El sainete sobreactuado que generó la caída del proyecto de “ficha limpia” terminó de dinamitar la desgastada relación entre el PRO y LLA y sus respectivos líderes. El buen momento de la macro consolida la imagen del Presidente, pero el contexto internacional enciende alarmas, la más cercana en Brasil. El abaratamiento de las importaciones abre un nuevo capítulo en la guerra contra la inflación, pero genera preocupación en la industria nacional. Por haber respaldado a su par nacional en temas de fondo, el Gobierno provincial también saca rédito de la primavera económica y la estrategia del blend suma adeptos.
La tensión entre los sectores del PRO que se referencian con Mauricio Macri y los libertarios escaló esta semana a partir del naufragio del proyecto conocido como “ficha limpia”, que propone impedir que condenados en segunda instancia por casos de corrupción puedan ser candidatos.
El Presidente se había mostrado a favor de la iniciativa que era uno de los caballos de batalla del PRO, pero a la hora de tratarlo en el recinto, una serie de ausencias inesperadas en el bloque libertario impidió llevar adelante la sesión. También pegaron el faltazo sin aviso dos diputados del PRO y todos miraron de reojo a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, embarcada en la tarea de limar el liderazgo de Mauricio Macri para llevar al partido a integrarse como vagón de cola de LLA.
Desde las huestes que responden al expresidente de Boca, la UCR y la Coalición Cívica, salieron a denunciar públicamente un supuesto pacto secreto entre La Libertad Avanza y el Kirchnerismo para dejarle a Cristina el camino libre a una candidatura a cambio de los votos necesarios para sostener a Martín Menem en la presidencia de la Cámara baja y para eliminar o al menos suspender las PASO. También podría haber sorpresivos giros en el tratamiento de los pliegos de los aspirantes a la Corte.
Más que un intercambio de favores, lo que habría detrás del entendimiento entre kirchneristas y libertarios es una coincidencia de intereses. Los que manejan los hilos de la estrategia de campaña libertaria están convencidos de que la recientemente condenada en segunda instancia Cristina Fernández de Kirchner es la mejor adversaria a enfrentar en las próximas elecciones y sancionar ficha limpia la sacaría de compentencia.
No quieren repetir el error que cometió la derecha de Brasil con Lula. A Cristina le quieren ganar en la cancha y no en los escritorios. Entienden que ese sería “el último clavo” al que alguna vez se refirió el Presidente.
Milei se apuró a negar cualquier forma de acuerdo con el kirchnerismo y se comunicó con Silvia Lospennato, la diputada que impulsó la iniciativa, a quien le manifestó su compromiso de trabajar en un nuevo proyecto de ficha limpia que diga mas o menos lo mismo que decía el que mandó a dejar sin quorum.
Los diputados libertarios que vaciaron la sesión se justificaron con argumentos muy parecidos a los que plantea el kirchnerismo que agita la bandera del lawfare.
Justificaron su oposición al proyecto que antes decían apoyar por la supuesta parcialidad de la justicia en “feudos provinciales”, que de aprobarse ficha limpia quedarían habilitadas a proscribir candidatos opositores. Es exactamente lo mismo que objetan desde el peronismo, con la única diferencia de que estos apuntan contra los tribunales federales.
Los argumentos, explicaciones y juramentos de los libertarios no convencieron a casi nadie, después de todo ellos mismos se encargaron de demonizar a todo aquel que bajo cualquier circunstancia y con cualquier argumento mostrara la más mínima coincidencia con el kirchnerismo en una votación.
Seducido y abandonado, dolido por una nueva infidelidad, Mauricio Macri, autopercibido baluarte de la moral y las buenas costumbres, sacó a pasear su descontento en la plaza pública de las redes sociales.
“Esta semana, el Congreso de la Nación dejó pasar una oportunidad histórica para impedir que los corruptos condenados por la Justicia lleguen al Congreso y se garanticen impunidad con los fueros. Mientras los Diputados del PRO cumplieron con el mandato que nos dieron nuestros votantes, el Gobierno decidió estar del otro lado”, publicó la cuenta oficial del partido que encabeza el expresidente.
Fue la bandera verde que esperaban los libertarios que salieron en horda a contestar. “Durante el gobierno de Mauricio Macri no se trató ningún proyecto de Ficha Limpia, y se propuso como candidato a Vicepresidente al mayor defensor de los fueros en el Senado de la hoy condenada Cristina Fernández de Kirchner… Es repugnante el oportunismo como herramienta de acción política”, comunicaron desde LLA.
Pero como siempre, los ataques más duros llegaron desde las cuentas de X afines al Gobierno que operan como brazo armado del Presidente. “Mauricio por décima vez. No te vamos a dar la Hidrovía”, dispararon desde la cuenta “Las Fuerzas del Cielo” en un posteo que fue sistemáticamente replicado por los más activos tuiteros libertarios.
En una reciente entrevista, Macri había instado al Gobierno a llamar a licitación para privatizar la Hidrovía, por la que circula el 80% del comercio exterior argentino, tomando el pliego que había elaborado la secretaría de Transporte a cargo de Guillermo Dietrich, durante la presidencia de Cambiemos.
Expertos en infraestructura logística fluvial advirtieron que los pliegos que defendía Macri eran un traje a medida para una multinacional de origen holandés con presencia en la Patagonia y con vinculaciones con el exmandatario. Entonces la Casa Rosada prefirió elaborar nuevos pliegos para una licitación internacional mucho más abierta en cuanto a los requisitos.
Más allá de las verdaderas razones de Milei para cambiar de opinión respecto a ficha limpia y los motivos reales de Macri para cuestionar la decisión de los libertarios, la frustrada sesión del jueves dejó bien plantada la sospecha de un acuerdo parlamentario entre kirchneristas y libertarios. Las próximas votaciones pondrán en evidencia la realidad, entonces el tan mentado principio de revelación podría jugar en contra a Milei o librarlo de culpa y cargo.
¿Veranito o temporada completa?
Más allá de las marchas y contramarchas propias de la real politik, la imagen pública del presidente está en su mejor momento y la explicación hay que buscarla por el lado de la economía. La inflación llega a fin de año en los niveles más bajos de las últimas tres décadas, el central acumula divisas, el dólar sigue tranquilo, el Riesgo País baja y la patria financiera está de fiesta.
Los economistas más optimistas dejaron atrás dudas respecto a la sustentabilidad en el mediano plazo del programa económico y ahora se animan a proyectar que esta vez sí se podría desatar un proceso de crecimiento sostenido, lento pero ininterrumpido.
El plan de Caputo y Milei tiene puntos en común con otros programas de corte ortodoxo que fracasaron, pero también presenta aspectos novedosos.
La figurita repetida es el ancla cambiaria como factor para controlar a la inflación. El aspecto negativo de este recurso es el atraso cambiario que genera tensión en el tipo de cambio, encarece los costos en dólares y conspira contra los exportadores.
Los esquemas apoyados en atraso cambiario generalmente terminan en una corrida que eleva la cotización del dólar, dispara los niveles de inflación, destruye el poder adquisitivo de los salarios y también el consumo.
El economista Carlos Melconian analizó el dólar actual en una serie larga en términos reales del tipo de cambio multilateral y llegó a la conclusión de que “a este tipo de cambio no le sobra nada” después de haberse “comido el colchón” de la devaluación de diciembre pasado, pero advirtió que el nivel de atraso no llega ni por asomo al de “la tablita de Martínez de Hoz”, ni al del final de Cristina Fernández y el inicio de Mauricio Macri en 2015 y “mucho menos del final de la convertibilidad”.
Cuando dice que al dólar actual “no le sobra nada”, se refiere a que no queda mucho más margen para seguir aumentando el tipo de cambio por debajo de la inflación durante mucho tiempo más, cosa que el Gobierno ya anticipó que seguirá haciendo.
El economista del instituto IERAL-Mediterránea, Marcelo Capello, fue más optimista y consideró que sería un error medir al programa de Milei con el mismo centímetro usado para otros planes, porque el contexto muestra componentes importantes que nunca estuvieron.
El primero es el ajuste fiscal inédito que terminó con el eterno problema del déficit fiscal y el segundo cambio pasa por las exportaciones en minería y combustibles que en los próximos seis años podrían aumentar significativamente.
“Las proyecciones indican que se van a exportar 36 mil millones de dólares más por energía y minería solamente, lo que implica que esos dos sectores van a aportar dólares por un monto similar al que aporta hoy todo el campo. Esto es un cambio estructural”, explicó Capello en entrevista con Misiones Online.
De acuerdo con el análisis del economista cordobés, el ingreso de esas divisas extra, sumadas a la posibilidad cierta de reingresar a los mercados internacionales de crédito aunque fuera solamente para “rollear” vencimientos, debería evitar que la economía argentina ingrese a las recurrentes crisis cambiarias.
El investigador del Ieral advirtió sin embargo que el ingreso de semejante caudal de dólares podría provocar a lo que se conoce como “la enfermedad holandesa” que lleva a un fortalecimiento de la moneda propia con el consiguiente incremento de costos y precios en dólares.
Capello advirtió sobre los sectores industriales, particularmente aquellos que son intensivos en mano de obra, que podrían verse perjudicados por un tipo de cambio relativamente bajo. En esos sectores, la competencia con productos importados más baratos podría resultar en una pérdida de competitividad local y en la caída del empleo en ciertas ramas.
Industriales vs importaciones
El Gobierno nacional proyecta terminar de matar a la inflación recurriendo al recurso de una mayor apertura importadora combinada con un dólar relativamente bajo. La eliminación del impuesto país y la flexibilización de requisitos burocráticos para las compras en el exterior van en ese sentido.
El asunto provoca opiniones encontradas entre los empresarios. Quienes se benefician a partir de la posibilidad de bajar costos importando insumos más baratos están entusiasmados, pero los que tengan que competir en el mercado interno con productos más baratos producidos en el exterior no están tan de acuerdo con esa política.
El tema provocó rispideces con el Gobierno en la Conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) que se realizó esta semana en ausencia de funcionarios nacionales de primera línea y con reiterados reclamos de los empresarios.
Los popes de la industria argumentan que antes de abrir las importaciones, el Estado debería “emparejarles la cancha” con sus competidores del extranjero en materias como costos laborales, presión fiscal e infraestructura, especialmente logística.
“Los industriales no queremos protección, queremos igualdad para ser productivos y competitivos a nivel internacional. Nuestros productos son transables y competimos con países que tienen otras condiciones y otras reglas”, señaló Martín Rappallini, vicepresidente de la UIA.
“Caraduras. Siempre lo mismo. Siempre les falta algo para competir. Pero cara de piedra para vendernos cosas caras y de mala calidad durante décadas y décadas de miseria espantosa, les sobra. Váyanse a cagar”, les contestó el siempre diplomático José Luis Espert.
Resaca de caipiriña
El fortalecimiento del dólar tras el triunfo de Trump en Estados Unidos y una desfavorable reacción de los mercados a una nueva política fiscal anunciada por el presidente Lula Da Silva, se combinaron para dar forma a una marcada devaluación del real que rozó la marca récord de los seis reales por dólar.
El mercado argentino, blindado por el cepo y con viento de cola por los resultados del ajuste, no sintió el golpe todavía, pero un nuevo “efecto caipiriña” podría llegar al país, especialmente si la devaluación brasilera se traduce en algún grado de recesión de su economía.
Las proyecciones internacionales por ahora anticipan solo una desaceleración del crecimiento brasileño para 2025 (de 3,2% a 2,8%), pero una profundización de la crisis o un ajuste fiscal severo podría derivar en un enfriamiento de su economía.
Si una caída del consumo interno en Brasil encuentra a la Argentina con un dólar barato, el resultado será un aluvión de importaciones brasileñas y una reducción de las exportaciones argentinas a su mayor socio comercial.
Un proceso de esa naturaleza sería bueno para reducir la inflación, pero malo para la industria nacional y para la balanza comercial. Una muestra de eso la tendremos con el turismo en enero y febrero.
Un blend que crece
El Gobierno provincial también capitaliza el buen momento de la economía, especialmente a partir de la baja de la inflación que permite a las familias y a las empresas la posibilidad de planificar a futuro con un mayor grado de previsibilidad.
Los misioneros que en su mayoría votaron a Milei en diciembre, reconocen que la Provincia supo respetar la voluntad popular y le facilitó al presidente las herramientas que necesitaba para llevar adelante su programa, sin caer en especulaciones políticas mezquinas.
En la Rosadita se entusiasmaron con una reciente encuesta elaborada por una consultora de Buenos Aires que reveló que el 67% de los misioneros manifiesta estar de acuerdo con la apertura del Gobierno provincial hacia jóvenes liberales que apoyan a Milei, lo que desde el oficialismo denominan el “blend renovador”.
Ese mismo sondeo señala que un 60% aprueba que el Gobierno provincial haya instruido a sus diputados y senadoras a votar a favor de proyectos impulsados por su par nacional, como la Ley de Bases.
Desde el Gobierno provincial se ocupan además en remarcar la coincidencia con su par nacional en lo referente a la disciplina fiscal. Los números avalan esta lectura en tanto Misiones dejó atrás el déficit fiscal hace más de dos décadas.
“Esta postura es la que cautiva a los jóvenes libertarios que se suman en masa, todas las semanas, al blend renovador, porque ven un espacio abierto donde tienen oportunidades de crecer y llegar a lugares donde pueden tomar decisiones, a diferencia de otros espacios donde se repiten los mismos apellidos y los mismos dirigentes desde hace décadas”, afirman fuentes del oficialismo provincial.
La penetración de la renovación en sectores de raigambre liberal corroyó la base electoral de Juntos por el Cambio, que sumadas todas sus vertientes hoy no supera el 15% de adhesiones entre los misioneros. La UCR sigue sufriendo la sangría de la interna eterna, con Martín Arjol y Ariel Pianesi como los mismos de siempre y la emergente figura de Pablo Argañaraz, mientras que en el PRO nadie los mueve al eterno Humberto Schiavoni y a Martín Goerling.
Para Activar, el escándalo de pedofilia que llevó a la cárcel al diputado puertista, Germán Kiczka, resultó un golpe mortal que virtualmente sacó a esa fuerza de la escena política provincial.
También con un porcentaje inferior al 15% aparece la sumatoria del PAYS y los partidos afines a los movimientos sociales y sindicatos. El cambio de época que porovocó Milei los dejó con una representación muy minoritaria.
En el plano de los municipios, donde la encuesta midió la aceptación de gestiones comunales, varios intendentes renovadores miden por arriba de 60 puntos. Es el caso de Leonardo Stelatto en Posadas, Pipo Duran en Eldorado, Pablo Hassan en Oberá, Romina Faccio en Wanda, Fabián Rodríguez en San Vicente, Matías Sebely en Alem y Matías Vilches en San Javier.
En tanto, también se evaluó el nivel con que estima la gente a otras tres importantes figuras del oficialismo: el gobernador Hugo Passalacqua, e, vice Lucas Romero Spinelli y el presidente de la Cámara Oscar Herrera Ahuad, los tres con alto porcentaje de aprobación y acompañamiento, con porcentajes parecidos, en torno a los 60 puntos de acuerdo con la citada encuesta.
Polémica yerbatera
La difícil situación que atraviesan los productores de yerba mate por la caída de los precios de la hoja verde sigue generando lecturas encontradas.
Desde sectores de la molinería atribuyeron la caída en los precios de la materia prima a una “guerra de precios” que habría tirado abajo los precios del producto en las góndolas y eso habría arrastrado a toda la cadena a una crisis de precios.
En tanto que desde sectores ligados a la producción prefieren hablar de las desigualdades en el reparto de las riquezas que genera la yerba mate como el principal factor que determina la crisis de los colonos.
Desde la asamblea de productores de Andresito apuntaron contra “cinco grandes molinos” que manejan la mayor parte del negocio y que se estarían quedando con la parte del león del negocio yerbatero. “Están saqueando a los pequeños productores, pagándole precios de miseria para quedarse con la materia prima, amparados en la desregulación y en maniobras monopólicas de concentración”, señalaron.
El Gobierno misionero se mantiene firme en el apoyo al pedido de los productores de llevar a 50 centavos de dólar el kilo de hoja verde, lo que elevaría al precio de la materia prima a los 500 pesos aproximadamente, dependiendo del dólar que se tome como parámetro.
En orden de cumplir con ese objetivo, la provincia trabajó durante todo el año financiando a las cooperativas para que paguen mejores precios y gestionando créditos del Banco Nación para inyectar al sector.
También logró una fuerte mejora económica en el subsidio interzafra para los tareferos. Y ahora trabaja en la instrumentación de un sistema de control de pagos con trazabilidad, que permitirá saber quiénes pagan precios justos y quienes se aprovechan de la necesidad de los pequeños yerbateros. Se estima para marzo su implementación y ayudará a controlar, transparentar y hacer cumplir precios justos, que es lo que reclaman los productores.