Crece la preocupación en Estados Unidos sobre posibles episodios de violencia tanto durante las elecciones presidenciales de este martes como tras el anuncio de los resultados.
Sectores extremistas del partido republicano, como el movimiento “Stop the Steal”, insisten en la idea de que Donald Trump solo podría ser derrotado mediante un fraude electoral. Representantes de este grupo afirmaron que ya “cuentan con un plan” en caso de que Trump no gane, incrementando la tensión en el clima político.
La situación se agrava por los recientes intentos de asesinato que sufrió Trump durante su campaña, lo cual refuerza la atmósfera de incertidumbre que rodea a los comicios. Ante esta situación, el Departamento de Seguridad Nacional emitió un comunicado en el que advierte sobre el riesgo de que “violentos domésticos antigubernamentales o antiautoritarios, muchos inspirados en quejas políticas, partidistas o teorías conspirativas”, actúen durante el proceso electoral.
El Departamento indicó que este tipo de amenazas aumenta “el riesgo de violencia contra objetivos gubernamentales y opositores ideológicos”, por lo que en numerosos centros de votación se implementarán estrictas medidas de seguridad.
Medidas de protección
Las autoridades anunciaron la instalación de cristales antibalas, la vigilancia con drones, la presencia de botones de pánico e incluso francotiradores en puntos estratégicos, todo en un esfuerzo por proteger a los votantes y al personal electoral.
“Hemos aceptado que el miedo a la violencia se ha convertido en algo común. Los funcionarios electorales de todo el país están diciendo que necesitan estas medidas para sentirse seguros”, afirmó Claire Woodall, exdirectora ejecutiva de la Comisión Electoral de Milwaukee.
Con estas declaraciones y medidas, las autoridades buscan brindar tranquilidad a los ciudadanos en medio de una elección que se perfila como una de las más tensas y polarizadas de la historia reciente de Estados Unidos.