Este domingo, Uruguay celebrará elecciones en las que se definirá su próximo presidente, la composición total del Congreso, y el resultado de dos plebiscitos.
Con ocho candidatos en la contienda, los favoritos en esta primera vuelta son Yamandú Orsi del Frente Amplio (FA) y Álvaro Delgado del Partido Nacional (PN), quien representa al actual oficialismo del presidente Luis Lacalle Pou.
En el programa de streaming Día Siete, transmitido por Misiones Online, el analista político Nehuén Fariña destacó los factores que harán de esta elección un momento decisivo para Uruguay y para su relación con la región.
Fariña, quien lidera el área de Applied Analytics en una consultora especializada en Big Data y Social Listening, explicó que el sistema político uruguayo, institucionalizado y centrado en partidos políticos de larga data, marca un contraste notable con otros países sudamericanos.
“Nosotros de la consultora medimos, por ejemplo, muchas redes sociales. Partido es una idea y un parámetro muy distinto a lo que es en la lógica argentina”, explicó.
“En Uruguay los partidos políticos tienen más menciones digitales, es decir, se comenta más la actividad de los partidos políticos que de los propios candidatos. Algo, pensándolo desde lo argentino, muy raro y muy distante a lo que es nuestra realidad política cultural”.
La elección también pone de relieve la particularidad del sistema uruguayo, en el que los ciudadanos votan al presidente y, además, a la totalidad de senadores y diputados para el próximo periodo de cinco años.
Esto es diferente del sistema argentino, donde las renovaciones legislativas son parciales cada dos años. “Uruguay cuando vota presidente, aparte de votar presidente, vota senadores y diputados y se renueva la totalidad por cinco años”, afirmó Fariña.
Además, dijo, este año se votarán dos polémicos plebiscitos junto con los demás cargos. “Un plebiscito para reducir la jubilatoria y un plebiscito sobre allanamientos nocturnos que también están siendo temas de campaña muy controversial en Uruguay”, dijo el especialista.
Los tres principales contendientes son Orsi, quien representa al Frente Amplio y al sector político liderado históricamente por figuras como José Mujica y Tabaré Vázquez; Delgado, el candidato del oficialista Partido Nacional, conocido como los “blancos”; y Andrés Ojeda del Partido Colorado, el tercer partido más grande de Uruguay.
Además, la “coalición multicolor” que hoy apoya al oficialismo busca frenar el avance del FA en caso de que Orsi no logre vencer en primera vuelta. La coalición está conformada por varios partidos que van desde el Partido Independiente hasta el Partido Verde, uniendo a las fuerzas anti-Frente Amplio, según describió Fariña.
“La coalición multicolor suma muchísimos votos de primera vuelta a balotaje y el Frente Amplio no. Hoy lo que se está definiendo es si Yamandú logra ganar en primera vuelta o no, y a qué distancia”, explicó.
Fariña analizó la situación con la claridad que permite el contexto histórico de elecciones en Uruguay, donde nunca un presidente logró ganar en primera vuelta. No obstante, Orsi parece estar cerca de romper con esta tendencia, ya que los últimos sondeos muestran al FA con una ventaja significativa.
“El Frente Amplio probablemente saque arriba de 45 puntos, y está muy cerquita de ganar en primera vuelta. El espacio de Mujica hoy tiene una distancia de por lo menos 20 puntos con el segundo que es Álvaro Delgado”, precisó Fariña.
Aunque el oficialismo liderado por Lacalle Pou no tuvo una mala gestión de acuerdo con el analista, enfrentó problemas de corrupción que debilitaron la confianza en el gobierno.
Un episodio especialmente relevante fue el escándalo conocido como el “narcopasaporte”, en el que un narcotraficante paraguayo logró obtener un pasaporte uruguayo mientras estaba detenido en Dubái, lo que desató una crisis dentro del gabinete de Lacalle Pou.
“Un narcoparaguayo estaba preso en Dubái y desde Dubái pidió asilo en Latinoamérica con un pasaporte uruguayo. Migraciones de Uruguay falló en los controles de antecedentes previos, le otorgan el pasaporte y esta persona toma asilo político en Latinoamérica derivado de Dubái. Eso generó la renuncia masiva de muchos ministros dentro del gabinete y el quiebre del Partido Colorado con el Partido Blanco”, narró Fariña.
Respecto al impacto regional de estas elecciones, Fariña explicó que el Frente Amplio, especialmente Orsi, mantuvo una postura crítica hacia el presidente argentino Javier Milei, lo que generó una respuesta mediática notable.
“El Frente Amplio ha sido muy crítico con Milei. De hecho, muchos periodistas que responden en una línea directa al gobierno o al menos se identifican con una línea partidaria muy clara han desembarcado en Uruguay casi con una metodología de campaña muy a la argentina, con las fake news, los bots, los trolls y demás a atacar fuerte a este candidato uruguayo, el del Frente Amplio, acusándolo de ser el candidato kirchnerista. Han querido por ahí exportar ese modelo de comunicación al país hermano Uruguay”, explicó Fariña.
En Uruguay, el respeto por las instituciones políticas y la tranquilidad que los uruguayos perciben en su sistema contrastan con el estilo provocador de Milei. “Parte de la derecha uruguaya hoy sí se identifica con Milei, pero la verdad que a día de hoy es un sector minoritario dentro de la sociedad uruguaya”, afirmó.
“Son de tonos muy moderados, de tonos muy conservadores. Los tonos de Milei al uruguayo promedio le hacen mucho ruido, sobre todo porque ellos se perciben como personas tranquilas y valoran positivamente esa tranquilidad en el país”.
Por otro lado, los plebiscitos que se votarán el mismo domingo también fueron un punto de tensión en la campaña, especialmente en el Frente Amplio, donde las posturas sobre estos temas son dispares.
Uno de los plebiscitos busca reducir la edad jubilatoria, generando controversia. El otro busca avalar los allanamientos nocturnos, algo que se convirtió en tema de debate al interior del mismo FA.
Fariña señaló que la vicepresidenta del partido, Carolina Cosse, manifestó su oposición a esta medida, mientras que Orsi se ha mostrado más ambiguo. “El candidato a presidente dijo que si el plebiscito se gana, se va a cumplir. La vicepresidenta dijo en caso de que el plebiscito salga aprobado nosotros no lo vamos a regular e implementar”, explicó Fariña.