De norte a sur, de este a oeste, Argentina cuenta con pueblos originarios y sin embargo, de 176 países, el Gobierno nacional fue el único en votar en contra, una decisión insólita.
Argentina se desmarcó en la Asamblea General de la ONU al ser el único país en votar en contra de una resolución que busca reforzar los derechos de las comunidades indígenas. La sesión, celebrada en Nueva York, contó con el apoyo de 168 naciones y siete abstenciones. El documento, respaldado por varios países, pretende garantizar justicia y preservación cultural para los pueblos originarios.
Durante la sesión de la Asamblea General de la ONU, Argentina, bajo la representación de Gerardo Werthein en Cancillería, se opuso a una resolución internacional diseñada para proteger los derechos de los pueblos indígenas.
La ministra plenipotenciaria Andrea Repetti argumentó que el documento no aseguraba suficientemente el acceso a los derechos humanos sin discriminación y manifestó preocupaciones sobre la validación de tradiciones que podrían entrar en conflicto con los derechos fundamentales de mujeres y niñas.
La resolución, presentada inicialmente en octubre y revisada en un nuevo borrador, contó con el respaldo de 22 países, incluidos Canadá, Brasil y México. Estos países promueven la protección de las comunidades originarias en áreas como justicia, medioambiente y preservación cultural. Mientras tanto, en Argentina, la postura adoptada por el gobierno actual generó críticas de figuras políticas como el exministro Felipe Solá, quien expresó su desacuerdo en redes sociales.
El contexto internacional
La votación resaltó la posición de Argentina en el escenario internacional, alineándose con aliados estratégicos como Estados Unidos, que votó a favor, e Israel, que no participó. Las siete abstenciones provinieron de países como Francia y Lituania.
Esta decisión marca un punto de inflexión en la diplomacia argentina, destacando su enfoque en la interpretación de los derechos humanos y las prácticas culturales.
Qué dice la resolución por la que Argentina votó en contra ante la ONU
A lo largo de la resolución de 16 páginas, se destaca la importancia de promover y tratar de lograr los objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas también mediante la cooperación internacional para apoyar la concertación de esfuerzos e instrumentos a los niveles nacional y regional con el propósito de alcanzar los fines de la Declaración, incluidos el derecho de los pueblos indígenas a conservar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales y su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.
“Es necesario reconocer, respetar, promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios, tierras y ecosistemas, salvaguardando al mismo tiempo sus tradiciones, creencias espirituales y conocimientos ancestrales, de reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado, y de garantizar su derecho a participar en la adopción de decisiones sobre asuntos que afecten a sus derechos, con arreglo a la legislación”, señala en uno de sus párrafos.
Expresa asimismo “profunda preocupación por el aumento de la discriminación, el discurso de odio, la estigmatización, el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia” y condena “amenazas, hostigamiento, represalias y asesinato de miembros de los Pueblos Indígenas, en particular mujeres y niñas, y personas con discapacidad, a menudo con impunidad, así como de invasiones de tierras, desalojos forzosos arbitrarios y otras prácticas abusivas”.
“Mostramos también preocupación por la práctica de algunos países, incluidos los que celebran reuniones sobre cuestiones indígenas, de demorar o denegar de forma intencionada o discriminatoria visados de entrada a titulares de mandatos de las Naciones Unidas o representantes de los pueblos indígenas, o de aplicarles restricciones de viaje adicionales que interfieren, entre otras cosas, con su capacidad para participar en esas reuniones o para regresar de ellas”, completa.
El voto en la ONU contra el embargo a Cuba que desató la crisis en la Cancillería
Dos semanas atrás, el todavía representante argentino ante la ONU, Ricardo Lagorio, votó en contra del embargo a Cuba en la asamblea general del organismo, lo que provocó un cimbronazo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. En un estallido de furia, al que contribuyó la publicación del término “Falklands” en un comunicado oficial del 22 de octubre que celebraba un acuerdo entre la Cruz Roja Internacional y Cancillería, Milei decidió echar a Diana Mondino.
En los hechos, la Argentina votó en la Asamblea General de Naciones Unidas en contra del embargo económico a Cuba, que desde hace décadas promueve Estados Unidos contra el régimen comunista de la isla caribeña. En esta votación, impulsada por Cuba por trigésima segunda vez, Argentina no estuvo sola. Con las únicas excepciones de Israel y el propio Estados Unidos, más la abstención de Moldavia, el resto de los países integrantes (un total de 187) que votan en la asamblea lo hicieron en favor del cese del embargo, utilizado por el castrismo como base para su postura opuesta a Washington. No votaron Venezuela ni Ucrania.
FUENTE: La Nación.