En la Franja de Gaza, la escasez de alimentos y la inflación extrema están llevando a la población a una situación desesperada. Yasmin Eid y su familia, desplazados de Jabaliya, residen en un campamento en el centro de Gaza, donde sobreviven con una sola comida diaria, principalmente lentejas.
La falta de carne es una constante desde hace meses, y el precio de los alimentos básicos, como las cebollas y el aceite, se ha disparado a niveles insostenibles. En este contexto, la Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y un exministro de Defensa, acusándolos de utilizar el hambre como táctica de guerra, lo que ha sido rechazado por Israel y calificado como «escandaloso» por el presidente estadounidense Joe Biden.
En campamentos como Deir al-Balah, miles se refugian en tiendas de campaña, enfrentando el cierre de panaderías y precios exorbitantes. Una bolsa de pan supera los 12 euros, mientras que la familia Eid se enfrenta a la realidad del hambre diaria.
La ONU ha alertado sobre el aumento de hogares en situación de hambre severa en Gaza. El reciente robo de 100 camiones de ayuda humanitaria ha empeorado la situación, con acusaciones cruzadas entre Israel y Hamás sobre los responsables.
Israel sostiene que no limita la entrada de ayuda a Gaza y culpa a las agencias de la ONU por la insuficiencia de suministros, aunque sus propios datos indican una disminución significativa en el número de camiones que cruzan la frontera.
En octubre ingresaron alrededor de 1.800 camiones, una reducción respecto a los más de 4.200 del mes anterior, y se estima que en noviembre la cifra alcanzará solo 2.400 camiones. Antes del conflicto, Gaza recibía unos 500 camiones diarios.
El papa Francisco pide investigar si los ataques de Israel en Gaza constituyen un «genocidio»https://t.co/CkI1Yaubia
— misionesonline.net (@misionesonline) November 17, 2024