La visión prospectiva y la planificación estratégica del proyecto político impulsado por la Renovación han permitido a la provincia mantenerse indemne frente a las diferentes vicisitudes de la historia reciente. Misiones se destaca por su fortaleza institucional, en donde los tres poderes del Estado han demostrado estar a la altura de las demandas de la sociedad. La solvencia del modelo misionero se traduce en certidumbre y tranquilidad para todos sus ciudadanos.
Los escenarios complejos que atraviesan al mundo actual han provocado un deslizamiento de un modelo de sociedad estable, cierta y previsible hacia un modelo de sociedad incierta.
Cuando se habla de incertidumbre, se hace referencia a la ausencia de certeza, convicción, confianza o seguridad sobre algo que se conoce o que se realiza. Tal vez en la incertidumbre que atraviesa a las sociedades esté la explicación de las crisis. Las crisis como tales ponen en movimiento procesos desordenados que pueden convertirse en desencadenantes, creando nuevas condiciones para la acción, poniendo en marcha todo aquello que puede aportar cambio y transformación.
Analizar semánticamente la palabra “crisis” revela conceptos ricos en significados que se componen de dos caracteres que significan “peligro” y “oportunidad”.
Transformar una crisis en oportunidad depende de la capacidad de resiliencia y predisposición de los actores, ya que serán estos quienes se transformen en agentes catalizadores que forjen nuevas y mejores realidades.
Los estados de crisis por lo general son propensos a generar caos. Es ante estos escenarios donde adquiere vital relevancia el valor del orden que, como principio, es armonizador, permite aportar claridad y certidumbre a los escenarios complejos, dando una correcta disposición a las cosas y ubicándolas en el lugar que les corresponde ideando un camino coherente para seguir y llegar a una meta.
La dinámica de las sociedades actuales ha sucumbido las viejas estructuras de los grandes partidos tradicionales, que han pasado a ser esquemas obsoletos. La heterogeneidad dada en la conformación de las nuevas sociedades y la pluralidad de necesidades e intereses de los diferentes grupos que las integran han generado una gran crisis en los partidos políticos que no pudieron o no quisieron actualizar su doctrina. Lo cierto es que las personas ya no se mueven por ideologías, se mueven por causas. Y esto se debe en gran medida a la dinámica que ha impuesto la sociedad líquida. Los intereses, los problemas, las necesidades van cambiando. Los partidos tradicionales han demostrado su incapacidad de adecuarse a los nuevos tiempos, situación que creó una fractura entre una legitimidad de origen, que da los votos, y una legitimidad de ejercicio que otorga o retira la actuación diaria de aquellos que han sido elegidos para ocuparse de los asuntos concernientes a la ciudadanía.
Ante este escenario, se puede empezar a observar una especie de regeneración democrática que pone en relieve algo novedoso y que el politólogo italiano Angelo Panebianco señala como una fuente fundamental de conflicto en las sociedades actuales, nos referimos al clivaje establishment/antiestablishment, casta/anticasta que enfrenta a la vieja política con la nueva política. En este proceso de reordenamiento político los partidos tradicionales han perdido apoyo, lo que llevó a sus dirigentes a dedicar su tiempo a defender su cargo, sus privilegios y sus cuotas de poder. Tal es así que se han transformado en una agencia de colocación manejada por verdaderas élites que no permiten la participación más allá de sus círculos cercanos.
Diametralmente opuesto es lo que sucede con los nuevos partidos, esos que han sabido interpretar los nuevos tiempos y ajustarse a las demandas de las sociedades actuales. Con un fuerte arraigo en lo local y con la principal premisa de “dar voz a la militancia”, han logrado la legitimidad de amplios sectores de la sociedad que no sólo se traduce en apoyo sino también en participación activa. Misiones es el ejemplo más cabal.
A la altura de los tiempos
La construcción de una sociedad que trabaje por el bien común requiere de acuerdos y de proyectos a largo plazo. El diálogo es la herramienta fundamental que nos permite avanzar, poniendo los argumentos por encima de los intereses personales.
La comunidad política es auténtica cuando existen vínculos reales y solidarios que, en medio de las diferencias, van más lejos de una superficial tolerancia o de respeto por las normas, sino que se realiza en la construcción colectiva de un nosotros que solo se hace posible desde el respeto por la dignidad de todo ser humano y la confianza en las instituciones.
La concepción política de la Renovación permitió abrir las puertas del espacio a una gran cantidad de personas independientes de los más variados ámbitos sociales movilizados por el deseo de mejorar sus comunidades con una participación activa. De eso se trata la evolución política ascendente.
En este nuevo tiempo, Misiones luce instituciones modernas. El Parlamento misionero, por caso, ostenta una producción legislativa de avanzada, donde se destaca la calidad técnica y la modernidad de sus leyes elaboradas con una mirada integral. El paso de Carlos Rovira por la presidencia de la Cámara de Representantes, marcó un antes y un después por su visión estratégica con profundo enfoque prospectivo y un nítido liderazgo que permitió transformarla en una verdadera caja de resonancia de la sociedad misionera, capaz de captar las necesidades de una ciudadanía que en tiempos como los que vivimos demandan una clase dirigente que le resuelva los problemas, le mejore la calidad de vida y les devuelva la esperanza de vivir un futuro mejor.
En el ámbito de la justicia, debemos centrarnos en el rol transformador del Consejo de la Magistratura para la vida de los justiciables. Su creación hace más de dos décadas permitió sentar las bases para el extenso y amplio proceso de modernización del Poder Judicial misionero.
En los últimos años, el sistema judicial de la provincia incorporó más de una veintena de nuevos juzgados, un hecho inédito en el país que consolida y acerca el servicio de justicia al justiciable. Asimismo, Misiones cuenta con el plantel de magistrados más jóven del país, profesionales del derecho con energía y ganas de trabajar en pos del bien común.
Lo realmente real
En este tiempo especial marcado por las transformaciones nacionales, la provincia exhibe un presente ejemplar. No sobra nada, pero existe un Estado eficiente y presente, con políticas activas orientadas al bienestar de la sociedad misionera. El equilibrio fiscal logrado hace muchos años y una administración responsable han permitido que, pese a las vicisitudes y los vaivenes económicos, se puede financiar la salud, la educación y el desarrollo del capital humano. Nada hasta aquí hubiese podido ser posible sin la existencia de una decisión política firme.
El Estado misionero emerge fuerte, sólido y previsible enfocado en el bienestar de su gente y respaldado por una política fiscal sana, sustentada en recursos propios, fiel al principio fundamental de no endeudamiento. Misiones es la tercera provincia a nivel nacional con menor deuda. Y hasta el día de hoy, sigue honrando con el cumplimiento de una deuda tomada irresponsablemente en la década del 90 por el ex gobernador Ramón Puerta.
De cara a lo que viene, podemos afirmar que la provincia está preparada para el despegue económico. Los indicadores económicos expuestos por el ministro Safrán en la Comisión de Presupuesto reflejan de manera muy concreta las fortalezas y potencialidad del modelo de desarrollo misionero.
Misiones rompe el mito que hace referencia a que las provincias del norte son solamente generadoras de empleo público. Pese a la caída de la actividad durante este año, la provincia continúa liderando la creación de empleo privado en la región con más de 100.000 puestos de trabajo al mes de junio, contra los 77.000 en Corrientes, 74.000 en Chaco y 21.800 en Formosa. El titular de Hacienda manifestó con contundencia que este dato comprueba “la robustez del sector privado misionero, su diversificación y constante crecimiento, lo que nos permite encabezar el ranking de empleo privado en el NEA, en donde la provincia lidera en los rubros venta en supermercados y volumen de exportaciones”.
Estos números contrastan con los datos que dan cuenta de que Misiones cuenta con 54 empleados públicos cada mil habitantes, lo que la ubica como la sexta provincia con menor cantidad de empleo estatal del país.
Otro aspecto relevante que se desprende del análisis del Presupuesto 2025 es el fuerte foco en el desarrollo de la economía del conocimiento y el Silicon Misiones que hoy luce como el motor inductor del crecimiento sostenido de la provincia. Por otra parte, adquiere especial relevancia el desarrollo de infraestructura clave para la provincia.
De esta forma, Misiones se encuentra preparada para liderar el camino del crecimiento en paz, de la mano de la producción y el emprendedurismo, tanto en las ciudades como en las chacras.