La Amazonía perdió más de 88 millones de hectáreas de bosques en casi cuatro décadas

La selva amazónica sufrió una pérdida alarmante de más de 88 millones de hectáreas de bosques entre 1985 y 2023, una superficie casi equivalente a la extensión de Venezuela, según reveló un reciente análisis de MapBiomas Amazonía. Este estudio, realizado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), destacó el impacto devastador de casi cuatro décadas de deforestación.

El análisis, basado en la comparación de imágenes satelitales, determinó que la Amazonía perdió el 12,5 % de su cobertura forestal en el periodo mencionado. Además, se observó una preocupante expansión en el uso de suelo para actividades como la minería, que creció en un 1.063 %, la agricultura, que aumentó en un 598 %, y la ganadería, que se incrementó en un 298 %.

 

Impacto en los ecosistemas y la biodiversidad

 

Uno de los aspectos más alarmantes de este estudio es la reducción de 4,5 millones de hectáreas de bosques inundables. Los expertos de la RAISG advirtieron que esto puso en riesgo la biodiversidad de la región, en especial las especies de peces que habitan en estos ecosistemas, lo que a su vez afectó la disponibilidad de alimentos para las comunidades locales.

Según el informe, el 71 % de la deforestación tuvo lugar en la cuenca del Amazonas, mientras que el 23 % se registró en la sabana tropical de El Cerrado, en Brasil. El restante 6 % se distribuyó entre el bosque seco tropical Chiquitano (Bolivia), el bosque seco El Chaco (Bolivia-Paraguay), el humedal Pantanal (Brasil-Bolivia) y las regiones andinas de Perú y Bolivia.

Los próximos dos años, claves para frenar la deforestación

Con la COP16 de Biodiversidad prevista para celebrarse en Colombia y la COP30 sobre Cambio Climático en Brasil en 2025, la RAISG enfatizó que los próximos dos años serán cruciales para implementar políticas más estrictas de conservación y restauración. Karen Huertas, especialista de MapBiomas Amazonía, subrayó la importancia de conservar las áreas intactas y de baja degradación antes de llegar al «punto de no retorno» de la selva amazónica.

Además, la RAISG destacó que solo el 6,5 % de la deforestación se produjo en territorios indígenas y áreas naturales protegidas, lo que reflejó la eficacia de estos territorios en la conservación de los bosques. Sin embargo, los pueblos indígenas continuaron enfrentando amenazas significativas, ya que entre 1985 y 2023 perdieron 3,8 millones de hectáreas de sus tierras debido a actividades como la minería, la tala ilegal y los cultivos vinculados al narcotráfico.

La RAISG advirtió sobre el riesgo inminente de un proceso irreversible de «sabanización» de la Amazonía si la tendencia actual continúa. La pérdida de bosques no solo incrementará las emisiones de dióxido de carbono, acelerando el cambio climático, sino que también reducirá el hábitat de miles de especies. Ante esta situación, Angélica García, secretaria ejecutiva de la RAISG, instó a los gobiernos amazónicos a coordinar esfuerzos para contener la deforestación y avanzar hacia alternativas económicas sostenibles.

La RAISG está integrada por organizaciones de la sociedad civil de seis países amazónicos, que trabajan por la sostenibilidad socioambiental de la Amazonía con el apoyo de la cooperación internacional.

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