poner un puntaje a tu gestión en este año, ¿Cuál sería?

SM: Y mira, justamente ayer evaluaba a todos los jefes de dependencia de la zona capital, la UR1 y UR10, y esto se está haciendo en toda la provincia, para analizar si continúan o no en su cargo a partir del próximo año. Tuvieron la oportunidad de exponer. Yo soy una persona exigente con los demás y conmigo mismo. Creo que la gestión está aprobada, pero aún estamos lejos de los objetivos planteados. Si tengo que poner un puntaje, depende de la universidad: ¿aprobás con un 4 o con un 6? Me parece que estamos en ese rango. Hemos hecho cosas positivas, pero aún hay mucho por mejorar. Si continuamos el próximo año, el objetivo será elevar ese puntaje y dar mejores respuestas a la ciudadanía, porque esa es mi última misión como policía.

 

Sabemos que Misiones es una provincia difícil, con características únicas por la triple frontera. Algunos mencionaron que podría convertirse en la próxima Rosario. Este año se percibió un trabajo policial positivo, con una disminución del delito en Bernardo de Irigoyen y un fortalecimiento de relaciones con la policía brasileña. ¿Qué acciones tomó su gestión para reducir el delito en la triple frontera?

SM: Desde el inicio marcamos una política de seguridad pública orientada a trabajar con nuestros vecinos. El delito no tiene frontera y el delincuente no tiene nacionalidad, por eso es crucial eliminar esas barreras. Creo que estamos lejos de la situación de Rosario, según las estadísticas y el contacto que tengo con el jefe de la policía de Santa Fe. Sin embargo, no podemos relajarnos. Trabajamos intensamente con la policía militar de Brasil y la policía nacional de Paraguay. Creamos un departamento de inteligencia criminal de frontera, que mantiene un flujo constante de información y nos permite realizar operativos efectivos. Este año, la jefatura de policía estableció un departamento de relaciones internacionales, que en 2025 se convertirá en una dirección dependiente directamente de la jefatura, para fortalecer vínculos no solo con los países vecinos, sino también con otros de América y Europa. Este enfoque, sumado al contacto directo y la reciprocidad en la información, ha sido clave para los resultados logrados. Por ejemplo, en zonas donde un pie está en Argentina y el otro en Brasil, trabajamos de manera conjunta.

Crimen de César Caytano en Bernardo de Irigoyen.

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¿Cómo se evalúa quién es apto para ocupar cargos como comisario o jefe de comisaría?

SM: Evaluamos los legajos y realizamos entrevistas con los jefes. No tenemos problema en decirles en la cara si no cumplieron los objetivos: pasan a otra área o se replantean su continuidad en la institución. En cuanto a los ascensos, no son automáticos. Ascenderán quienes realmente trabajaron y mostraron gestión. Esta propuesta fue aprobada por el gobierno, y en las próximas semanas habrá entre 14 y 15 nuevos comisarios generales que han demostrado estar al pie del cañón en las unidades regionales. Este año desarticulamos más de 120 puntos de venta de droga, aunque la cantidad fue menor que el año pasado, priorizamos la calidad de las intervenciones. Además, seguimos trabajando en seguridad vial, aunque todavía es un desafío disminuir los siniestros en rutas y calles.

 

Respecto al narcomenudeo, ¿los vecinos se involucran para denunciar o es la policía quien lidera las investigaciones?

SM: Es un trabajo conjunto. Los vecinos denuncian, algunos con nombre y apellido, y otros de manera anónima. Nosotros actuamos de oficio y damos intervención a la justicia federal, aunque la competencia no sea exclusivamente nuestra. La gente exige respuestas inmediatas, y trabajamos en coordinación con fuerzas federales y provinciales para responder. Además, estamos planificando nuevas acciones en zonas específicas donde los vecinos piden mayor intervención. La participación ciudadana es clave, y los foros de seguridad son un espacio importante para este diálogo.

en el 2024, hubieron cientos de detenidos por narcomenudeo en Misiones.

 

Me quedo con el tema del robo a la joyería en pleno centro de Posadas. El delincuente actuó con conocimiento de cerrajería, no rompió un vidrio, y lo detuvieron en la chacra 181. ¿Qué pasa con ese barrio, Sandro?

SM: La chacra 181 es un barrio donde la mayoría de los vecinos son trabajadores que se ganan su pan diariamente. Sin embargo, también hay un grupo reducido que complica la situación, a veces relacionado con el consumo de sustancias. La semana pasada realizamos siete allanamientos simultáneos en ese barrio, involucrando a personas con antecedentes, incluso de nacionalidad paraguaya, que habían cometido delitos contra la propiedad y hasta robos calificados. Esto nos preocupa porque el robo calificado implica violencia, armas y el riesgo de terminar con una víctima fatal.

Sobre el caso puntual de la joyería, actuamos rápidamente gracias a las imágenes del sistema 911. Este tipo de robos involucra objetos fáciles de vender, como relojes y joyas de alto valor, por lo que la rapidez es clave. Finalmente, logramos detener al delincuente y recuperar los objetos. Estamos expandiendo el sistema de cámaras a los barrios, lo cual es un apoyo importante, aunque no reemplaza la presencia policial tradicional. La comunidad también pide policías caminando y en contacto directo con los vecinos, lo cual seguimos fomentando.

Uno de los tantos allanamientos en la Chacra 181.

 

A largo plazo, ¿hay planes de construir más comisarías para atender este tipo de problemáticas?

SM: Más que comisarías, estamos proyectando nodos de seguridad, un concepto más amplio. Estos nodos no solo funcionan como comisarías tradicionales, sino que ofrecen múltiples servicios: criminalística, cibercrimen, investigaciones, motorizada, comando, e incluso servicios médicos para el personal y los vecinos. En Itaembé Guazú ya tenemos un nodo de este tipo, que descongestiona trámites que antes requerían viajar a la jefatura central. Además, trabajamos para digitalizar procesos. Por ejemplo, en Posadas casi no se usan los sumarios en papel gracias al sistema SIGED, que conecta directamente a la policía con fiscales y jueces, agilizando los procedimientos. También avanzamos en el uso de firmas digitales para facilitar trámites administrativos. Estamos enfocados en llevar seguridad a todos los espacios, incluso lugares históricamente conflictivos como el Mercado Central. Allí instalaremos una unidad operativa con un puesto del 911 y un grupo de intervención rápida para garantizar la tranquilidad no solo del mercado, sino también de los vecinos de la zona. Este enfoque busca que no haya espacios donde la ley no pueda aplicarse.

 

Lo negativo de la gestión, que no solo ocurre en la suya, sino también en anteriores, es la aparición de “poliladrones”. Con una fuerza tan numerosa, ¿Cómo enfrentan este flagelo?

SM: Actualmente contamos con una fuerza de 10.577 efectivos, de los cuales el 40% está en la zona capital por su alta demanda de intervención. Desde el primer día dejé en claro que no toleraremos delincuentes disfrazados de policías. No taparemos estos casos bajo la alfombra. Es cierto que el trabajo policial puede ser complicado y hay errores en los procedimientos, pero cuando un policía comete un delito, debe ser separado de la institución y enfrentar la justicia. Casos como el de un policía que roba elementos secuestrados son delitos agravados por su condición de funcionario público. Esto no solo ensucia a toda la institución, sino que afecta la imagen de los miles de policías que trabajan con honestidad. Aunque son los menos, estos casos terminan siendo noticia y opacan el esfuerzo de quienes realmente cumplen con su deber. Nuestra política es clara: no ocultamos nada y tomamos las medidas necesarias en cada caso.

Ex policía descuartizó a un vecino en Posadas.

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Al respecto, ¿Qué sintió cuando surgieron los hechos relacionados con Ramón Amarilla y otros involucrados, quienes parecían querer destituirlo a usted como jefe?

Sandro Martínez: Fue un caso lamentable, pero nuestra jefatura siempre promovió el diálogo y el consenso, tanto con las autoridades políticas como con los propios policías. Los reclamos salariales, aunque legítimos, no justifican delitos ni actos de insubordinación. Según las investigaciones y evidencias aportadas, las acciones de estos policías iban más allá de cuestiones económicas y buscaban generar conflictos internos y sociales. La justicia está actuando, y respetamos sus tiempos. Si estos policías son culpables, deberán enfrentar las consecuencias. No podemos permitir que se ponga en riesgo a la institución o a la sociedad. Este tipo de situaciones deben ser manejadas con firmeza y transparencia.

expolicías acusados de sedición y conspiración
Policías acusados de sedición y conspiración.

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¿Qué opina de la creación de la fiscalía de ciberdelitos, considerando que ya se registraron casos relacionados con redes sociales?

SM: La fiscalía de ciberdelitos es un gran avance, no solo para la policía, sino también para la sociedad. Los delitos vinculados a redes sociales o dispositivos informáticos son cada vez más comunes, y contar con una unidad especializada brinda mayor seguridad y garantías a las personas. Es importante que quienes usan las redes sean responsables de lo que dicen. Si alguien tiene algo que denunciar, hay canales legales para hacerlo. Esta nueva fiscalía, creada por ley, no solo garantiza un trato profesional a estos casos, sino que también permite combatir de manera más eficiente este tipo de delitos. Como policía y abogado, celebro esta herramienta que fortalece la seguridad y el acceso a la justicia.

 

¿Cómo enfrenta esta última etapa del año y qué balance hace de su gestión?

SM: Personalmente, me siento fortalecido y agradecido. Este 11 de diciembre se cumplió un año desde que asumí como jefe de policía, un rol para el que no hay una escuela específica, pero al que uno se prepara toda su vida. Considero que la gestión está aprobada, aunque siempre hay aspectos por mejorar. A nivel personal, también fue un año significativo. Mi hija se recibió de abogada, algo que me dio un gran impulso. Como jefe, vivo dentro de la jefatura y estoy disponible las 24 horas. Estoy agradecido con el gobierno provincial por la oportunidad, con la sociedad misionera, incluso cuando es crítico, y con cada policía que hace posible nuestra labor diaria.

 

Alcanzar el puesto de jefe de policía, ¿es cómo llegar a la primera división para un futbolista?

SM: Exactamente. Desde que uno ingresa a la escuela de policía, mira con respeto las jerarquías y sueña con llegar a lo más alto. Ser jefe es un enorme desafío y una satisfacción inmensa. Siempre les digo a mis colegas que debemos valorar lo que tenemos, incluso si parece poco, porque ese impulso es lo que nos lleva a lograr más.

Jefe de la Policía de Misiones

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