Lucas Amarilla, el primer egresado de la Licenciatura en Artes Audiovisuales de Misiones

El joven posadeño Lucas Amarilla, con 26 años, está escribiendo parte de la historia de esta nueva carrera en la provincia, que se dicta en la Universidad Gastón Dachary (UGD). Es el primer egresado desde que se abrió en 2018 la propuesta académica y de formación de jóvenes profesionales para este desafiante mercado laboral que se potencia desde Misiones al país.

Con una formación de cuatro años de cursada y presentación de tesis, la Licenciatura de Artes Audiovisuales de la Universidad Gastón Dachary (UGD) es una carrera que forma parte del Departamento de Arquitectura, Diseño y Comunicación, y prepara a sus estudiantes para desempeñarse en todas las etapas de producción y realización de obras audiovisuales en cine, medios electrónicos y digitales, incluyendo los actuales escenarios de convergencia mediática.

El 23 de octubre fue un día histórico para Lucas Amarilla y para la institución académica privada, ya que se convirtió en el primer graduado de la carrera tras defender su tesis, con el cortometraje “La Curiosidad”.

La pandemia de COVID-19 fue un reto adicional que extendió su proceso de formación a seis años, ya que debió adaptarse a la modalidad virtual para continuar sus estudios. “Este es un momento muy importante en mi vida. La pandemia prolongó el tiempo, pero no detuvo mi avance. Lo mejor de la carrera fue el trabajo en equipo constante y la calidad del cuerpo docente, que nos aportó muchísimo desde su experiencia en el rubro”, comentó Amarilla.

A sus 26 años, Lucas es un misionero de pura cepa, nacido en Posadas en febrero de 1998. Creció en el ámbito de la Escuela Adventista Alta Gracia, aunque no es adventista, y comparte su vida familiar con sus padres y dos hermanas menores.

La música ha sido su gran compañera desde siempre: Lucas es guitarrista y bajista, y hoy forma parte de una banda de rock que alimenta su espíritu creativo. Desde discos memorables hasta conciertos en vivo, la música ha marcado profundamente su vida y su pasión artística.

En su tiempo libre, Lucas disfruta del fútbol, el gimnasio, las series, el cine y los videojuegos, una mezcla de pasatiempos que revelan tanto su lado activo como su amor por el entretenimiento.

Vocación por las Artes Audiovisuales

En una entrevista con MisionesOnline, compartió sus emociones y relató los motivos que lo llevaron a elegir esta carrera: “La Licenciatura en Artes Audiovisuales surgió en 2017, justo cuando buscaba un enfoque más artístico, centrado en el cine y la ficción. Anteriormente había cursado una carrera en Multimedial, pero no me sentí satisfecho con su orientación. Al enterarme de que la UGD incorporaría la licenciatura en Artes Audiovisuales, me entusiasmó mucho la idea”.

Su vocación creativa y su deseo de contar historias han estado presentes desde su infancia. “Desde muy chico sentí esa necesidad de plasmar lo que veo y vivo en una obra. Primero fue a través de historietas, luego mediante la escritura y la música. Con el cine encontré una forma ideal para expresarme”.

Actualmente, Amarilla trabaja como editor de videos en el medio digital, y esta posición viene ocupando en diversas productoras y agencias a lo largo de los años. «Llevo cinco meses en mi trabajo actual, y disfruto mucho la edición en este entorno digital», expresó.

Pensando en el futuro, su interés se centra en el cine de ficción, con una inclinación particular por el género western. “Uno de mis directores favoritos es Stanley Kubrick”, agregó, revelando su pasión por la narrativa cinematográfica y sus ambiciones de continuar explorando el séptimo arte desde una perspectiva creativa y personal.

MOL: ¿Qué expectativas tenías cuando comenzaste la carrera, y qué cambió ahora que te recibiste? Empezaste con muchos compañeros, pero por distintas razones varios cambiaron su camino, sin embargo continuaste hasta recibirte.

LA: Cuando inicié, tenía una vaga idea de lo que me iba a encontrar, pero todo cambió desde el primer día de clases. Nos guiaron paso a paso en nuestros primeros contactos con cámaras, luces, guiones… todo era nuevo. Eran herramientas que aprendimos a usar para, eventualmente, desarrollar nuestro propio estilo. A lo largo del año, nos embarcamos en proyectos cada vez más ambiciosos y formamos grupos según las afinidades.

Cabe decir que no fue todo color de rosa; siempre nos decían que al ser la primera camada éramos como “conejillos de indias”. Aunque lo decían en tono de broma, a mí me molestaba. En algunas materias costaba tener un profesor estable, lo que generaba desorganización y pérdida de tiempo.

Como ya había pasado por otras carreras, entendía que el primer año es un filtro; ahí se ve quién realmente tiene vocación por los audiovisuales y quién no. Algunos compañeros dejaron antes de los primeros finales. Después vino la pandemia, que fue un cambio radical. Igualmente, nuestro grupo fue de los que más resistió; en otros cursos hubo bajas de hasta el 90% de la camada.

Al final, la carrera me enseñó sobre perseverancia y paciencia. La mayor lección que me queda es esa: aguantar hasta el final, por más difícil que sea.

 

MOL: ¿Cómo fue ese momento de rendir tu tesis y llegar al título?

LA: Sentí muchos nervios al rendir. No sabía con qué me iba a encontrar y no tenía a quién preguntarle, ya que no había otro compañero que hubiese pasado por esa experiencia antes. Sin embargo, las palabras de mis profesores y personas cercanas me transmitieron la tranquilidad que necesitaba. Preparé mi presentación, mi discurso, y di el salto de fe. Por suerte, todo salió según lo planeado. Fue un gran alivio, como quitarme una mochila pesada que venía cargando desde hace años.

MOL: ¿En qué consistió tu trabajo de tesis? ¿Siendo estudiante, recibiste algún tipo de apoyo de la UGD, IAAVIM o alguna otra institución para el rodaje? ¿Quién fue tu director de la tesis?

LA: Mi tesis tuvo dos partes. Primero, una carpeta de investigación sobre un tema y una propuesta estética, y luego la realización de un cortometraje. La investigación se centró en el perfil del psicópata y cómo se ha abordado en el género del thriller a lo largo de la historia del cine.

El cortometraje, titulado «La Curiosidad», es un thriller que cuenta la historia de un fotógrafo que encuentra una casa abandonada con un oscuro secreto en su interior. Fue filmado en Posadas con compañeros y excompañeros, y protagonizado por Alejandro Gimenez Huk. Trabajamos el suspenso con la idea de sentirse observado o acechado, y aprovechamos el recurso del monte misionero, en el que el protagonista se adentra y mezcla el mundo real con el onírico, encontrándose con una oscuridad interior que intentaba esconder.

Fue un proceso complejo. El pre-proyecto lo desarrollé en la cátedra Taller Integrador Final, con los profesores Sebastián Korol y Alexis Raftopolo, quienes me guiaron y a quienes les tengo mucho aprecio por su ayuda. Durante todo el 2022, estuve elaborando la investigación, escribiendo y revisando el guion, planificando los planos y el guion técnico, estableciendo el criterio estético y organizando la producción: días de rodaje, locaciones, equipo técnico, cámara, sonido, luces, escenografía, elenco, etc.

Luego de rendir todas mis materias a mediados de 2023, me enfrenté al mayor desafío de toda la carrera: filmar el cortometraje. Fue todo a pulmón, con la ayuda de mis compañeros, que se pusieron la 10. La universidad no brindó ayuda para el rodaje; de hecho, fue como si nadie notara que era el primer alumno en filmar su tesis. Pasé completamente desapercibido.

Quiero hacer una mención especial a Montecine, de Yamila y «El Pela» Diego, quienes me prestaron la cámara con la que filmé y algunos props de ambientación. Ellos fueron el mayor apoyo externo que recibí. El resto fue pura creatividad y esfuerzo de nuestro equipo.

Agradecimientos a Manolo. Fotos rodaje “La Curiosidad”

MOL: Frente a tu experiencia, ¿qué opinas del programa del plan de estudios de la carrera y qué sugerencias harías para mejorar el dictado destinado a los futuros profesionales?

LA: Considero que el programa de estudios podría beneficiarse con varios ajustes, que no requieren mayor dificultad, es una cuestión de decisión. Por ejemplo, reorganizar ciertas materias de un cuatrimestre o año a otro ayudaría a mejorar la organización general de la cursada. Hay materias que, por su importancia en el ámbito audiovisual, deberían tener una carga horaria mayor. Un caso específico es el de Producción: solo la cursamos en los dos primeros años, pero pienso que debería extenderse a los cuatro años de la carrera, al igual que sucede con Realización Audiovisual e Iluminación y Cámara.

Ocurre algo similar con Sonido y Edición y Montaje. Estas materias se cursan solo en primero y segundo año, y después no volvemos a tener contacto con esos temas. A medida que avanzamos, se nota que son áreas en las que muchos estudiantes presentan dificultades al desarrollar sus producciones.

Si bien hay varios aspectos por mejorar, se trata de temas que no parece tan complicado de resolver; solo hace falta voluntad para implementar esos cambios. La carrera tiene un enorme potencial, de hacer los ajustes necesarios vinculados a la gestión, se podría evitar tal vez que algunos estudiantes abandonen sus sueños profesionales. Es una pena, porque son cuestiones que pueden resolverse, y al no lograrlo, desanimen a muchos a continuar estudiando.

 

MOL: ¿Qué profesor o profesora que conociste en la carrera marcó de alguna manera tu estilo o preferencia profesional?

LA: Uno de los aspectos más destacados de la carrera fue el compromiso del personal docente. Los profesores no solo nos transmitieron conocimiento, sino también su pasión y entusiasmo por el cine. Entre ellos, me gustaría destacar a Sergio Acosta, quien nos dio Guión en primer y tercer año; Diego Bellocchio y Yamila Barnasthpol, en Realización y Producción; y a Sebastián Korol y Alexis Raftopolo, que fueron mis profesores en el Taller Integrador Final y me acompañaron hasta el último momento en la preparación de mi tesis.

También tengo un aprecio enorme por otros docentes que hicieron un gran aporte, como Mariano Malaquías, Fremdina Bianco, Jerónimo Cabassi, Café Azar, Rosina Ríos, Matías Guitler y Ana Espinoza.

MOL: Al ser el primer egresado de esta carrera en la UGD, siempre serás un referente para las futuras promociones y una mención importante para la institución. ¿Cómo vivís ese mérito?

LA: A nivel personal, es un logro inmenso. La carrera fue un desafío que me costó mucho enfrentar, con momentos en los que parecía imposible continuar. Pero, al final, el aprendizaje más valioso que me llevo es el humano. Aprecio cada paso de este proceso y ahora siento un compromiso hacia la carrera, de apoyar en lo que pueda a mis compañeros en su camino como futuros licenciados y colegas. Estoy profundamente agradecido con todas las personas que contribuyeron en este recorrido, desde quienes me dieron un simple consejo hasta quienes estuvieron directamente involucrados en mi proyecto final.

Saber que seré recordado o mencionado es algo que me llena de alegría. Atesoro con mucho cariño estos años. Incluso la noche antes de rendir, me invadió la nostalgia y recordé aquellos días antes de la pandemia. No imaginé que terminaría coronando esta etapa siendo el primer egresado de la carrera en la UGD.

instituto de artes audiovisuales de misiones

Un mercado laboral en crecimiento

MOL: ¿Cómo ves el mercado laboral de la industria audiovisual en Misiones para esta formación profesional?

LA: El panorama audiovisual en Misiones está en plena expansión y consolidación, construyendo su identidad propia más allá de géneros y estilos. Veo el futuro con optimismo. Si la carrera sigue vigente, sin duda será una fuente de profesionales capacitados y productoras independientes con un gran entusiasmo por filmar. Hoy en día, los audiovisuales dominan el mundo, así que espacio hay para todos.

 

MOL: ¿Cuál sería tu proyección profesional para crecer en esta profesión?

LA: Mi plan es fundar una productora junto a mis compañeros y dedicarme al cine, ya sea en ficción o documentales. No tengo intención de irme de Misiones; me gusta la idea de quedarme y contribuir al desarrollo local. Aunque no descarto un retiro temporal en otra provincia para explorar y trabajar durante algunos meses, por ahora quiero quedarme. Misiones tiene mucho por construir, y siendo el primer Licenciado en Artes Audiovisuales de aquí, ¡quién sabe, tal vez logremos crear un nuevo Hollywood en Misiones!

Sobre la industria audiovisual

De acuerdo con informes del Observatorio Audiovisual del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que recopilan datos de diversas fuentes estatales como el INDEC, la AFIP y los sindicatos del sector, el impacto económico y tributario de la industria audiovisual argentina ha sido notable en los últimos tres años. En promedio, este sector representa el 3,1% del PBI, el 3,1% del empleo total de la economía y el 3,6% de la recaudación tributaria nacional. Estas cifras reflejan la generación de miles de puestos de trabajo en el sector.

A nivel regional, Misiones se destaca como un nodo clave en la industria audiovisual gracias a su ley provincial de fomento, la labor del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAVIM) y el crecimiento de la producción local. Además, la provincia es reconocida como una locación privilegiada para rodajes nacionales e internacionales, con escenarios naturales que la posicionan como un destino atractivo para el cine.

Más allá de los debates actuales sobre las dinámicas del sector cultural en Argentina, la industria audiovisual ha logrado consolidarse en los últimos años como un símbolo de identidad cultural prolífico y con reconocimiento mundial, gracias a la calidad de sus producciones. Además del valor simbólico y cultural, el sector audiovisual argentino es una actividad productiva y económica crucial, con alta generación de divisas y empleos directos e indirectos.

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