España | Las víctimas fatales ascienden a más 214 y las inundaciones llegan a Barcelona, mientras continúa la búsqueda de desaparecidos en Valencia

El este de España enfrenta una de las peores catástrofes climáticas de su historia. Un frente de lluvias torrenciales conocido como DANA (Depresión Aislada de Alto Nivel) ha azotado el litoral mediterráneo, provocando la muerte de más de 214 personas en Valencia desde el pasado martes. La tormenta se ha desplazado hacia Cataluña, causando inundaciones en las calles de Barcelona y la suspensión de trenes, vuelos y clases. La situación de emergencia ha forzado a las autoridades a emitir alertas para prevenir mayores pérdidas.

La Autovía de Castelldefels y el aeropuerto de Barcelona sufren las inundaciones

El sistema de tormentas alcanzó la zona sur de Cataluña, dejando afectaciones importantes en Barcelona, donde las calles y carreteras quedaron inundadas y el aeropuerto de El Prat sufrió daños, lo que obligó a cancelar unos 50 vuelos. Ante la gravedad del fenómeno, la Generalitat de Cataluña emitió avisos de alerta roja a varias comarcas y envió mensajes de advertencia a los teléfonos móviles de la población. “Eviten desplazamientos innecesarios” y “aléjense de rieras y barrancos” fueron algunas de las recomendaciones urgentes emitidas a las 10:30 (hora local).

Las clases en las escuelas y universidades de las zonas afectadas fueron suspendidas, y el servicio de trenes de cercanías fue interrumpido hasta las 14:00. En pocas horas, los bomberos de Barcelona recibieron casi 150 llamadas de emergencia, y las carreteras de algunas comarcas del sur se convirtieron en auténticas piscinas, con vehículos flotando a la deriva. La circulación de trenes de Alta Velocidad también se suspendió debido a la inundación de un túnel cercano al aeropuerto.

Valencia: búsqueda de desaparecidos y apoyo logístico en la zona siniestrada

Mientras tanto, en Valencia, donde se concentra la mayoría de las víctimas mortales, continúan las labores de búsqueda de desaparecidos y limpieza de vías. Las unidades de Protección Civil y los bomberos trabajan para despejar las calles, muchas de las cuales aún están bloqueadas por vehículos arrastrados por las aguas. Además, las autoridades están distribuyendo productos básicos y medicamentos en áreas donde los comercios no han podido reabrir, y se esfuerzan por restablecer servicios esenciales como el suministro de agua.

En el aparcamiento del centro comercial Bonaire, en Aldaia, se realizó una inspección de cerca de 50 vehículos anegados, temiendo encontrar más víctimas. La primera revisión trajo un rayo de esperanza, ya que no se hallaron nuevos fallecidos en esta inspección inicial. Aún así, las autoridades se resisten a proporcionar un número estimado de personas desaparecidas, dificultando una comprensión completa de la magnitud de la tragedia.

Visita de autoridades y protestas en Paiporta

La tragedia ha generado una fuerte reacción social en la región. Durante una visita a Paiporta, el rey Felipe VI, el presidente Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, fueron recibidos con abucheos, gritos de “asesinos” y hasta el lanzamiento de barro y objetos. Paiporta ha sido una de las áreas más afectadas, con más de 60 muertos, y ha sido denominada como la “zona cero” de la catástrofe. Muchos habitantes expresaron su indignación por lo que consideran una falta de previsión y ayuda por parte de las instituciones.

Ante los disturbios, figuras del gobierno atribuyeron los incidentes a grupos radicales. En una entrevista en Televisión Española, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló que se trataba de un “grupo reducido de marginales violentos” con cierto nivel de organización. Margarita Robles, ministra de Defensa, también condenó la violencia y sugirió que algunas personas intentaron politizar la situación, afirmando que “no es aceptable en ningún caso la violencia, especialmente cuando no apoya a quienes sufren, sino que tiene connotaciones políticas”.

Debate político y reclamo de responsabilidades

La visita de las autoridades a Paiporta ha generado un debate político sobre la responsabilidad en la gestión de la crisis. Desde sectores de izquierda, se responsabiliza a Carlos Mazón por no haber tomado las medidas preventivas necesarias, ignorando las advertencias de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología). Desde la derecha, sin embargo, se culpa al presidente Sánchez por no haber declarado una emergencia nacional y centralizado la gestión de Protección Civil, responsabilidad que recae en la Generalitat Valenciana según el Estatuto de Autonomía.

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pidió que el Gobierno declare la emergencia nacional y ofreció su apoyo. “Si se decide, tiene nuestro apoyo”, afirmó. La Moncloa, por su parte, respondió que las autoridades locales son las que mejor conocen sus recursos y pueden responder adecuadamente, y destacó que su rol es brindar apoyo logístico y financiero, no asumir el mando en medio de la crisis.

Con la tormenta ya alejándose de Valencia, las autoridades aún enfrentan el desafío de cuantificar el impacto total de esta DANA, que ha dejado cientos de muertos, numerosos desaparecidos y una devastación que llevará tiempo en revertir. En tanto, Barcelona sigue en alerta y las autoridades trabajan para evitar que la tragedia se extienda a la región catalana.

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