Hacer pequeñas cosas, con constancia, día tras día, permite obtener resultados enormes. Es imposible cuantificar el éxito que podemos llegar a alcanzar.
El secreto es la disciplina repetida diariamente. Tal como dice Yokoi Kenji, inclusive es capaz de vencer al talento y a la inteligencia.
El mundo no se divide entre los que nacen con suerte y los que no la tienen. Se divide entre los que constantemente siembran lo que quieren cosechar. No es suerte, es determinación, claridad y hacer foco en lo que queremos alcanzar.
Aunque el éxito puede tener diferentes significados para cada persona, los hábitos permiten estructurar nuestra vida en torno a prácticas que nos acercan a nuestras metas. Son como los ladrillos que, colocados uno sobre otro, forman el edificio de nuestros logros.
Los hábitos diarios fomentan la disciplina, una cualidad esencial para mantener el rumbo. Y este ritmo sostenido hace que los avances se acumulen.
Por otra parte, dejamos de gastar energía decidiendo si vamos a hacerlo o no. Esto nos permite usar esa energía haciendo que nuestro día sea más productivo.
Los hábitos diarios son un modo de “automatizar” las acciones que nos acercan a nuestras metas. Por ejemplo, hábitos como leer un poco cada día, organizar tareas, o cuidar del propio bienestar emocional son prácticas que, al repetirse, aportan conocimiento, claridad mental y enfoque.
Por otro lado, nos transforman internamente. Cada vez que repetimos una acción que elegimos de forma consciente, reforzamos la identidad de la persona que queremos ser, desarrollando confianza y autoconocimiento. Así, logramos alinearnos mejor con lo que queremos alcanzar. También nos enseñan a perseverar, a levantarnos después de los fracasos y a cultivar la paciencia, que es vital en el camino hacia el éxito.
Al final, el éxito no suele ser el resultado de un gran logro aislado, sino de la suma de pequeños esfuerzos sostenidos en el tiempo. Los hábitos diarios, entonces, son el camino para construir un éxito que no solo alcanza metas externas, sino que también se convierte en una expresión del crecimiento y bienestar personal.
Te dejo algunas preguntas para que te preguntes a vos mismo y que quizás te puedan acompañar en el proceso
¿Qué es lo que más te gustaría mejorar en tu vida actualmente?
¿Hay algo que te gustaría hacer con más constancia pero sentís que no logras mantenerlo?
¿Qué crees que te ha impedido crear hábitos en el pasado?
¿Cuáles son las actividades que ocupan más tiempo en tu día? ¿Las eliges o simplemente ocurren?
¿Hay alguna actividad pequeña que disfrutes y te gustaría hacer más a menudo?
¿Qué te gustaría lograr en los próximos meses o años y cómo crees que un hábito podría ayudarte a acercarte a esa meta?¿Qué es lo primero que haces cuando te levantas y lo último antes de dormir?
¿Qué sería diferente en tu vida si pudieras ser constante en algo importante para vos?
¿Crees que por el momento no estás pudiendo sólo/a? Recordá que estoy para acompañarte. Pedí una posibilidad, pedí coaching.
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional. Coach de Prosperidad en formación
wsp 3751 660207 / ig ester.inglese