A un mes del fallecimiento de la adolescente, su padre aseguró que “esperaba que alguien se acercara a pedirme perdón” y aseveró que “veo que todos los que están involucrados, tratan de lavarse las manos”.
El padre de Juanita se cuestionará siempre no haber desobedecido el planteo de docentes del Instituto donde concurría su hija, quienes le explicaron que no podía acompañarla a Carlos Paz, “porque se trataba de un viaje de estudios”.
A pesar de haber abonado previamente el 80% del costo total del paquete, cuando fue a saldar la deuda, en la empresa le pidieron una autorización del ICRA, que finalmente no consiguió. “Asistí a una reunión en el colegio donde estaba la directora, la vice, la docente que viajó y un maestro de inglés”, recordó. Pero según sus dichos, la voz cantante en ese encuentro fue la de Alejandra, la docente que viajó y que le dijo que “por política del establecimiento los padres no podían viajar. E incluso me dijo que, si fuera mujer, quizás lo consideraban”.
En una entrevista con el programa El Periodista de canal 12, Claudio Sirimarco revivió parte de su angustia durante el último mes. “Falleció el 12 de octubre. Tras regresar del viaje en esos días que estuvo internada, sólo queríamos que Juanita salga. Nunca pensamos que iba a terminar como terminó”.
Los días posteriores a la muerte de la adolescente fueron los peores. “La primera semana estuve desconectado de todos lados. Apagué mi celular”. Y a un mes, transita ese luto “tratando de estar sólo y aunque ocupe mi cabeza en otras cosas, vuelvo a lo mismo”.
La investigación
Determinar las reales causas del deceso de la jovencita, que se enfermó durante el viaje de egresados en Carlos Paz y al regresar a Posadas se fue directamente en ambulancia al hospital, es la premisa de la justicia misionera, que actuó de oficio en el caso. “Ya fui a declarar y confío en que se va a saber bien la verdad”, mencionó Sirimarco.
Para el padre de Juanita, “hay gente que no hizo lo que tenía que hacer sino no hubiera ocurrido lo que ocurrió. Espero que la justica determine a los responsables y qué culpas tienen”.
No apuntó solamente a una persona, sino que entiende que son varios los involucrados en presuntas negligencias que habrían incidido en el triste desenlace. “No sé hasta dónde llega la responsabilidad de la docente, pero veo que todos tratan de lavarse las manos, tanto la escuela, la maestra y la empresa”.
También manifestó dudas sobre el diagnóstico final, ya que el shock séptico que provocó la muerte de Juanita, tendría como base la Influenza B. “Según lo que pudimos hablar con los médicos en el hospital, Juanita tendría que tener otro virus porque con la Influenza B, no podía llegar a ese fin”.
“A pesar de todos los estudios y cultivos que le hicieron, nunca pudieron detectar qué era. Por eso le aplicaron varios medicamentos para los posibles virus y bacterias”, repasó.
Claudio criticó también la atención recibida durante el viaje, “porque si una persona durante tantas horas está deshidratada y llega en el estado que llegó, para mí la causa es que no tuvo la atención médica en el momento adecuado”.
“El 7 de octubre que fue el cumpleaños de Juanita, la pasó bien al mediodía. A la noche, después de cenar, en la madrugada del viaje, a las 2 de la mañana empezó con vómitos, diarreas y fiebre. Y desde allí hasta las 12 del mediodía, que bajó de la ambulancia en Pediatría, donde la estábamos esperando con la madre, no tuvo ningún tipo de atención médica”, manifestó Claudio.
“Cuando la vimos no podíamos creer como estaba. Tenía los labios y las uñas negras. No hablaba nada, sólo pedía agua”, recordó angustiado.
Durante la internación, “La llevaron a hacerse una radiografía de tórax, la acompañé al consultorio para que una enfermera le saque sangre. Le levanté el buso y la enfermera cuando la vio me dijo que estaba cianótica, que no le llegaba el oxígeno. Y cuando le clava la aguja, Juanita no mostró ningún signo de dolor. En ese momento Juanita ya no sentía nada. Llegó muy mal”.
Otra actitud que reprochó Sirimarco fue “que, según las versiones, una madre de otra escuela que fue al viaje es enfermera y le puso una inyección. No se la pudo poner en la vena, porque el colectivo se movía demasiado. El chofer ni siquiera se tiró a la banquina dos minutos para que le apliquen la inyección”.
En otro tramo de la entrevista, el padre de Juanita se refirió a la decisión familiar de cremar el cuerpo, lo que privó a los investigadores de estudios complementarios o una eventual exhumación, que le aporten más datos del motivo de la muerte. “Lo que quisimos evitar fue la exposición de ella en un cajón para un velorio y que el tema se termine lo más rápido posible”.
“Lo decidimos con la madre y estuvimos ambos de acuerdo”, aclaró.
Durante el último mes, “nadie se acercó a hablar conmigo, como para aportarme algún dato o brindarme alguna información. Yo no quise hablar con la docente que viajó”, admitió Sirimarco.
“Esperaba que alguien se acercara por lo menos a pedirme perdón. Yo hubiera hecho eso. Pero no lo hicieron”.
No lo dejaron viajar
En medio del dolor, Claudio Sirimarco se arrepiente de no haber acompañado a Juanita al viaje de egresados a Carlos Paz, a pesar de todos los esfuerzos que hizo para concretarlo. “Yo pagué el viaje. Hice el contrato con la empresa”.
Explicó todo el proceso y el motivo por el cual no se subió finalmente al colectivo. “Yo le entregué previamente a la empresa el 80% del valor que salía el viaje, una vez que me confirmaron que había lugar. Y cuando voy a saldar lo que faltaba, la empresa me dice que necesitaba una autorización de la escuela para poder viajar”.
La inesperada traba derivó en gestiones para concretar una reunión con miembros del Instituto Cristiano de la República Argentina (ICRA). “Primero consulté con Claudia, la madre de Juanita si ella podía pedir el permiso en el colegio. Pasó una semana, insistí y me citaron para una reunión”, relató Claudio.
“Asistí al encuentro donde estaban la maestra (Alejandra), la directora, la vice y el maestro de inglés que en principio iba a viajar también”. Lo citaron para informarle que “por política de ellos, desde que se hizo cargo la maestra del viaje, no podía viajar ningún padre, que sólo viajaban los docentes, porque era un viaje de estudios”.
Automáticamente Claudio les respondió que “no era un viaje de estudios porque lo organizaron los padres, pero me dijeron que no”.
«En todo momento habló la docente y a ella le dije que el año pasado me dijeron que yo podía viajar y ella me respondió que ella no estaba el año pasado, pero que ahora sí y que ella se hacía cargo”, dijo de manera concluyente.
Cuando pidió más explicaciones Claudio, “me dijeron dijo que no sabían qué trato yo podía tener con los chicos, cómo es mi carácter, si estaba acostumbrado a tratar o no con chicos”.
“Y hasta me cuestionaron porque soy hombre, quizás si la que viajaba era una mujer, hubiera sido más fácil”, declaró Claudio Sirimarco quien en la entrevista, admitió que “hasta hoy me arrepiento de no haber viajado igual, a pesar de la negativa del colegio”.