En un contexto de creciente preocupación internacional, el régimen iraní ejecutó a once personas en un solo día, incluyendo una mujer y un ciudadano afgano.
Las ejecuciones, llevadas a cabo en ciudades como Yasuj, Tabriz, Zahedan y Rasht, han generado alarmas entre organizaciones de derechos humanos debido al aparente incremento en el uso de la pena capital por parte de las autoridades iraníes.
El gobierno iraní confirmó las ejecuciones de tres personas en las prisiones de Yasuj y Tabriz. Entre ellos se encontraba Saman Karimi, un joven de 25 años, ejecutado por homicidio premeditado en un proceso que diversos activistas han denunciado por irregularidades.
En Tabriz, Mahrokh Khani, de 35 años, y Kazem Babaei, de 45, fueron ejecutados por delitos de drogas. Khani, quien trabajaba en un taller de costura antes de su arresto, había pasado cuatro años en prisión. En la prisión de Zahedan, las autoridades ejecutaron a Mohammad Nabi Papalzehi, un ciudadano afgano de 28 años, acusado de delitos de drogas. Esta ejecución ha sido particularmente criticada por la falta de garantías legales durante su juicio, según Human Rights Monitor.
En un desarrollo paralelo, Varishe Moradi, una activista política kurda, fue condenada a muerte por «rebelión armada contra el Estado». La noticia fue difundida por la cuenta de X de Narges Mohammadi, premio Nobel de la Paz iraní encarcelada. Moradi, detenida en agosto de 2023, ha sido defensora de los derechos de las mujeres y su condena ha intensificado las críticas al régimen por utilizar la pena capital como herramienta de represión.
Organizaciones de derechos humanos han reiterado su preocupación por el uso excesivo de la pena de muerte en Irán, especialmente en casos relacionados con drogas y disidencia política. La reciente condena de la activista kurda Varishe Moradi subraya el uso de esta práctica como medio de control social y represión política.
Amnistía Internacional y otras organizaciones han denunciado repetidamente el uso de la pena de muerte en Irán, destacando la falta de garantías y justicia en su sistema judicial. A pesar de la presión internacional, Irán sigue siendo uno de los países con mayor índice de ejecuciones, una práctica que, según activistas, se utiliza para reprimir a minorías y personas vulnerables.
FUENTE: Infobae.