La UNaM niega haberse opuesto a las auditorías y enfatiza que el reclamo es por la falta de presupuesto: «Ya nos pusimos en contacto con la SIGEN»

Sergio Katogui, vicerrector de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), aclaró en recientes declaraciones que la institución nunca se ha opuesto a ser auditada, respondiendo a informaciones erróneas que circulan al respecto. “Nosotros siempre hemos transmitido que no nos negamos a la auditoría. Las universidades siempre han sido auditadas, incluso durante este último año, cuando cambió el organismo responsable”, señaló.

Katogui explicó que, hasta 2022, las auditorías eran realizadas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), pero, a partir de ese año, se determinó que la Auditoría General de la Nación (AGN) sería la encargada. Sin embargo, la UNaM continuó enviando los informes correspondientes a la SIGEN hasta 2023. «Ahora volvemos a la misma situación que teníamos hasta 2022, con la SIGEN a cargo de las auditorías”, sostuvo.

El vicerrector también destacó que la universidad ya está en contacto con la SIGEN para coordinar el proceso de auditoría: “Hemos comunicado quién es nuestro auditor interno, que no ha cambiado en los últimos años, y estamos esperando la comunicación formal sobre el plan de auditoría”.

En cuanto a las especulaciones sobre una supuesta resistencia de las universidades a ser auditadas, Katogui fue enfático: “Nuestra respuesta siempre ha sido la misma. No tenemos inconveniente en ser auditados. Todos nuestros actos se realizan en base a las reglamentaciones vigentes, y no hay ningún problema en volver a ser auditados por la SIGEN».

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En este sentido aclaró que las demandas actuales del sector educativo, reflejadas en marchas y protestas, no están relacionadas con la cuestión de las auditorías: “Los reclamos son otros, no tienen que ver con la auditoría. Jamás la universidad se negó a ser auditada”.

En este sentido, detalló los principales reclamos que afectan a la comunidad universitaria, enfatizando que los problemas presupuestarios son el eje central de sus demandas. «Nuestros reclamos están relacionados básicamente con el presupuesto universitario», manifestó, agregando que tanto los docentes y no docentes, como los estudiantes, se ven afectados por la falta de recursos.

Katogui explicó que una parte importante del presupuesto está destinada a los salarios de los trabajadores de la universidad, y que estos sueldos han quedado desfasados en relación con la inflación. «Los salarios de los universitarios están claramente retrasados respecto del proceso inflacionario», afirmó. Además, señaló que el Sistema Nacional de Becas, del cual dependen muchos estudiantes de la UNaM, tampoco está recibiendo los fondos necesarios.

El vicerrector también describió cómo la crisis presupuestaria afecta otras áreas clave, como ciencia y tecnología, y mencionó que varios programas destinados a la compra de equipamientos para investigadores han quedado sin continuidad. «No hay continuidad a programas de ciencia y tecnología que permitían que los investigadores accedan a la compra de equipamientos», subrayó.

UNaM también reclama por la falta de presupuesto y obras paralizadas

En el ámbito de la infraestructura, Katogui destacó que hay cuatro obras que han quedado paralizadas debido a la falta de financiamiento. «En este momento, solo en la Universidad Nacional de Misiones, tenemos cuatro obras que estaban en marcha y que están paradas. Dos acá en el campus, una en la Facultad de Arte y Diseño, y otra en convenio con Parques Nacionales en Puerto Iguazú», detalló.

El reclamo por el presupuesto no es reciente. Katogui recordó que durante el primer cuatrimestre del año, con la repetición del presupuesto 2023, las partidas asignadas para el funcionamiento de la universidad resultaron insuficientes, lo que derivó en la marcha nacional del pasado mes de abril. «Luego de esa marcha fuimos escuchados, y en lo referido a otros gastos, hubo un aumento en las partidas que permitió que la universidad siga funcionando», señaló.

Sin embargo, el problema de los sueldos continúa sin resolverse, y los incrementos en las partidas para gastos no son suficientes frente al proceso inflacionario actual. «Esas partidas se actualizaron con una lógica de enero de 2023, pero con la inflación de este año, hoy no alcanzan», explicó. Además, de cara al presupuesto 2025, Katogui adelantó que las partidas asignadas no responden a las necesidades reales del sistema universitario.

Finalmente, dejó en claro que las demandas presupuestarias de la UNaM y del sistema universitario en general no están vinculadas con el tema de las auditorías, buscando despejar cualquier confusión al respecto: «Ninguna de estas cuestiones está relacionada con la auditoría. Nuestro reclamo es por la falta de presupuesto y su impacto en la educación pública».

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